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A mí me pone Christian

Enviado por ter el Sáb, 12/13/2014 - 08:00

Sección principal: 
Culturas
Cuerpo: 

Sí, lo confieso, lo leí y me gustó. Éste es mi escalofriante testimonio. Mi hijo tenía nueve meses y acababa de incorporarme al curro. Era uno de esos momentos de la vida en el que se supone que no tienes tiempo para nada… y me leí 50 sombras de Grey en cuatro días. La noche que lo acabé apenas dormí. Los siguientes tomos cayeron en dos semanas. Cuando me cruzaba en el metro con alguna mujer leyéndolo me ponía eufórica pensando en lo bien que se lo estaría pasando y tenía que reprimir mis ganas de acercarme a ella haciendo el símbolo de la victoria.

Creo que es la primera vez en la historia en el que las mujeres consumimos pornografía de manera masiva. Por lo visto ver las palabras “consumo de pornografía” y “mujeres” juntas le pone a mucha gente los pelos de punta, porque los meses que siguieron al boom de 50 sombras, cuando las cifras de venta se dispararon, no paré de escuchar y leer a contertulios y expertos insistiendo en lo malísimo que era leer esa trilogía que, maldita sea, muchísimas mujeres de todo el mundo nos empeñábamos en leer.

La escasa calidad literaria era uno de los argumentos favoritos contra la novela de E.L. James. Señores, ya en serio, ¿de verdad piensan que lo que buscamos en la historia de Christian y Anastasia (sí, con ese nombre) es calidad literaria? ¿Para cuándo, entonces, un debate en profundidad sobre la calidad artística de las pelis porno que consumen principalmente los hombres? No parece que ese sea un tema que les quite el sueño.

 “Cada ejemplar vendido de 50 sombras de Grey es un ataque a la mujer”. Así de rotundo (y de insultante) comenzaba un artículo que analizaba los estudios de prestigiosas universidades norteamericanas, publicados en el Journal of Women’s Health, que alertaban de que la relación entre Christian y Anastasia era una relación de maltrato. No creo que ni la bedel del instituto, ni la madre de mi colega, ni la más ferviente seguidora de E.L. James piensen que la relación entre los protagonistas de 50 sombras de Grey sea un modelo a imitar. No lo creo porque no creo que las mujeres seamos imbéciles. Se trata de una fantasía sexual y las fantasías sexuales casan mal con lo políticamente correcto. Más bien tendríamos que reflexionar sobre lo que el éxito de esta pasión enfermiza nos revela de las relaciones entre hombres y mujeres en nuestra sociedad, pues ése sí es un debate interesante.

Por supuesto que en cuestión de pornografía estamos en pañales y que se trata de explorar nuevos caminos, inventar nuevas pornografías, erotizar otros modelos y erotizar, en fin, la diversidad (y ahí están las propuestas de, por ejemplo, Erika Lust) pero, mientras tanto, que nos quiten lo bailao.

Temáticos: 
número 235
pornografía
feminismo
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Edición impresa: 
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CC-by-SA
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Cuerpo del artículo
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Tipo Artículo: 
Normal
Autoría: 
Violeta Buckley
Formato imagen portada: 
sin foto