En pleno mes de descanso de la cotidianidad, muchxs aprovechamos este tiempo para poner tierra de por medio, tomar distancia, recargar energías, conocer nuevos lugares o hacer visitas, ya sea por deseo u obligación (como Martu hablaba en el post anterior), en definitiva, muchxs nos damos un tiempo para seguir intentando colocar nuestras vidas en el centro y articularlas con nuestras redes de afinidad para hacerlas más vivibles.
En estos días de desconexión veo un corto llamado PEQUEÑO, que incluyo más abajo, donde un niño ante la pregunta sobre qué quiere ser de mayor se plantea, entre otras cosas, que muchas personas adultas trabajan remuneradamente durante toda su vida para tener quince días de vacaciones cada año. Quince días para salir corriendo y olvidarse de todo, quince días donde cada minuto debe estar destinado a consumir paisajes, emociones y encuentros, quince días para obtener las fotos y recuerdos que nos ayuden a soportar el resto del año. Finalmente, PEQUEÑO decide que no quiere que nadie más le pregunte qué quiere ser de mayor, que pasa de trabajar remuneradamente a cambio de una quincena anual de liberación, y que se queda con su vida disfrutando de ella cada día.
PEQUEÑO, que se mueve, para mí, entra la ciencia ficción y el documental pasando por la tragicomedia, ayuda a ampliar el debate sobre qué hacer con el trabajo. Escribo ciencia ficción, cuando pienso en contratos para toda la vida. Si PEQUEÑO se diera una vuelta a día de hoy, teniendo en cuenta las reformas que se han producido en las ultimas décadas, vería que en el mundo de lxs mayores, después de varios voluntariados, becas de formación, empleos sin contrato o encadenar contratos por horas, días, semanas o meses, tener un empleo estable y digno durante toda nuestra vida para conseguir quince días de vacaciones pagadas cada año en los que poder olvidarnos de todo, aunque muchxs no lo queramos, forma más parte del mundo de los sueños que de la realidad laboral que nos rodea.
En sus escasos tres minutos y medio, de la ciencia ficción pasa a lo tragicómico, cuando PEQUEÑO se ríe de las razones que nos motivan a tener un empleo, ¿para comprar desodorante, para tener un coche rápido o quince días de vacaciones para olvidarnos de nosotrxs mismxs? PEQUEÑO, ve claro que el empleo nos da salario para consumir en los mercados y que los hemos ido colocando en el centro hasta perder de vista lo fundamental, atacando incluso nuestras propias vidas y el medio en que se desarrollan. Y de la tragicomedia pasa al documental, al destacar que el empleo no garantiza sus tardes en el parque con amigxs, es decir, que los recursos necesarios para vivir, no dependen sólo de un empleo y un salario, sino más bien, y aunque no lo nombrará como tal, PEQUEÑO veía que su vida dependía más de todo un entramado complejo de trabajos no remunerados desigualmente repartidos y redes sociales y políticas invisibilizadas.
De manera que PEQUEÑO cuando se pregunta ¿PARA QUÉ TODO ESTO? nos ayuda a centrar el debate sobre qué vida queremos vivir y qué hacemos con el trabajo en esas vidas. Porque reconoce que el empleo y el salario, al que tantas horas de nuestro sueño y descanso le entregamos y tantos debates nos ocupan, no son suficientes para dar respuesta a las necesidades y deseos de las vidas dignas de ser vividas. Porque PEQUEÑO, como mucha gente, pone en cuestión los motivos que nos llevan al deseo de obtener trabajos remunerados de manera que se cuestiona también el colocar en el centro a los mercados y a los procesos de acumulación. Porque a través del corto, aunque no lo nombra y permanece invisibilizado, queremos señalar que la vida se sostiene gracias a un montón de procesos y relaciones de cuidado no mercantilizadas, de manera que nos permite pensar en que no sólo debemos hablar de empleo sino de trabajo, y como muchas veces dice Amaia, queremos poner encima de la mesa y en centro del debate a TODOS TODOS los trabajos que hacen posible la vida. Además, y sin que parezca demasiado, se hecha de menos que PEQUEÑO observe que en el parque no todxs tenemos la misma posibilidad de jugar, no a todxs se nos deja ser como queremos o se nos permite jugar con quien nos de la gana y menos aun se nos atribuyen las mismas responsabilidades al jugar...de modo que no estaría de más seguir cuestionando los imaginarios que ponemos, o no, en juego a la hora de abordar el debate para poder hacer vidas y parques verdaderamente vivibles.
