Tres libros raritos que nadie debe dejar de conocer
- CUESTIONAR LA MATRIZ HETEROSEXUAL que nos constituye como cuerpos y géneros es el objetivo de estos tres ensayos.
El primero es El eje
del mal es heterosexual.
Prácticas,
movimientos y figuraciones
feministas queer
(Traficantes de sueños), un
nombre -para algunos-
provocativo e incluso ofensivo,
pero que no demoniza
a los heterosexuales, sino
que cuestiona esa matriz
heterosexual de dominación
y creación de sujetos.
Matriz que nos construye
como cuerpos y géneros y
que violenta y limita nuestras
líneas de tránsito y de
fuga, entre la hiperidentidad
y la invisibilidad. Porque,
como se dice en el libro,
“aquí también, bajo la
fachada de Occidente, subyacen
las formas más refinadas,
pero no por ello menos
atroces, de racismo, sexismo
y homofobia”.
Su publicación ha ido
acompañada de la aparición,
por primera vez en
castellano, de El pensamiento
heterosexual (Egales)
de Monique Wittig, a
casi 20 años de su publicación
en inglés. Una escritora,
poeta, activista y pensadora
francesa que causó
una verdadera conmoción
en el feminismo tradicional
de los ‘80 -que en ocasiones
se resistió a incorporar
las demandas de las
disidentes sexuales-, con
sus ensayos. En uno de
ellos aparece su famosa
frase “las lesbianas no son
mujeres”. Wittig desató
una nueva mirada sobre
las formas de resistencia
lesbiana, avanzando en su
trabajo con el feminismo
materialista francés, del
que procedía. Y creó una
nueva posibilidad: el pensarse
sujeto mujer y lesbiana
en una sociedad y un
imaginario heterocentrado
y capitalista.
Compilaciones
Teoría queer. Políticas bolleras,
maricas, trans, mestizas,
también editado por
Egales, es una compilación
de ensayos de estudiosos,
escritores y activistas que
hacen aportaciones importantes
a la teoría y la práctica
gay y lesbiana tradicionales,
cuestionándolas
e incorporando temáticas
nuevas como las prácticas
sadomasoquistas y la ‘desdemonización’
de las microcomunidades
leather. O
el debate y la polémica entre
teoría y práctica, culturas
de resistencia y lenguaje
académico. Incluye ensayos
sobre la reinvención del
‘cuerpo lesbiano’, nuevas
formas de hacer ensayo, arte
y literatura, el new queer
cinema, la relectura de la
obra de Judith Butler y de
cómo surgió el activismo,
antes que la teoría queer, a
partir de la crisis del sida y
la reacción homofóbica,
conservadora y cegata, de
las altas instituciones.
Tanto la traducción que
del clásico de Monique
Wittig han hecho Javier
Sáez y Paco Vidarte como
la compilación que han realizado
con esfuerzo estos
dos editores (junto a David
Córdoba) de ensayos de diferentes
autores/as en Teoría
queer, son novedosos e
imprescindibles en el exiguo
mercado editorial en
castellano sobre el tema.
Militancia ‘queer’
En El eje del mal es heterosexual
se utiliza, no obstante,
un lenguaje más directo,
cercano, más provocador,
a partir de las experiencias
compartidas del
grupo de trabajo feminista-
queer (GTQ). Experiencias
de militancia y resistencia
donde se da la palabra
por primera vez a
transexuales, transgéneros
e intersexuales que reclaman
sus derechos, buscan
alianzas y denuncian
el fascismo del lenguaje y
las prácticas médicas que
todavía se realizan sobre
sus cuerpos.
El eje del mal nos habla
de cómo la clase social, la
raza, el lugar de procedencia
o el género son vectores
de diferencia dentro de
un ideal impuesto de comunidad
gay y lésbica
mercantilizada, donde muchas
veces se obvian estas
cuestiones. Un libro valiente,
divertido, estremecedor
y lleno de carga política
que construye, en su recopilación
de artículos, puntos
de vista poscoloniales
al mismo tiempo que critica
la homo, lesbo y transfobia
tanto de las derechas
como, muchas veces, de las
izquierdas tradicionales,
tal y como han sido vividas
por nosotros/as.
VISIONES SIMPLISTAS Y ÉXITO DE VENTAS
_ Estos tres ensayos no se venden
tan bien como los remedos
de otras lecturas y vistazos
rápidos y simplones al mundo
gay o lésbico, que se vienen
publicando -y vendiendo- por
escritores que aprovechan su
fama literaria (en ocasiones
merecida) para opinar -como
portavoces 'oficiales'- sobre
esto y aquello con más conformismo
y glamour que rigor -es
el caso de, por ejemplo, Leopoldo
Alas o Luís Antonio de
Villena y, en un registro, a mi
entender, distanciado y académico,
bastante empobrecedor,
Oscar Guash y Olga Viñuales.