La policía desaloja un equipamiento social de base a diez días de una reunión con el Ayuntamiento
Agentes de la Policía Nacional han desalojado esta mañana los inmuebles ocupados de Corredera Baja, 20 y Barco, 39, en el barrio de Malasaña (Madrid). Ambas fincas fueron ocupadas el 5 de enero por activistas del centro social Patio Maravillas para abrir un proceso participativo que las habilitara como equipamiento social para el barrio.
El desalojo se ha producido sin incidentes después de que un grupo de vecinos se acercara para preguntar por la operación y retirar diversos herramientas y enseres que almacenaban dentro. Los agentes han presentado una orden de desalojo.
La intervención se produce a 10 días de una reunión entre el colectivo que gestiona el espacio y representantes de gerencia de Urbanismo. "Esto sólo puede tener dos interpretaciones", señala Txarlie, responsable de prensa de los vecinos. "O el Ayuntamiento es un desastre e ignora la existencia de la orden de desalojo, o prefiere tenernos fuera antes que negociar nada", ha declarado a Diagonal.
Ambos inmuebles, que se encuentran intercomunicados y conformaban un espacio de 4 plantas de mayor extensión que la sede central del Patio Maravillas, en la calle Pez, 21, no se encontraban todavía en pleno funcionamiento.
"Nuestro interés es abrir un proceso participativo, no encerrarnos dentro la gente del Patio", señala Txarlie. "Primero, para planificar y ejecutar la rehabilitación del edificio, y segundo para pensar qué actividades se desarrollarían dentro", apunta.
Este proceso ya había conseguido reunir a representantes de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos del barrio, a Ecologistas en Acción y a un espacio de reunión de diferentes colectivos sociales en torno a cuestiones de economía social y solidaria, el Patio de la Economía. Para las cuestiones relacionadas con la rehabilitación, el centro contaba con la colaboración del Grupo de Autoconstrucción, un colectivo multidisciplinar que ha trabajado en la rehabilitación de La Tabacalera y de la sede de Pez, 21.
Los inmuebles de Barco 39 y Corredera, 20 fueron adquiridos por el Ayuntamiento en el año 1991 con el propósito declarado de construir equipamientos sociales. A partir de ese año comenzaron los desalojos de los antiguos vecinos, que culminaron en 2008 con la salida del bar la Pepita, conocido centro de reunión de un sector de la juventud madrileña.
Según cálculos de la asamblea de Corredera, 20, el consistorio ha gastado cerca de 1 millón de euros en la compra, obras y realojos forzados por la compraventa del año ’91.