Huelga indefinida en Tompla, la última damnificada de la deslocalización en el Corredor del Henares
Es martes 25 de febrero a las 7 de la mañana en el polígono industrial de Alcalá de Henares, una ciudad de 200.000 habitantes y que ya suma más de 21.000 parados. A las puertas del mayor fabricante de Europa de sobres, la empresa Tompla, se concentran decenas de trabajadores para realizar un piquete informativo que da comienzo a la huelga indefinida convocada por el comité de empresa (formado CC OO y UGT) tras haberse roto las negociaciones con la empresa el día anterior.
La dirección de esta multinacional quiere aplicar un ERE de 132 trabajadores, sobre una plantilla de 471 empleados antes del 30 de junio, la indemnización para los que se queden en la calle será de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades, gracias a la última reforma laboral aprobada por el Gobierno que abarata considerablemente el despido para las empresas. Las reformas que planea la empresa no se quedan ahí, sino que también quiere aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para el resto de la plantilla de 25 días al año, sin embargo, los días que durará el ERTE aún no están claros pues la empresa dijo que admitía cambiar las condiciones del mismo, aunque aún no ha manifestado cuales serán las nuevas condiciones. De confirmarse el ERTE, será el sexto que sufran los trabajadores desde 2009, lo que conlleva que muchos hayan consumido ya buena parte del tiempo de paro al que tenían derecho.
La justificación que ha dado la empresa para aplicar el despido colectivo es una disminución de las ventas, sin embargo, según denuncia la presidenta del comité de empresa, de UGT, todos los años la empresa reparte dividendos entre sus accionistas y cada año obtiene más beneficios. Según explica una trabajadora (que prefiere no dar su nombre) miembro del comité de empresa, la huelga se va a realizar en días alternos, porque al parar las máquinas completamente durante un día ya se perjudica bastante la producción y el siguiente día se pierde casi prácticamente en arrancar de nuevo la maquinaria.
Hasta el momento los trabajadores han conseguido pequeñas victorias como que el Ayuntamiento de Alcalá de Henares declara el suelo que ocupa la empresa de propiedad pública y evitar así que la empresa pueda, en caso de cerrar la planta, venderlo y obtener más beneficio. Todos los grupos municipales del Ayuntamiento, gobernado en minoría por el PP, se han posicionado a favor de los trabajadores, sin embargo, según explica Pilar Fernández, portavoz de IU en el Ayuntamiento poco pueden hacer desde el municipio para frenar un fenómeno que afecta a España entera y que tiene consecuencias globales, que es la deslocalización, pues según la portavoz de IU lo que se está viviendo en el Corredor del Henares desde los años 90 no es tanto una desindustrialización como una deslocalización de multinacionales hacía países donde la mano de obra es más barata. Como ejemplo da el de la empresa Roca --bien conocido por los vecinos-- a la que según la portavoz le sale más barato producir en Brasil, además recuerda que el ERE de Roca, que pretendía despedir a 249 trabajadores de la planta de Alcalá de Henares, se invalidó el pasado mes de junio en la Audiencia Nacional porque la empresa había atentado contra la liberad sindical y que al igual que en Tompla, el Ayuntamiento declaró público el suelo que ocupaba la fábrica.
El corredor de la deslocalización
Roca y Tompla no son las únicas fábricas del Corredor del Henares que quieren trasladar su producción a otros países (Brasil en el caso de Roca, Polonia y República Checa en el caso de Tompla), otras como Electrolux, Montenegro y Rober Bosch ya siguieron ese mismo camino que ha llevado a que los parados en el Corredor superen ya los 50.000.
La concejal cuenta que la región vivió su auge industrial en los años 60 cuando muchas industrias empezaron a instalarse en esta zona debido a la congestión del centro de Madrid y a que el suelo en el Valle del Henares era más barato, esto a su vez produjo que se instalaran multitud de pequeñas y medianas empresas que abastecían a las grandes fábricas y que se crearan barrios residenciales para los nuevos trabajadores, los cuales venían principalmente de Guadalajara, Andalucía y Extremadura. En aquellos años la industria llegó a ocupar al 36% de los trabajadores frente a la media de Madrid que era del 22,2%.
A partir de finales de la década de los 90 comenzó la citada deslocalización, agravada, según la portavoz, por la las reformas laborales y la ausencia de alternativas a la industria. “La deslocalización se viene produciendo desde antes de las reformas laborales que han ido aplicando sucesivamente los gobiernos del PSOE y del PP y se habría producido exactamente igual, no obstante, estas reformas se lo ponen aún más fácil a los empresarios para despedir trabajadores con menos indemnización y sin necesidad de dar explicaciones, además no hay un sector económico que absorba a todos los desempleados, como podía ser antes la construcción, por tanto la única alternativa al paro es el empleo temporal y precario que ofrece el sector servicios y que no es suficiente para toda la población que hay”.
Para la portavoz de IU las medidas que debe tomar el Ayuntamiento para frenar esta sangría de puestos de trabajo y deterioro de las condiciones laborales pasan principalmente por fomentar el empleo público y por presionar el Gobierno de la Comunidad de Madrid para que declare el Corredor del Henares Zona Preferente de Reindustrialización. “Crear empleo público sería básico no sólo para crear empleo de mejor calidad que el existente en el sector servicios sino que se mejoraría la calidad de vida de los ciudadanos, pero por desgracia las políticas que se están aplicando van en la dirección opuesta, la de recortar y privatizar servicios como el transporte, la sanidad, la limpieza viaria, etc. Por otra parte tenemos que presionar para que el Valle del Henares sea declarado Zona Preferente de Reindustrialización, como se hizo en Lugo y Cádiz por ejemplo, esto daría beneficios fiscales a las empresas que se instalasen aquí y otros beneficios a los trabajadores como ayudas y cursos de formación”. En este sentido afirma que los agentes sociales presentaron la pasada semana en Europa un proyecto que permitiese que Europa aumente la inversión destinada a la juventud, la formación y la reinserción laboral en la región.
Es jueves a las 9 de la mañana y pese a la lluvia y el frío los piquetes de los trabajadores forman a las puertas de la fábrica de Tompla en Alcalá de Henares. Según dicen los trabajadores el seguimiento el martes fue casi total, especialmente en los turnos de tarde y de noche. “Tenemos que extender la lucha a todas las empresas cuyos trabajadores se han visto o se verán amenazados por los despidos colectivos y la pérdida de derechos, esta lucha es de todo el pueblo y la tenemos que ganar” afirman enérgicos algunos de los piqueteros.