Memoria histórica
Parece que al fútbol no ha llegado la memoria
histórica, por mucho que esté legislado. De una
manera muy light, sí, pero legislado. Tampoco es
que al callejero haya llegado del todo, seguimos
viendo las calles General Mola, plazas Francisco
Franco y demás, pero al menos en algunas ciudades
ha cambiado algo. En el fútbol no, sobre todo
en los estadios de fútbol. Ahí siguen los nombres
de “cruzados contra los rojos” como Santiago
Bernabéu, Ramón de Carranza o Luis Sitjar.
Uno no deja de asustarse al ver que de los estadios
que tienen el nombre de alguien, un número
muy importante corresponden a falangistas o
empresarios afines al franquismo. Hay que reconocer
que por la peculiaridad de la historia de
España, el período de desarrollo del fútbol profesional
coincide en gran parte con el franquismo,
lo cual favorece que cualquier hombre de negocios
importante que haya hecho algo por un club
de fútbol (como construir un estadio, origen de
muchos de esos nombres) tuviese relación con el
régimen. Sin embargo, no deja de sorprender cómo
incluso en algunas zonas como puede ser
Cádiz y comarca, donde no quedan nombres
franquistas en las calles, nos encontramos con
Ramón de Carranza dando nombre al estadio del
Cádiz CF y a otro falangista como Sáncho Dávila
en el letrero del estadio del Puerto Real CF.
Ya hay algunas asociaciones de memoria histórica
protestando por estos hechos, pero ni siquiera
hay un informe, como sí existe con calles,
monumentos, plazas y demás. No deja de ser curiosa
la excepción que se hace con el fútbol. Si
hace unas semanas hablábamos de que los equipos
de fútbol profesional (sociedades anónimas
deportivas) no cumplen con sus deudas con
Hacienda, ahora también vemos que muchos
equipos no cumplen con la Ley de Memoria
Histórica. ¿Barra libre para el fútbol?