¿Dónde están los datos de bautizo de Auxilio Social?
Casi todos los españoles
han oído hablar del llamado
Auxilio Social,
aunque la mayoría tengan
sólo una idea aproximada de
lo que representó.
Existen al menos dos estudios
monográficos de esa institución,
de Mónica Orduña (tesis) y de
Ángela Cenarro (ensayo). La investigación
sociológica que esta
institución demandaba constituye
el objeto de mi tesis, Puentes
de escarcha, aún inédita aunque
el profesor Paul Preston me invitó
a que figurase en formato editorial
en este mismo año.
Las dictaduras tienen interés
en destruir los documentos comprometedores,
y en este aspecto
la franquista tuvo tiempo y fue
muy eficiente. En concreto con
Auxilio Social la destrucción de
documentos comprometedores
debió de ser casi completa. Por
esta razón parecía conveniente
realizar una investigación sobre
esta institución desde las herramientas
sociológicas, sin demora,
dada la avanzada edad de los
afectados.
A modo de síntesis señalo los
elementos más significativos de
Auxilio Social.
El protagonismo de la Iglesia
católica era absoluto, en contra
de la impresión general de que
era una institución netamente falangista.
Las experiencias recogidas
hablan de humillaciones,
castigos corporales sin explicación
de causa, racionamiento
hasta la exageración del agua
para beber y de la alimentación.
Y un caso contrastado por triangulación
que apunta a que familias
afectas al régimen visitaban
los hogares para “escoger” algún
chico, incluyendo una especie de
rueda de selección.
Como resumen hay que señalar
que el concepto de disciplina
era militar. En palabras de
algunos internos, “eran cuarteles
para niños”. Por encima de
este comportamiento masificado,
el único objetivo que parecían
perseguir los ideólogos de
la institución (que sobrevivió
hasta 1981) era el ideal falangista
de mitad monje/mitad soldado.
La instrucción militar y el
adoctrinamiento religioso eran
los dos ejes sobre los que se articulaba
el internamiento, sobre
todo en las primeras edades
de los ‘acogidos’.
Como eje directriz del plan trazado
para Auxilio Social (con sello
benéfico) aparece muy claro
que era el ámbito ideal para realizar
el maridaje perfecto del Franquismo
y la Iglesia, es decir la síntesis
más acabada del nacionalcatolicismo.
Sólo así se explicaría
la obsesión por aislar a los niños
de los pocos contactos familiares
que podrían quedarles (muchos
eran huérfanos, pero sí tenían algún
familiar), como una forma de
evitar el contagio con las ideas de
los “rojos”.
La posible respuesta a la pregunta
de cabecera sólo la puede
dar hoy, como resulta evidente,
la Iglesia católica. Es la guardiana
y transmisora de las esencias
del Franquismo, muro infranqueable
para todo intento de dignificar
la memoria de las víctimas
o desmontar las sólidas tramas
ideológicas que permitieron
40 largos años de dictadura. La
propia propaganda eclesial señaló
en 1940 una explicación a la
desaparición de niños.
Semanalmente se bautizaban en
los locales de Auxilio Social a
“cientos” (son sus cifras) de niños.
¿Dónde están los registros
de esos bautismos? Otro dato en
la misma línea. En el registro parroquial
de San Juan Bautista
(Ciudad Lineal, Madrid) aparecen
cientos de niños confirmados
por Eijo Garay, cuyos datos
filiales aparecen sin uno o ambos
de sus progenitores ¿Son reales
sus apellidos? ¿Fueron inscritos,
al igual que los niños bautizados
en locales de Auxilio Social, en el
Registro Civil? ¿Los datos de filiación
eran reales o supuestos?
¿Hizo Auxilio Social un uso intensivo
del Decreto de diciembre
de 1940, sobre apropiación de la
patria potestad de los “niños
abandonados” o “en riesgo”? Hay
que señalar que, para el Franquismo,
el mayor riesgo era el
contacto con los “rojos”.
El peculiar concepto de justicia
impuesto por los ideólogos
del Franquismo, y en primer lugar
por el “cuñadísimo” Serrano
Súñer, hacía que todo el edificio
legal fabricado resultara aberrante,
si lo comparamos con los
principios básicos del derecho.
Por esta razón es preciso matizar
el tema de adopciones y acogidas
. La Iglesia católica tiene
mucho que aclarar todavía.