Chabolismo portuario en Las Palmas
- RIESGO DE INFECCIONES. Los habitantes de este ‘poblado marítimo’ malviven entre la chatarra. JUDITH PRAT
En la última década el fenómeno
del abandono de barcos y tripulaciones
en el puerto de Las Palmas
ha sido persistente. La liberalización
del transporte marítimo y la
permisividad de la legislación internacional
con los buques de
bandera de conveniencia ha favorecido
la impunidad ante el abandono
de barcos y tripulaciones.
En la actualidad, tres naves se encuentran
en esta situación, con toda
o parte de su tripulación a bordo,
el Iballa G, el Alba y el May,
este último llegado a puerto en
enero de 2012.
Los buques abandonados por
sus armadores y por el país de abanderamiento
pasan a ser responsabilidad
de la Autoridad Portuaria de
Las Palmas, que intenta agruparlos
en los muelles más alejados del
puerto, como el muelle Reina Sofía,
en el que permanecen atracados en
condiciones de deterioro muy avanzado,
incluso con peligro de hundimiento.
Estas embarcaciones han
llegado a ocupar hasta un kilómetro
de línea de atraque, un auténtico cementerio
de barcos, óxido y chatarra.
En el muelle pesquero, muy próximo
a la zona de embarque de cruceros
y ferris, la escasa flota pesquera
de Las Palmas comparte espacio
con numerosos buques abandonados
a la espera de ser vendidos, normalmente
a empresas de compraventa
de chatarra, de ser desguazados
o de ser hundidos por la
Autoridad Portuaria.
Las leyes internacionales
con los barcos de bandera
de conveniencia favorecen
la impunidad ante el
abandono de tripulaciones
La acumulación en el puerto de
estas embarcaciones ha supuesto
la aparición de espacios de marginalidad
y exclusión social, así como
el desarrollo de un auténtico
chabolismo portuario, ya que los
buques abandonados se convierten
en vivienda habitual de las tripulaciones,
trabajadores del mar desocupados
y con graves problemas
económicos y personas sin ninguna
vinculación con los trabajos marítimos,
fundamentalmente migrantes,
en situación de extrema
pobreza, que encuentran en los
barcos abandonados un lugar donde
cobijarse lejos de la presión policial
existente en la ciudad.
Todos ellos, privados de medios
propios de subsistencia, malviven
a bordo de buques en un estado
muy avanzado de deterioro,
rodeados de chatarra, sin luz, sin
agua, en algunos casos con emanación
de gases de los motores y
bodegas, en definitiva en unas condiciones
precarias e insalubres.
Esperar el salario
Las tripulaciones abandonadas reciben
la ayuda de la Fundación
Estela Maris, que los abastece de
agua y comida durante todo el tiempo
que se prolonga su estancia en el
puerto. La ITF (Internacional
Transport Worker’s Federation)
proporciona asesoramiento legal a
estos marineros y los representa en
las negociaciones de los procedimientos
administrativos y judiciales
con el fin de obtener la mejor salida
posible a su situación laboral. En
muchos casos es la ITF quien facilita
la pronta repatriación de los tripulantes
a sus países de origen, aunque
algunos marineros no aceptan
esta solución antes de que se resuelvan
los procesos en marcha, pues
abandonar el buque supone la renuncia
a la percepción de los salarios
adeudados. No obstante, la mayoría
de ellos, nunca llegan a recibir
sus salarios.
Abandonar el buque
supone la renuncia a la
percepción de los salarios.
Pero la mayoría nunca
llegan a recibirlos
Marineros desempleados deambulan
por el puerto en busca de
un barco en el que ser contratados.
Muchos proceden de países
africanos debido al elevado trafico
marítimo entre el continente
africano y el puerto de Las
Palmas. Tras finalizar su último
trabajo y desembarcar en esos
muelles pensaron que encontrarían
pronto un nuevo barco en el
que faenar, pero la situación está
difícil y muchos de ellos llevan
años sin embarcar.
En ocasiones, los migrantes que
se han asentado en los barcos obtienen
algo de dinero vendiendo
piezas de las naves o empleándose
como mano de obra barata en
los propios muelles.
Se contabilizan ya varias
muertes en estas zonas
del puerto en los últimos
años por accidentes
o por hechos violentos
En la noche, son frecuentes los
robos y asaltos a los barcos abandonados,
las agresiones a sus ocupantes,
las reyertas y todo tipo de
accidentes provocados por la dificultad
de acceso a los buques que
en algunos casos se encuentran en
tercera línea de amarre. Esto ha
supuesto que se contabilicen ya
varias muertes en estas zonas del
puerto en los últimos años por accidentes
o por hechos violentos.
Se trata de la cara oculta del puerto
de La Luz de Las Palmas de
Gran Canaria, uno de los principales
del sistema portuario español.
UN SECTOR A LA DERIVA
El 30 de mayo, Comisiones Obreras
anunciaba el Expediente de
Regulación de Empleo de Unión
Naval, que se solicita por extinción
de la actividad y afectará a
las 81 personas de su plantilla y
a otras 300 que trabajan indirectamente
para esta fábrica de
remolcadores. Unión Naval, del
grupo Boluda Corporación Marítima,
operaba en el puerto de
Valencia tras otro proceso de despidos
que en 2010 terminó con la
actividad que llevaba a cabo en el
puerto de Barcelona. El caso de
Unión Naval es la última gota de
una constante en el sector marítimo
desde que comenzó la crisis.
Según el sindicato CGT, entre
2001 y 2011 se ha reducido en
16.000 personas el número de
cotizantes en Régimen Especial
del Mar de la Seguridad Social,
que ha pasado de 78.000 a
62.000 personas.