El 25 de junio terminaba, en la Audiencia Provincial de
Madrid, el juicio contra 15 neonazis. Personajes muy importantes
dentro del movimiento ultra español, acusados
de integrar la sección española de Hammerskin-Nation.
Durante dos semanas, 15 supuestos
miembros de la rama española de
Hammerskin, una red racista internacional,
se han sentado en el banquillo
acusados de asociación ilícita
y tenencia ilegal de armas. En febrero
de 2004, la Guardia Civil detuvo
a 16 de sus presuntos integrantes
en las provincias de Madrid,
Barcelona, Valencia y Guadalajara,
después de haber sido investigados –incluso con la intervención de sus
teléfonos– durante meses. Los ultras
sumaban 48 detenciones anteriores
por su supuesta implicación
en diversos delitos. Durante los posteriores
registros de sus viviendas
fueron intervenidas numerosas armas
blancas y de fuego y abundante
documentación neonazi.
A lo largo del juicio se han escuchado
las declaraciones de un testigo
protegido, el periodista, bajo el
pseudónimo Antonio Salas, que se
infiltró en el movimiento neonazi y
publicó Diario de un skin, así como
los testimonios de los responsables
de la Guardia Civil que dirigieron la
Operación Puñal que desarticuló
esta organización. Todos ellos resaltaron
su carácter violento y nacionalsocialista,
y han reconocido “rotundamente”
a los acusados como militantes
de Hammerskin.
Sin embargo, durante el juicio, los
imputados, con edades comprendidas
entre los 27 y los 43 años, han
negado profesar esta ideología y se
han declarado coleccionistas de materiales
de la II Guerra Mundial, definiendo
Hammerskin como un grupo
de amigos que organizaba conciertos
para beber y ligar o como una
marca comercial. Pero la web oficial
de la organización no deja lugar a
dudas. Hammerskin-Nation se creó
hace 20 años en Dallas (EE UU) y
continúa activa en varios países. Su
trayectoria está marcada por el proselitismo
nazi y el reclutamiento entre
los skinheads racistas más agresivos,
y en ocasiones ha sido salpicada
por crímenes contra minorías. En el
Estado español aterrizaron a finales
de los ‘90 y se concentraron en los
ambientes ultras del Real Madrid
(Ultras Sur) y del RCD Espanyol
(Brigadas Blanquiazules), en Madrid
y Barcelona respectivamente.
Neonazis influyentes
El nombre de uno de los acusados,
Francisco Javier Antuñano del
Toro, alias Fichaje, aunque actualmente
no está en prisión, aparece
en algunas webs neonazis como
“preso patriota”, junto a otros neonazis
españoles encarcelados.
También entre los acusados se encuentran
algunos miembros de grupos
de Rock Anti Comunista (RAC)
como Mario Albarrán Tena, cantante
del grupo Odal, con antecedentes
por lesiones, amenazas y discriminación,
y en cuyo domicilio la policía
encontró abundante armamento. Javier
Barrios Fernández, Javito, guitarra
de Estirpe Imperial, con antecedentes
policiales por lesiones, daños,
atentado contra la autoridad y desordenes
públicos, o Fernando Sanmamés
Torrecilla, Freddy, cantante del
grupo Torquemada1488 y considerado
uno de los líderes de las Brigadas
Blanquiazules. Tiene, además, antecedentes
policiales por atentado contra
la autoridad y desórdenes.
Según declararon en el juicio, los
agentes de la Guardia Civil acudieron
a algunos de los conciertos organizados
por Hammerskin en los
que se promocionaba el odio y la
violencia racial y fascista y se vendía
parafernalia neonazi, incluso manuales
de conducta y acción para
militantes. Por ejemplo, distribuían
Manual del resistente sin líder, un
compendio de directrices de cómo
actuar para garantizar la permanencia
del ideario nazi, que incluso invitaba
al asesinato y al terrorismo. Los
agentes afirmaron que la investigación
se inició en 2003 tras detectar
un incremento de agresiones en Madrid,
y tras las amenazas de muerte
enviadas al rector de la Universidad
Complutense, en alguna de las cuales
participó uno de los acusados.
