El 90% de conductores secunda la huelga de buses
- CONDUCTORES EN HUELGA. Votación en una asamblea el 21 de diciembre en Barcelona / Edu Bayer
Trabajan 251 días al año, cuando la
media del sector es de 220.
Conducen seis días a la semana,
con un recorrido que comienza y
termina en puntos diferentes de la
ciudad, y cuya línea y horario se conoce
con un día de antelación. Una
situación que resumía estos días
una pancarta que ha llamado la
atención: “Una empresa que tiene
tecnología del siglo XXI, sigue descansando
como en el siglo XIX”.
Desde hace dos meses, los conductores
del servicio de autobuses
de Barcelona han decidido negarse
a seguir con esta situación.
El primer paro se vivió en noviembre.
Le siguieron en diciembre
jornadas de huelga entre los días
21 y 24. Y 2008 ha comenzado con
huelga del 2 al 4 de enero. De momento
continúa la falta de acuerdos
entre empresa y sindicatos.
Un trabajador ha sido imputado
en un proceso penal y se han
abierto 16 expedientes, mientras
las organizaciones convocantes
piensan en nuevas movilizaciones
para finales de febrero o principios
de marzo.
Las reivindicaciones de los
huelguistas no son propuestas de
máximos desde los que luego ir
rebajando. Al contrario, según declaró
estos días a la prensa Saturnino
Mercader, delegado de CGT
y presidente del comité de empresa,
“ahora pedimos 12 días menos
de trabajo, que la empresa nos los
dé y negociaremos luego con calma
los que debemos tener, que
son 27 más”.
Con los medios en contra
El “éxito” con el que se valora el
seguimiento de estos paros desde
los sindicatos convocantes (CGT y
la Asociación de Conductores del
Transporte Urbano, ACTUB) contrasta
sin embargo con el enfoque
predominante de la huelga en la
mayor parte de medios. Por encima
de las causas del conflicto, la
información predominante ha insistido
en la “impopularidad” de la
huelga, en el “sabotaje de los servicios
mínimos” o las molestias para
los 570.000 usuarios habituales de
las líneas que se han visto afectados.
Esa línea también ha sido utilizada
por TMB, que denunció que
los trabajadores querían utilizar
como mecanismo de presión las
molestias que significarán para los
usuarios siete días de paro, como
si fuera ilógico ese mecanismo de
presión en las protestas de un servicio
de transportes.
A esto se añaden los ataques por
las siglas de las centrales convocantes.
Desde TMB, se consideró
que la convocatoria de huelga es
“injustificada” ya que ambas centrales
sindicales (minoritarias en el
comité de empresa) “pretenden
romper las reglas de juego establecidas
en el convenio colectivo vigente
hasta 2008”. Mientras, el resto
de centrales sindicales han mantenido
una actitud ambigua. CC
OO y UGT firmaron los convenios
de la actual situación. Ahora, aunque
no han convocado la huelga,
tampoco la rechazan, y menos aún
si las movilizaciones tienen éxito.
Paros también en telemárketing y en Barajas
_ El sector de los teleoperadores
también ha salido estos
días a la calle. El viernes 21
de diciembre se celebraba
una huelga de 24 horas
convocada por la Coordinadora
Estatal de Telemárketing
de CGT. Con motivo de
protestas por «la precariedad
laboral en el sector,
agravada por la constante
deslocalización de servicios»,
los organizadores llamaron
también a celebrar
concentraciones a mediodía
en Sevilla, Barcelona, Coruña,
Valladolid y Madrid, con
lo que se vieron afectados
los servicios de atención al
cliente de empresas como
Vodafone, Ono, Orange,
Telefónica, Unión Fenosa,
Iberdrola, BSCH o BBVA, e
incluso organismos como el
112 o la Hacienda Pública.
Los resultados del paro han
sido muy diferentes: «alcanzando
en algunos casos el
90- 95% de apoyo, mientras
que en otros centros apenas
ha tenido repercusión».
Por otro lado, al cierre de
esta edición, y motivados
por la huelga en el metro
de Madrid, los trabajadores
de limpieza del aeropuerto
de Barajas eran
convocados a un paro
indefinido a partir del próximo
16 de enero, en
demanda de mejoras
salariales y laborales.