Vecinos de Barcelona se rebelan ante la subida de las tarifas
2014 comenzaba con la norma no escrita del aumento del precio del transporte público. En años anteriores las quejas y denuncias de las usuarias no habían consolidado un movimiento de protesta organizado. Este año la situación ha cambiado. En la periferia de Barcelona, en las zonas de Lluc Major, Sant Andreu y en la población de Santa Coloma de Gramanet, surgía hace trece semanas una protesta de vecinos que en poco tiempo se consolidó en la plataforma Stop Pujades. A día de hoy cuenta con el apoyo de más de 80 entidades, una agenda de lucha que tiene como eje central las concentraciones de cada miércoles y la certeza de que su reivindicación es más que legítima por ser el transporte el servicio público básico que más se ha encarecido durante la crisis.
Stop Pujades abraza diversas capas de la sociedad. “Hay mucha cordialidad en torno a la plataforma, todos estamos muy de acuerdo en los puntos a tratar y la metodología a usar sin ningún tipo de discusión política para plantear la lucha, excepto cosas puntuales”, comenta para DIAGONAL Arnau Barquer, activista del barrio de Fort Pienc y miembro de la organización juvenil Arran. “Las concentraciones se dan en Nou Barris, donde surgió la protesta, y en zonas privilegiadas como Sarrià, pues también hay gente que trabaja ahí y se ve afectada”.
“Sabemos que hay 603 directivos en ATM, lo que corresponde a un directivo por cada siete autobuses“ Muchos de los trabajadores del transporte público no son ajenos a las protestas. Saturnino Mercader conductor de autobús y miembro de CGT, explica que desde el sindicato “sacamos un comunicado de Renfe, Ferrocarriles Catalanes, Metro y autobuses en el que apoyamos las movilizaciones y recordamos a nuestras plantillas que no somos policías y sólo hemos de vigilar la seguridad en el transporte”.
En muchos barrios disponer de paradas de bus con marquesina se convierte en elemento de reivindicación. Mientras se expande la oferta del bus turístic, en barrios como la Zona Franca donde no disponen de metro y dependen del bus “se les está quitando este transporte, el único que tienen”, comenta Barquer.
Uno de los argumentos que defiende el conseller de Territori y Sostenibilitat, Santi Vila, con un sueldo de 110.000 euros anuales, es que las tarifas del transporte público en el área metropolitana de Barcelona suben porque el modelo está casi en situación de colapso por la deuda de 550 millones que arrastra la Autoritat del Transport Metropolità (ATM). El conseller añade que el Estado español aporta cada vez menos dinero con lo que Generalitat y Ayuntamiento deben asumir más coste. “La deuda se ha acumulado por la mala gestión”, comenta Mercader. “No sólo llegan menos recursos, sino que éstos se administran mal. Por ejemplo, se hizo una inversión muy cara en un tranvía privado que desde ningún ámbito de asociaciones de vecinos se pidió”.
Barquer comenta que “es una deuda no controlada en la que la ciudadanía no ha participado en nada. Sindicatos y colectivos de trabajadoras llevan años denunciando que ATM es una institución opaca. Sabemos que hay 603 directivos en ATM, lo que corresponde a un directivo por cada siete autobuses; y este gasto, ¿quién lo controla, quién lo regula?”. Este descontrol de las administraciones permite que mientras suben los precios de los servicios básicos, el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) decida gastarse 60.500 euros en un nuevo logo para la institución. “No es el primero ni será el último. En campañas de marketing se gastan un dineral”, explica Mercader.
Miércoles de lucha
El eje de la plataforma son las protestas de los miércoles que tienen lugar desde hace semanas en los andenes de metro y paradas de Renfe en ciudades como Mataró o Granollers. Ya ha habido choques con los Mossos d'Esquadra en algunas ocasiones, y hace pocos días Joaquim Forn, teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, anunció que se multaría a las personas que se colaran o provocaran cortes en las líneas. Pese a la amenaza, las protestas siguen. “Las concentraciones se han instituido como una fecha fija de agenda de cada movimiento social a nivel local”, explica Barquer.
De momento ATM reitera la negativa a volver a las tarifas de 2013 pese a que más de un centenar de concejales del área metropolitana de Barcelona han firmado una carta pidiendo la congelación de las tarifas, y algunos ayuntamientos ya han aprobado reprobaciones al aumento. “Si siguen ignorando nuestra demanda se pondrán a toda la gente en contra”, afirma Barquer. “El punto primero es que retiren las tasas de 2014. A partir de ahí empezaremos a hablar”, dice Manuel Cubero, de la asociación de vecinos de Ciutat Meridiana, que cree necesario que “se haga una mesa social para discutir unas políticas de precios públicos”.
Para Barquer, “la principal aportación de esta movilización del transporte, es que la gente se organiza en sus barrios con el punto de unión de unas demandas básicas y un espacio de coordinación en el que se decide lo que se hará cada semana”. De conseguir que los sectores más desfavorecidos de la sociedad tengan una participación activa y puedan plantear de igual a igual tarifas y obras prioritarias al igual que poner fin a la opacidad de ATM, “se habrá demostrado que nuestra metodología es legítima, óptima y habrá que seguir avanzando en esta línea”, concluye Barquer.
Manifestación el 15 de marzo en Barcelona
Un momento importante para Stop Pujades será la manifestación del sábado 15 de marzo en la Plaça Sant Jaume. Saturnino Mercader, de CGT, comenta que “se va a demostrar que lejos de tirar para abajo, esta campaña está creciendo cada vez más”. Pero es la cita de los miércoles el elemento clave de lucha. “Lo importante para nosotros es la protesta ciudadana de cada miércoles. Lo del 15 es para sumar gente de toda Catalunya”, subraya Manuel Cubero, de la asociación de vecinos de Ciutat Meridiana.