"Si García Lorca viviese hoy, estaría preso en FIES"
Marinah fue durante muchos años la voz cantante de Ojos de Brujo, conjunto que atravesó fronteras estilísticas y políticas. Juan Gómez, Chicuelo, es un reconocido guitarrista flamenco de larga trayectoria. Ahora se dan la mano en Sintonías, un disco que certifica su cruce de caminos.
El encuentro se produjo en el Festival Connexions de Barcelona, organizado por el Taller de Musics, si bien el guitarrista había participado previamente en un disco de Ojos de Brujo. Pero en esta ocasión, la chispa se ha prolongado. "El festival trata de juntar a artistas de distintas ramas y que se aventuren en directo. Pero dada la conexión y la sintonía que hemos tenido ha sido todo muy sencillo. Después de presentar ese espectáculo, consideramos que era una pena que quedara sólo en eso. Decidimos continuar, salieron las cosas y al final grabamos", explica Chicuelo.
Ella confirma esa facilidad para el entendimiento: "Chicuelo es un guitarrista flamenco muy inquieto, que siempre se ha juntado con otras cosas, sin prejuicios. Yo también vengo de probarlo todo, es mi modus operandi".
Con el trompetista cubano Carlos Sarduy, el bajista Javi Martín y el percusionista David Domínguez registraron en directo en un estudio –"compartir el escenario fue la esencia de este proyecto", asegura Marinah– ocho canciones que suenan relajadas y tranquilas, con pellizcos de alboroto rumbero, de cante flamenco y algo del jazz menos ruidoso.
¿Qué idea hay tras este disco?
M: La guitarra de Chicuelo era el hilo conductor que nos permitía ir a muchos sitios. Lo que puedes escuchar son composiciones de ida y vuelta, por un lado de los músicos compartiendo sus bagajes con otros músicos; y por otro, de los estilos. También por la relación original, de base, del flamenco con la música cubana. Hay pinceladas de jazz, no sólo por el género sino por la composición. Es un disco libre, grabado de una manera libre, en un formato jazz: los solos acaban cuando al músico le da la gana.
¿Cómo se han traducido esas ideas en el resultado final del disco?
M: Las canciones y los proyectos tienen su carácter, su personalidad, y mientras no intentes domarlos van adonde tienen que ir. Éste ha sido muy fluido en todo momento. Notábamos a la vez cuándo se había terminado el viaje de cada canción. Está hecho desde un respeto a la música, sin masticarlo.
¿A quién dirigís estas Sintonías?
Chicuelo: Para todos los públicos, es un disco universal.
M: Me atrevería a decir que es un disco homenaje a nosotros mismos, nuestro disfrute ha estado siempre por delante. Desde el principio pensamos que nos daba igual vender un disco o cien. Si se venden cien, mejor, pero no es un proyecto cuyo objetivo sea vender. Lo que queríamos era dejar plasmada una experiencia musical sin prejuicios ni fronteras.
¿Qué efectos queréis lograr en quienes lo escuchen?
C: Que les conmueva, les guste, les haga sentir bien, que lo pasen bien, les traiga recuerdos, que sea algo especial como lo ha sido para nosotros. Creemos que es otra manera de hacer un disco hoy en día. Cualquier productor le metería la tijera por 16 sitios. Pero esto es justamente a lo que nos oponemos.
M: Es una propuesta un poco rebelde, en ese sentido.
C: Pero real. Esto es la verdad de la música. Puede ser bueno o no, mejor o peor, gustar más o menos, pero está concebido con esa intención.
M: Creo que hay un paralelismo con la realidad que vivimos. La verdad, sin manipular, es casi rebelde. Llama la atención porque está todo tan mediatizado y manipulado que una cosa fresca, como viene, con sus fallos y virtudes, es rara, la gente la recibe con sorpresa. Estamos en algún lugar equivocado. Con que a la gente le pase la mitad de lo que me pasa a mí cuando lo canto o escucho tocar al Chicuelo, yo ya me daba por satisfecha.
¿Cómo afecta lo que pasa a la hora de crear música?
C: Intento aislarme porque la política nunca ha sido mi aliada. Intento estar apartado pero sé que inevitablemente afecta, porque la cultura tiene mucho que ver con la política y la cultura está muy degradada, no hace falta que lo diga yo.
"Concibo la música desde la empatía y la sensibilidad, mi centro al hacer música es ése: proyectar desde un lugar sincero e íntimo hacia otro que abarque al máximo de gente"
M: Para mí, lo personal es político y lógicamente en mi creación influye lo que ocurre a nivel social, lo que pasa al lado de casa, lo que tengo que explicarle a mi hijo, los apuros que paso para llegar a final de mes. Claro que nos afecta, por completo. Concibo la música desde la empatía y la sensibilidad, mi centro al hacer música es ése: proyectar desde un lugar sincero e íntimo hacia otro que abarque al máximo de gente. Esa sensación de que con tu música puedes cambiar algo a otras personas, aunque sea su estado de ánimo en ese momento. Creo que en este disco hay una visión positiva, desde el lugar en el que estamos, sin olvidarlo, pero sí reivindicar la alegría, la belleza, la cultura para la gente… Ése es el leitmotiv.
¿Lo que ha pasado con los titiriteros, por ejemplo, influye? ¿hay censura o autocensura?
M: Es una locura. Claro que afecta. Autocensura siempre hay, desde el momento en que estás en una industria que es comercial y mercantilista sabes que hay cosas que no puedes decir, porque no vas a poder llegar a determinados sitios, no te van a dejar. Luego está el arte para decir las cosas que quieres decir de una manera poética, creativa, que no tiene por qué ser panfletaria. Para mí, lo que no es panfletario es lo se expresa desde lo cotidiano, lo íntimo,… y eso no te lo pueden tocar.
Hay que tener mucho cuidado porque, aunque ahora se ponga el grito en el cielo con los titiriteros, esto se venía cociendo desde hace tiempo, con las leyes que han aprobado. Esto lo han podido hacer porque hay unas leyes que les respaldan. Lo que les pasa a Def con Dos o a Fermín Muguruza. Siempre lo digo, si García Lorca viviese hoy, estaría preso en FIES porque era una persona libre, artista, reivindicativa.
Creo que hay un paralelismo con la contrainformación o con la manera de informar de un medio como Diagonal: cuanto más independiente seas de quien te paga, más posibilidades tienes de ser libre en tus expresiones y acciones. La contrapartida es que eso te va a hacer llegar a menos gente. Para mí, la música está demasiado mercantilizada. La cultura siempre ha sido una expresión popular, pero hoy en día romper, como hicieron Lorca o Dalí, te coloca en un lugar marginal, te cierra puertas, te limita las posibilidades de llegar.