Tras las deportaciones, se incrementan las protestas en Palestina
Testimonios personales, sin ningún soporte audiovisual. En la era de las imágenes, y con la alta presencia de medios en la Flota por la Libertad de Gaza, Israel se ha cuidado mucho de confiscar todas las cámaras de vídeo, fotos, teléfonos. Cualquier prueba que pudiese aclarar lo sucedido ha sido considerada susceptible de amenazar la seguridad de Israel, y por este motivo, confiscada.
Mientras comienzan las deportaciones, los detenidos palestinos del ’48 (palestinos con pasaporte israelí), están siendo juzgados, sin haber sido liberados a primera hora del miércoles. La defensa legal ha sido llevada por Adalah (Centro Legal por los Derechos de la Minoría Árabe en Israel). Para estos palestinos detenidos en el Mavi Mamra el proceso se espera complicado. Estas fuentes temen que la policía israelí pretenda conseguir testimonios en los que los activistas declaren haber visto o participado en los “ataques” a los soldados. Esta versión, así como la idea de que los activistas iban armados, ha sido negada rotundamente por los abogados tras las conversaciones mantenidas con sus defendidos. Además, señalan que es significativo -y muestra una vez más la cortina de humo mediática que el gobierno israelí pretende levantar- como los mismos que ayer eran terroristas, hoy están siendo deportados.
En apoyo a los detenidos, el movimiento activista israelí, ha convocado para el 2 de junio una manifestación a las 16h frente a la cárcel de Ber Sheva. Este movimiento se caracteriza por la ausencia de organizaciones liderándolo, funcionando de manera completamente descentralizada, con un grupo de jóvenes de unos 20 años que asumen la convocatoria de las movilizaciones. Es un estilo que ha funcionado desde que las protestas comenzaron a crecer (distando de ser reflejo de la sociedad israelí en general) en Israel, y desde que se celebran manifestaciones semanales contra la ocupación. Protestas en las que se puede ver a esta nueva generación, junto con los que llevan ya muchos años luchando, congregando también a sectores de lo que se viene a llamar la izquierda sionista.
La versión más escuchada en la calle sigue siendo cercana a la versión oficial, a la vertida por el gobierno, que continúa con su campaña de justificación de los hechos, con mayor éxito local, que internacional. A pesar de que la propia prensa israelí ha criticado duramente la acción del ejército israelí: Siete idiotas en el Gobierno, Las consecuencias de una política defectuosa o Fiasco en alta mar, son algunos de los titulares.. Dentro de esta campaña gubernamental, fuentes oficiales israelíes anuncian que de nuevo utilizarán los medios que sean necesarios y la misma contundencia, si el Rachel Corrie intenta romper el bloqueo, y que por supuesto, el bloqueo no será bajo ningún concepto levantado.
Continúan las protestas
Durante el día de ayer continuaron las protestas, en ciudades del norte de Israel, donde se concentra la mayor parte de los palestinos del ’48, con enfrentamientos contundentes en alguna de ellas, y hubo un seguimiento masivo entre éstos y los de Jerusalén (palestinos que quedaron dentro de la Jerusalén anexada por Israel después del ’67) y la población de Gaza de la huelga general convocada para ayer, y que hoy aún continúa.
En Cisjordania, la situación es de aparente calma, banderas de Turquía hondean en las calles de Ramala, pero continúa la vida como cualquier otro día. Desde los Comités de Resistencia Populares se está organizando una convocatoria coordinada para el fin de semana. Se plantean la respuesta a este nuevo crimen israelí, con una estrategia similar a la seguida tras la guerra de Gaza el año pasado; al margen de estas respuestas inmediatas, pretenden consolidar un proceso de movilización a largo plazo. Además este sábado, 5 de junio, se conmemora también los 43 años de ocupación de Gaza y Cisjordania.
Aunque la movilización y la contestación en Gaza y Cisjordania es importante, sus habitantes tienen la percepción de que la partida se juega en el tablero internacional y sería allí donde la respuesta a nivel social debe ser rápida y significativa.