El Mito bolchevique
Texto de Alexander Berkman
Con el antecedente de la Comuna de París, los revolucionarios rusos consiguieron derrocar las anquilosadas estructuras del zarismo y desarrollar una sociedad distinta. Los ricos debates que generó la Revolución Rusa pusieron en liza todas las tendencias revolucionarias del momento, desde el marxismo hasta el anarquismo.
Sin embargo dos factores vinieron a frenar el proceso revolucionario. Por una parte, las potencias capitalistas establecieron un cordón sanitario para aislar a la Rusia revolucionaria apoyando a las fuerzas blancas partidarias de la contrarrevolución. Esto diezmó a la población rusa. Por otra parte, las fisuras en el interior posibilitaron que los bolcheviques se hiciesen con el control de la situación e iniciasen una dura represión contra los propios revolucionarios.
Alexander Berkman era uno de esos revolucionarios. Nacido en el antiguo Imperio Ruso, desarrolló sus posiciones políticas en EE UU acercándose al anarquismo. Fue encarcelado tras intentar asesinar al patrón Henry Frick por las actividades antiobreras de éste. Compañero de Emma Goldman, fue autor de una amplia bibliografía. Tras el acoso y represión que el Gobierno de Woodrow Wilson realizó contra el movimiento obrero, fue expulsado a Rusia. Esperanzado, como muchos otros, con los progresos de la Revolución, paulatinamente se percató de que el desarrollo revolucionario no discurría por las vías que esperaba. A pesar del respeto que le profesaron los bolcheviques, la represión a los marinos de Kronstadt hizo que Berkman y Goldman rompieran su colaboración con la Rusia soviética y se exiliasen a Francia.
Esto es lo que nos relata El mito bolchevique. Un repaso de las vivencias de Berkman en su periplo desde que sale de EE UU hasta la represión de Kronstadt. Lejos de la imagen sintética que siempre se ha transmitido de la Revolución rusa Berkman nos trae su complejidad.