Demasiadas voces en un mundo que era silencioso
En Bruselas viven muchos de mis amigos y familiares. Quiero saber qué impacto tiene este evento bélico en sus vidas. Quiero invitarles a reflexionar desde el enfrentamiento directo con la violencia. Ni ellos ni yo somos expertos en geopolítica internacional pero no importa, aquí no se trata de llegar a las burbujas del poder, sino de volver al cotidiano y a una realidad de guerra global e imperialista que podemos cambiar juntos.
“The world used to be silent. Now it has too many voices”. Con este extracto de la película Opening Night, de Cassavetes me contesta Aurore a la pregunta de cómo le afecta el acto de violencia que ha sufrido la capital belga. “Quiero un poco del silencio que se siente antes de reaccionar, antes de pensar”.
Los atentados de Bruselas vienen añadirse a los que se comenten desde hace más de una década en otros países (Iraq, Paquistán, Siria o Afganistán) “Hasta que no nos llega a nosotros, se queda todo virtual”, dice Sarah.
Abren los ojos sobre la cruda realidad de la guerra global permanente y del aumento de la radicalización entre jóvenes, también europeos. Según el informe del Centro Internacional de Estudios para la Radicalización de 2014, “de los 20.000 extranjeros que combaten en Siria, 4.000 son europeos. Aunque son superados en número por franceses, alemanes y británicos, en proporción, los belgas son los más numerosos, unos 440, es decir, 40 yihadistas por cada millón de habitantes”.
Nadie me contesta abiertamente tener miedo… Emi afirma tener “más duda y prudencia a la hora de desplazarse en la ciudad. Evito las zonas rojas y los barrios más tensos de la ciudad”
¿Quién piensa aún que Bélgica es un país neutral? Con su Fabrique Nationale, de 125 años de antigüedad, propiedad exclusiva del gobierno valón, Bélgica se posiciona como uno de los países líderes en venta de armas. ¿Cuál es el progreso que nos vende Europa mientras masacra pueblos “lejanos”?
“Ira”, “vértigo”, “rabia”, “decepción en mi fe en el humano”, “mucha incomprensión”, “tristeza”… Primero, reconocer la emoción para superarla, no quedarse atascada en ella. Expresar las emociones ayuda a sanar la herida, a seguir con la vida. ¿Qué pasa cuando se instala el miedo? Sarah, madre de una niña de un año que vive en Ixelles, un barrio muy céntrico de Bruselas, confiesa no haber salido de su casa desde el 22 de marzo. Pero nadie me contesta abiertamente tener miedo… Emi afirma tener “más duda y prudencia a la hora de desplazarse en la ciudad. Evito las zonas rojas y los barrios más tensos de la ciudad” Pierre-Oliver, padre de tres niños, me habla de “aprehensión cuando acudo a espacios públicos” y de su “voluntad de proteger los niños física y psicológicamente”. Sin embargo, no siente muchos cambios en lo que se refiere a la presencia policial o militar. ¿Dependerá del barrio?
Bruselas es como otras ciudades europeas, un mosaico de culturas que conviven sin mezclarse mucho, todo sea dicho. A partir de los años 50, los barrios más céntricos fueron abandonados por los nativos cuando llegaron los inmigrantes de España, Marruecos, Portugal, Italia, Turquía y el Congo (la colonia belga cuya historia está teñida de masacres). Hoy en día hay registradas en “la capital de Europa” más de 105 nacionalidades diferentes. Existe una diversidad tremenda de comunidades que se agrupan en barrios. Algunos están habitados por belgas de origen marroquí, representantes de la segunda, tercera o ya cuarta generación de la migración. Los barrios marroquíes siguen siendo de los más pobres de Bruselas. Molenbeek-Saint-Jean y Saint-Josse-ten-Noode son dos de los tres municipios más pobres de todo el país. ¿Casualidad?
Intentar dar una explicación lógica a un acto ilógico, razonar sobre lo irracional. Sarah y Laurence abordan las causas desde un punto de vista crítico y de preocupación. La islamofobia va en aumento. ¿A quién le interesa esto? Habla de la “introducción de otra rama del islam en la segunda generación inmigrante marroquí” y la “falta de transparencia de los sistemas de funcionamiento de los sitios de culto y de sus financiación”.
Aurore y Orlando apuntan a la venta de armas, al petróleo y a las políticas imperialistas. Casi todos piensan que ser la capital europea incrementa el riesgo de atentados. ¿Qué dirían hoy las familias paquistaníes que han sufrido el último atentado que se ha cobrado la vida de, al menos, 72 personas? También mencionan factores como “la estigmatización y el abandono de las personas migrantes”.
Pierre-Olivier piensa que “nuestra actitud occidental frente al mundo arabe-musulmán y a las poblaciones migrantes (belgas de segunda, tercera y cuarta generación) son factores importantes. No creo en el concepto religioso detrás de estos actos. Los terroristas no tienen el perfil de integristas religiosos. Antes de ser terrorista, quizás eran personas que vivían en una gran precariedad social y humana dentro de nuestra sociedad”.
¿Qué empujará a los jóvenes a elegir el suicidio y la muerte? Según Emi, “son actos reivindicados por almas que han perdido el sentido de la vida, del amor. Son el resultado de quebrantos y dolores profundos. Quizás representaran una respuesta y una solución para estos terroristas”.
¿Qué soluciones se pueden esgrimir desde una ciudadanía cooptada por el miedo? Según Sarah, “el Estado tiene el papel de cuidar a sus ciudadanos y que todos se integren en la sociedad. Hay que sensibilizar a las familias para que dediquen tiempo a los suyos, quizás a través de actividades ciudadanas al servicio de la comunidad. Para eso, es necesario que la gente tenga más tiempo para poder quererse y compartir, lo que se puede conseguir con la introducción de una renta básica universal... Igual es importante favorecer el carácter mixto en los barrios”. ¿Y el carácter mixto de una Europa que extermina? ¿Dónde queda?
Aurore se imagina, como por magia, a los políticos elegidos diciendo: “tomamos conciencia que es más que nunca imprescindible fortalecer nuestras políticas de apoyo a la infancia, la educación y la cultura, únicas armas verdaderas contra el oscurantismo”. Se pregunta por qué, en lugar de recortar en educación y cultura, no se apuesta por el diálogo, por la convivencia y la educación permanente.
Pierre-Olivier afirma, de sopetón, “la permacultura” y Orlando invita a “cambiar de banco y poner el dinero en los bancos responsables y éticos que aseguran que nuestro dinero no acaba financiando a las empresas del armamento”. Emi opta por un trabajo más personal: “intento hacer lo mejor que puedo, lo más justo, en el respeto, la calma y la prudencia, sin caer en el miedo exacerbado. Quiero difundir amor y paz por ondas mentales para todo el mundo, sin discriminación”.
"If the world would shut up, even for a while, perhaps we would start hearing the distant rhythm of an angry young tune, and recompose ourselves. Perhaps, having deconstructed everything, we should be thinking about putting everything back together. Silence yourself".