El pasado lunes la revista British Medical Journal publicó un artículo llamado "Don't restrict funding from drug companies for doctors' education" ("No restrinjamos la financiación de la formación médica por parte de la industria farmacéutica"). Tras leer dicho artículo, Marta, Usama y yo decidimos enviar una "rapid response" (una modalidad de respuesta rápida que pretende agilizar las anteriormente llamadas "cartas al director"), que se publicó bajo el título "Trivializing conflict of interest, a crime against public health", que pasamos a traducir a continuación.
Banalizando los conflictos de intereses, un crimen contra la salud pública.
Hemos leído con interés su artículo y hemos identificado cinco aspectos donde, en nuestra opinión, habría que hacer algunas matizaciones:
La industria farmacéutica y los médicos no comparten los mismos objetivos. El principal propósito de la industria es maximizar sus beneficios (un objetivo legítimo en una sociedad de mercado). El principal propósito de los médicos es ayudar a los pacientes a mejorar su salud. Para conseguir su objetivo, los médicos tienen que tratar de comprender las causas fundamentales de la enfermedad y sus mecanismos. La presencia de la industria farmacéutica en la formación médica continuada puede tratar de alterar ese abordaje, dirigiéndolo hacia un conocimiento con orientación puramente biologicista, infraestimando la importancia de los factores psicológicos y sociales, llegando a incrementar la medicalización de la vida (7). Las interacciones entre la industria y los médicos a través de la formación médica continuada pueden suponer la introducción de sesgos de interpretación de la evidencia científica por parte de los médicos en favor de los intereses de la industria.
Pablo Neruda, un poeta chileno, escribió "Para que nada nos separe, que no nos una nada" (8); la mejor forma de maximizar los efectos positivos de la industria farmacéutica y los sistemas de salud es trabajar de forma conjunta en la investigación clínica y caminar de forma separada en la educación médica, de modo que aseguremos una formación excelente, minimizando el riesgo de poner el peligro nuestra independencia clínica.
(1) Lo B, Field MJ. Conflict of interest in medical research, education, and practice. National Academies Press (US) 2009.
(2) Woolf SH, Johnson RE, Phillips RL, Philipsen M. Giving Everyone the Health of the Educated: An Examination of Whether Social Change Would Save More Lives Than Medical Advances. Am J Pub Health 2007;97(4):679-83
(3) Laing BY, Katz MH. Coronary arteries, myocardial infarction, and History. N Engl J Med 2012;366:1258-60
(4) Bourgeois FT, Murthy S, Mandl KD. Outcome reporting among drug trials registered in clinicaltrials.gov. Ann Intern Med 2010;153(3):158-66
(5) Goldacre B. Bad pharma: how drug companies mislead doctors and harm patients. Fourth State 2012. ISBN 978-0-00-735074-2
(6) Steinman MA, Shlipak MG, McPhee SJ. Of principles and pens: attitudes and practices of medicine housestaff toward pharmaceutical industry promotions. Am J Med. 2001 May;220(7):551-7
(7) Moncrieff J, Timimi S. The social and cultural construction of psychiatric knowledge: an analysis of NICE guidelines on depression and ADHD.Anthropol Med. 2013;20(1):59-71.
(8) Neruda P. Farewell. Crepusculario 1919.