El precio de la ambición
WOODY ALLEN (2005)
Aviso para navegantes:
no esperen encontrar
‘otra más’ de las películas
allenianas: aquí no hay
Nueva York ni intelectuales judíos
neuróticos angustiados
con la muerte, ni apenas rastro
de diálogos chispeantes y
cómicos. Aquí hay un thriller
sobre el ascenso social de un
joven monitor de tenis (Johnatan
Rhys Meyers) en la clase
alta londinense por medio del
matrimonio, y cómo su obsesión
sexual por una joven norteamericana
aspirante a actriz
(Scarlett Johanson) le complica
sus planes.
El cambio de escenario -de
Nueva York a Londres- trae
consigo un cambio de tono: de
la calidez de los ambientes neoyorquinos
que el director tan
bien conoce y de las andanzas
de personajes ‘progres’ e intelectuales
de clase media alta
(en el fondo, el medio social al
que Allen pertenece), pasamos
a un examen frío de la burguesía
inglesa sin condescendencia
y con más mala baba.
Quizás lo más interesante de
Match Point es el punto de vista
que Allen adopta: distante,
frío, examina el trayecto de sus
protagonistas, dos jóvenes de
origen humilde que quieren
trepar a través de la seducción
y el sexo, y expone sus miserias
sin buscar subterfugios. El
rostro vidrioso e inquietante
de Rhys Meyers es perfecto
para este propósito.
Aquellos espectadores que
sigan a Allen desde hace tiempo
no podrán evitar acordarse
de la trama de Delitos y faltas,
muy similar a la de Match
Point, aunque ésta abandona
la ironía y el debate moral para
crear un inquietante thriller.