De barbudos bengalíes y mujeres oprimidas...
En los últimos años la
televisión está poniendo
a prueba a las artes
escénicas hindúes
más populares. Las expresiones
artísticas de India son muy
abundantes, y existe un interesante
diálogo entre el estilo clásico
(teatro kathakali), muy codificado
y rígido, y el popular,
más flexible y heterodoxo. Sin
embargo, el teatro que solía ser
muy contextual y accesible se
está viendo ensombrecido por
la televisión, y en la India más
rural -la mayor parte del país-
están desapareciendo eventos
culturales cotidianos, realizados
por las propias comunidades.
A veces, no son necesariamente
espectáculos teatrales,
sino otras manifestaciones artísticas
vinculadas a la religión
y a los rituales. Mientras, el
teatro urbano queda en un ámbito
muy elitista; grupos callejeros
y artistas individuales son
los menos en un país tan grande.
Con el Teatro del Oprimido
(TO) sucede lo mismo.
Jana Sanskriti es el grupo
que en los ‘90 introdujo y extendió
el TO por diferentes estados
de India. Su fundador en
India, Sanjoy Ganguli, comenzó
trabajando con una pequeña
población campesina de
Bengala Oriental y hoy, 17
años después y sin ordenador
portátil, organiza las conferencias,
seminarios, talleres y representaciones
del Muktadhara
II. El resultado: diez
grupos representantes de
India, más la participación de
Palestina, Austria, Brasil, y
miembros del TO de 14 países.
Todo se desarrolló al clásico
indian style: gran caos y desorganización
que desenlazan
sorprendentemente bien. “Todo
lo que tiene que ser, es”.
Entre los miles de vehículos, la
polución, los ruidos y la miseria,
en una abigarrada sensación
de vida, los participantes
extranjeros compartieron experiencias
en Calcuta, la
Ciudad de la Alegría.
El encuentro entre culturas
se dio en la escena y frente
a los espectadores, ya que
los talleres estaban organizados
para mostrar el modo
de trabajo indio a las personas
extranjeras.
Un círculo en la tierra
Las representaciones de Teatro
Foro [ver DIAGONAL
nº 5] se suceden en un parque
público. Un gran círculo en la
tierra sirve de escenario para
todos. Miles de caras siguen
atentamente las piezas. Desde
intelectuales hasta gente de la
calle, toda persona curiosa
que quiere se acerca y se sienta
en el suelo atraída por la
acción dramática. No faltan
anécdotas inolvidables: un
barbudo bengalí sustituye a
una mujer oprimida en una
pieza austriaca, un estadounidense
ocupa el lugar de una
mujer que pare en una pieza
india o la valentía de las mujeres
indias, que deciden dejar
su sitio en el suelo y atreverse
a entrar en escena para jugar
una alternativa al fatal destino
de la protagonista. Tampoco
se puede olvidar el divertido
juego de las inesperadas traducciones
simultáneas. Al comenzar
y finalizar las piezas
intervienen siempre grupos de
rítmica música bengalí, los
gritos espontáneos y los grupos
de contorsionistas intuitivos.
Las piezas indias de teatro
tienen en común la continua
alternancia de escenas
dialogadas con coros dinámicamente
danzados, siempre
acompañados de percusión.
Es característica la vehemencia
de la acción dramática.
Resultan piezas muy eficaces
y envolventes aunque
parece haber ya un cierto modelo
creado de pieza teatral.
La representación brasileña
juega más con un estilo gestual
y simbólicamente estereotipado.
El grupo palestino
presenta una pieza bien jugada
al estilo más clásico y sin
música. Los espectadores disfrutan
de las diferencias de estilos,
unos a los ojos de otros
se vuelven exuberantes. La
electricidad falla en algún momento
y no faltan los mosquitos
y los vendedores de té con
especias. Varias obras indias
han tratado la opresión por
uso de agua y tierras, o la represión
policial. La temática
de los grupos extranjeros ha
abordado la opresión de las
mujeres. Una gran mayoría de
espectadores son hombres.
En las conferencias nada ortodoxas
a los ojos de cualquier
occidental (siempre comienzan
con enérgicos cantos y palmas
de participantes indios
que arrastran a toda la platea),
el creador del TO en Brasil Augusto
Boal y Sanjoy Ganguly
hablaron de la trasgresión de
la norma en favor de la justicia
y la igualdad. “Actuar como
parte de la acción, cambiar como
parte de la vida”. Creatividad,
lucha, seres humanos,
colores, reapropiación del poder
del arte, arte como necesidad
y medio, reapropiación del
ser político. “El teatro por, para
y del oprimido en favor de la
transformación de la realidad
es un trabajo constante contra
aquellas tradiciones que son
crímenes contra la Humanidad”.
Es la eliminación de la esclavitud
no formal.
El 22 de octubre tenía lugar
una manifestación muy especial
en las calles de Calcuta:
12.000 personas desfilaron durante
cuatro horas en dos filas
y riguroso silencio. La mayoría
de ellos eran campesinos
vinculados al TO. Habían llegado
después de atravesar
India en tren y abandonar varias
jornadas laborales para
mostrar su existencia. Ni en la
mejor de las predicciones se
hubiera imaginado tanta asistencia.
El ambiente era densamente
emotivo. Los occidentales
cantaron en bengalí.
En palabras de Boal, “este
momento tiene gran importancia
simbólica y será recordado
como un pequeño-gran
paso en la historia de India”.
Acaba de quedar constituida
la I Federación de Teatro del
Oprimido del Mundo. JIN DA
BAT (¡larga vida!)
REINVENTAR EL TEATRO DEL OPRIMIDO
_ El Teatro del Oprimido (TO) sigue creciendo
y reinventándose. Actores, pedagogos,
psicólogos, educadores,
pero, sobre todo, personas oprimidas
de muchos países del mundo lo utilizan
como herramienta de cambio social.
Es en India donde esta forma de
teatro ha conseguido expandirse
más. La realidad del subcontinente
(con una superpoblación de 1.100
millones de habitantes y un gobierno
imperialista que decide sobre los recursos
naturales y plantea proyectos
como las recientes special economic
zones) permite el régimen esclavista
en muchas regiones rurales, genera
grandes desplazamientos de población
y una masiva carencia de necesidades
básicas. La fuerza de algunos
fundamentalismos causantes de
guerras internas, la desigualdad de
las mujeres y la permanencia de las
castas son algunas de las opresiones
de este complejo país.