De vuelta a la conexión, pocos días después de ver el corto y sentirme en parte identificada, leo en las noticias que la presidenta del FMI, Christine Lagarde, que parece no descansar en estos días, tras la elaboración del informe anual sobre la economía española por parte del organismo que preside, considera que las ultimas reformas realizadas en el estado están poco a poco dando sus frutos, aunque recomienda o anuncia un nuevo paquete de medidas entre las que se incluyen recortar de nuevo los salarios, reducir las contribuciones de las empresas a la seguridad social y aumentar el IVA con la finalidad de mejorar la dinámica del mercado de trabajo.
Mientras leo la noticia y sigo pensando en el mensaje que lanzaba el corto, me planteo cómo podría ser una conversación entre ambxs protagonistas: ¿qué le diría PEQUEÑO a Christine Lagarde para que su corto no se convirtiera en un thriller?
PEQUEÑO, que vio claro que el empleo, aun cuando parecía ser para toda la vida, no resolvía las preguntas claves para vivir, y que opto por dar prioridad aquellas acciones y relaciones que sostenían su vida, podría preguntar al FMI en qué medida llega a la conclusión, en su informe, de que las reformas aplicadas están teniendo poco a poco consecuencias positivas para las condiciones de vida: ¿cuando en el mercado laboral, en los empleos existentes, aumenta la precariedad y trabajamos más horas por menores salarios que no garantizan nuestras condiciones de vida básicas?, ¡ya no hablamos de las deseadas!, ¿a medida que hemos visto reducida nuestra capacidad de garantizar colectivamente las condiciones dignas de los trabajos remunerados?, ¿cuando se ha acelerado la posibilidad de pasar del empleo al desempleo porque no se consigue mantener la tasa de ganancia a pesar de seguir teniendo beneficios?, ¿a medida que en el estado se producen procesos de privatización de la educación o la sanidad, entre otros, y dependemos cada vez más de empleos que no tenemos para garantizar nuestro acceso a necesidades básicas?, ¿cuando los continuos recortes en las políticas públicas acarrean un incremento en la responsabilidad de los hogares por garantizar los cuidados necesarios inherentes a la vida de las personas?, ¿a medida qué en esos hogares, espacios en demasiadas ocasiones hostiles, los repartos de los trabajos siguen siendo desiguales y son los cuerpos leídos como mujer los que asumen la responsabilidad de garantizar el cuidado reforzando de esa manera una ética reaccionaria del cuidado? o ¿cuando se fuerza a las personas a migrar para garantizar condiciones de vida?
Seguramente PEQUEÑO podría estar preguntando durante quince días sobre los por qué de las conclusiones positivas de la economía al FMI y los para qué de esas nuevas medidas que vuelven a atacar al sostenimiento de la vida... Y con las respuestas, llegar a la conclusión de que al FMI, como a otros tantos organismos e instituciones, les importan poco su vida y la de sus amigxs, sino es para que consuman o ser consumidxs, y que el parque o la plaza donde juega le parece bastante prescindible si no genera ganancias... Seguramente PEQUEÑO prefiera volver a pasar de ese mundo de los mayores de caras largas que explotan su vida, y no porque el empleo o el salario no sea importante, sino que le parece más útil destinar el resto del año a ampliar el debate y pensar en la vida que nos merece la pena vivir y las formas de articularlas... Tal vez así, viendo que se colocan en el centro del debate preguntas imprescindibles para crear condiciones para hacer vidas más vivibles, sea más atractivo seguir creciendo y no nos importe dejar de ser PEQUEÑXS!
Pequeño from tropofilms on Vimeo.
Haizea