Encierro contra la privatización de la donación de sangre en Madrid
Desde el 3 de febrero la plantilla del Centro de Transfusión de Madrid se ha encerrado en ‘asamblea permanente’ para reclamar a la Consejería de Sanidad que paralice el convenio firmado con Cruz Roja que pone en peligro 130 puestos de trabajo en el sector público y privatiza la donación de sangre en la Comunidad de Madrid.
Como señala Antonio Gómez Liébana, de la veterana coordinadora sindical antiprivatización CAS Madrid este proceso privatizador se remonta a 2004 y es posible gracias a ley 15/1997, piedra angular del proceso privatizador. A pesar del enorme paso que supone la reciente paralización judicial de la privatización de los hospitales madrileños existen otros muchos servicios sanitarios que se están privatizando. Además de los once hospitales madrileños privatizados existirían servicios sanitarios clave que han sido recientemente privatizados. Algunos de estos servicios son limpieza, lavandería y donación de sangre.
De los servicios anteriormente citados probablemente el más grave es el servicio de donación de sangre. Las alarmas saltaron en diciembre cuando las trabajadoras de los centros de donación de sangre denunciaron que la Comunidad de Madrid había firmado un convenio con la Cruz Roja donde esta entidad privada pasaría a gestionar en exclusividad la donación en vía pública, es decir, los conocidos autobuses de donación de sangre. La Comunidad de Madrid le cedería la equipación, y pagaría 67 euros por bolsa de sangre recogida, lo que supondría el despido de 130 trabajadoras públicas.
Desde que la noticia salió a la luz han sido numerosas las reacciones. Ha habido declaraciones públicas por parte de pacientes en contra de la privatización, el comité de empresa del CTCM ha entregado 20.000 firmas en la Asamblea de Madrid, y concentraciones delante del autobús de la Cruz Roja en Sol. La última reacción ha sido el encierro de la plantilla en el centro de transfusión. Además, el próximo sábado 8 han convocado una concentración en la puerta del Sol para intentar frenar el acuerdo.
Desde que comenzó el encierro han recibido ofertas a través de sus representantes sindicales que asegurarían la ausencia de despidos y traslados de las trabajadoras de CTCM. Pero las trabajadoras, unidas en la Asociación de Empleadas del Centro de Trasfusión de Sangre de Madrid (ADECETM) han negado dicho acuerdo, porque lo que defienden no es sólo sus puestos de trabajo sino la sanidad pública en todos sus aspectos, incluida la donación de sangre.
María Diezma, de ADECETM, comenta que lo principal es defender el derecho a un servicio público de donación de sangre. “No entendemos por qué ahora que hemos conseguido un CTCM que funciona genial quieren dárselo a Cruz Roja”, dice. Para ofrecer un buen servicio de donación de sangre la recogida es vital. Según explica María, “las trabajadoras públicas queremos seleccionar al donante para asegurar una óptima calidad de la sangre y evitar problemas de salud”. Temen que la empresa recolectora, al poner precio por bolsa, no hiciera hincapié en la calidad de las donaciones sino en la cantidad, con los problemas posteriores que eso podría acarrear.
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública ha expresado su temor a que esta privatización abra la puerta a que Cruz Roja llegue a un acuerdo con la multimillonaria empresa catalana Grifols de hemoderivados, para que esta venda la sangre posteriormente al extranjero.
Como dicho acuerdo no es público todavía quedan muchas incógnitas pendientes. Por ejemplo, no se sabe si esa sangre se revenderá a empresas privadas como la catalana Grifols, quién gestionará la información confidencial de los donantes de sangre o si será la Comunidad de Madrid quien pague los de los juicios en caso de contagios por transfusiones contaminadas.