Poder vacío
La idea no tan extendida pero
igual de válida es que Marca y As son lo mismo:
periódicos que se deben leer en menos de media
hora; una suma de crónicas tendenciosas y opiniones
irrelevantes. Poco importa si ese tópico es válido
o no, lo cierto es que nadie en su sano juicio discute
que la supervivencia de estos periódicos no se
basa en el fomento del gusto por la lectura sino en
la pasión por un equipo, a lo sumo dos.
Podríamos
empezar aquí a hablar de los ‘magníficos profesionales’
que trabajan en estos medios, pero también
es cierto que esos mismos profesionales son los
que han contribuido a que se extienda esa imagen
tan certera de que los magazines de deportes están
hechos por y para catetos y que la información de
deportes más valiosa está en las páginas de El País
y El Mundo, no así en Público.
En vista de lo cual, y de ‘la crisis de los medios
en papel’ ¿por qué no proponer simplemente que
desaparezcan? Pues porque no. En estos tiempos
en los que la amenaza sobre la prensa escrita es un
aburrido lugar común, nadie se plantea que Marca
o As vayan a echar el cierre.
¿Para qué, si en el caso
del primero se trata del periódico más leído, y el
segundo sólo tiene un tercio menos de lectores que
El País? La adaptación a los nuevos tiempos pasará
por hacerse más del Real Madrid, en cualquier
caso, por denunciar al villarato, por vender tazas,
en fin, ya saben, el circo, etc. Por mejorar sus páginas
web, también, pero no para vender más papel
sino para consolidar su fortaleza, necesaria para
alcanzar los objetivos de estos medios; a saber,
configurar una opinión pública suficientemente
fuerte para alcanzar, ¿qué poder?