Tras los registros domiciliarios, incluido
el del bar La Bodega, que era
su centro habitual de reunión y un
enclave muy conocido en Alcalá de
Henares (Madrid), donde un cartel
recordaba que sólo estaba permitido
el acceso a personas de “raza
blanca”, los agentes intervinieron
una pistola del calibre 6.35 mm, siete
pistolas detonadoras y munición
de 9 mm parabellum, además de llaves
de pugilato, bates, defensas, hachas,
machetes y navajas, junto a
abundante material y propaganda
neonazi destinada a ser distribuida.
La influencia de Hammerskin-España
en el ámbito ultra del fútbol se
puso de manifiesto en el juicio, especialmente
con las declaraciones de
Antonio Salas, quien afirmó que “en
Madrid todos los Hammerskin eran
Ultras Sur, aunque no todos los
Ultras Sur son Hammerskins”. Este
testimonio fue ratificado por el instructor
de la Guardia Civil, que añadió
detalles sobre la influencia neonazi
en las Brigadas Blanquiazules
en Barcelona. Así, por ejemplo, explicaron
que, al término de un partido,
los neonazis realizaron más de
50 “cacerías” en los aledaños del estadio
Bernabeu contra seguidores
del Osasuna.
Según estos testimonios, Hammerskin-
España ejercía una férrea
disciplina sobre sus integrantes,
que llegaba hasta exigirles consultar
previamente decisiones sobre su
vida privada, y sobre otros grupos
que actuaban como aglutinadores
de jóvenes neonazis. Grupos con
denominaciones como Leibstandarte
(nombre de una división de
élite de las SS nazis), JNR o Romel
Korps. También los objetivos propagandísticos
de los conciertos de
música OI!RAC se evidenciaron en
el juicio, desvelando la Guardia
Civil que Hammerskin organizó al
menos 11 conciertos en tres años.
Tanto el fiscal como la acusación
popular ejercida por la ONG Movimiento Contra la Intolerancia piden
que se les condene por asociación
ilícita y tenencia ilegal de armas,
unos cargos que podrían suponer
entre tres y seis años de cárcel para
algunos de los acusados. Una sentencia
condenatoria marcaría un hito
en los juicios contra organizaciones
neonazis en el Estado español e
influiría sin duda en los futuros procesos
contra grupos fascistas como
Blood&Honour, Frente Anti Sistema
o Ultras Tala, todas desarticuladas
por cuerpos policiales, y que esperan
todavía fecha para ser juzgadas.
Sin embargo, ya se intentó sin éxito
imputar el delito de asociación ilícita
a los miembros de Bastión (y no sólo
por desórdenes públicos por el que
fueron condenados), un grupo ultra
que organizó las agresiones contra
seguidores donostiarras en los aledaños
del Vicente Calderón, tras las
que resultó asesinado el joven vasco
Aitor Zabaleta; en 1998. Otro caso
similar –sin condena por asociación
ilícita– se produjo en 1996 con el juicio
contra la organización neonazi
Acción Radical en Valencia, que se
saldó sin que ninguno de los imputados
entrara en prisión.
Los imputados
José Manuel Quintans Rodríguez,
alias Pío, presunto ‘jefe de sección’
de Leibstandarte. Cuatro detenciones
Sergio Rodríguez Moreno, Chopi.
Mario Albarrán Tena.
Pedro Santiago Escobar Honrubia
Presunto jefe de seguridad de
Hammerskin. Dos detenciones.
Francisco Javier Antuñano del Toro,
Fichaje. Seis detenciones.
Luís Manuel Manzanaque Porras,
Manza, presunto ‘jefe de sección’ de
Leibstandarte. Seis detenciones.
José Eduardo Chapela Herrero,
Chape; tres detenciones y considerado
el “Director Jefe a nivel nacional”
Javier Barrios Fernández, Javito.
Fernando López Poyatos. Una detención,
considerado el webmaster
de Hammerskin-España
Fernando Sanmamés Torrecilla,
Freddy. Tres detenciones policiales,
una acusado de homicidio.
Daniel Fernández Amor, Cani.
Ángel Martínez Navarro, Escopetilla
y Angelillo. Tres detenciones.
Francisco Javier Barroso Ossorio.
Sergio Estrella González.
Fabián Pello Suárez.
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