Se suicida una víctima de un desahucio en Compostela
Hoy se difundía desde Stop Desahucios Compostela una nota comunicando el fallecimiento de Carlos, una de las víctimas del desalojo de una vivienda en Aríns (Santiago de Compostela) hace un año. Como informaba el diario digital Praza Pública, en dicho desahucio "un matrimonio (Carlos y María), dos hijos y una persona mayor con movilidad reducida quedaban en la calle, a pesar de la presión ejercida por Stop Desahucios, que había logrado evitar el lanzamiento en dos ocasiones a lo largo del verano".
Desde dicho colectivo explicaban a Praza Pública que, una vez que la familia perdiese la casa, encontró ayuda de unos amigos, que los acogieron en su vivienda, aunque Carlos y María insistieron en pagarles un pequeño alquiler.
En su nota de prensa, Stop Desahucios Compostela "lamenta profundamente que la voracidad de unos pocos, su guerra económica contra las personas de abajo y las nefastas condiciones psicológicas y de vida las que estamos sometidos la mayoría social siga llevándose vidas por delante". "Mientras el desempleo, la miseria, los desahucios existan, habrá muertes", apuntan.
Historia de un desahucio
Como explica Praza Pública, "la vivienda de Carlos y María había sido construida por la propia familia, pero para hacer frente a los costes habían tenido que solicitar un crédito bancario de 35 mil euros". Cuando Carlos perdió su trabajo, fueron incapaces de pagar los plazos de devolución, y la cantidad inicial se incrementó, con los intereses de demora, hasta los 68 mil euros. Ahí entra en juego una supuesta estafa, pues la familia llega a un acuerdo con un empresario francés residente en Benalmádena, que se ofrece a comprar la casa. La compra se realiza finalmente por 105 mil euros, y la cantidad que les exige para poder recomprar su vivienda se eleva hasta los 150 mil euros.
Tras dos intentos de desalojo, el 15 y 28 de julio de 2014, y a pesar de la concentración en el lugar de varias docenas de persona, el lanzamiento se produjo el 19 de septiembre, con una fuerte presencia policial y mucha tensión. En dicha acción de resistencia fue detenida una persona, acusada de resistencia a la autoridad y desobediencia, y varias fueron detenidas. Posteriormente, varias de los y las activistas identificadas fueron citadas a un juicio de faltas, en el que más de 200 personas se autoinculparon, como recoge Praza Pública.