Durante los años de expansión económica, las empresas
de comunicación vieron engordar sus cuentas. La actual
situación financiera descubre muchos más problemas en
este sector que el de las cuentas anuales.
El mundo de los medios de comunicación
tiene la sensación de estar
ante el final de una época. Todos
hablan de explorar nuevos caminos,
pero pocos se cuestionan el
contenido de la información, sino
la forma de presentarla. Se habla
sin parar del vídeo en internet, de
la necesidad de crear una narración
adaptada a las nuevas pantallas.
La televisión tradicional también
está sumida en profundos cambios,
con la multiplicación de canales y
la consiguiente fragmentación de
la audiencia. De momento, el consumo
medio por persona sigue batiendo
récords, aunque los jóvenes
empiezan a verla menos para dedicar
ese tiempo a internet.
Y desde hace unos meses, el lugar
favorito de la mayoría son las redes
sociales (Facebook, Tuenti, Twitter)
o los foros de intereses compartidos.
Sabedores de ello, los medios de comunicación
están esforzándose por
estar presentes también allí. Si antes
el público debía acercarse al quiosco,
ahora parece que les toca a los
periodistas ir donde está el público.
La prensa escrita, quien más audiencia
ha perdido, es la más afectada
por este cambio de paradigma.
Y eso porque su principal
producto, las noticias, están disponibles
gratis en otros sitios.
Con la llegada de los periódicos
gratuitos, algunos ya vieron en ellos
una amenaza para la supervivencia
del resto. No obstante, en los últimos
meses estos también notan la
crisis, con menos publicidad, menos
tirada y menos audiencia.
Como reacción, los periódicos de
pago intentaron ofrecer algo más al
lector: colecciones por fascículos, libros,
discos o películas; si no toda
clase de mercancías mediante descuentos
con cupones.
Y en eso internet fue ganando terreno,
donde se encuentra todo y casi
siempre gratis. Está claro que en
unos años no tendrá sentido imprimir
informaciones de servicios (tiempo,
bolsa, anuncios por palabras)
cuando en internet están mucho más
detalladas y actualizadas.
Pero está por ver si tiene sentido
pagar, como ha planteado el magnate
Rupert Murdoch, por el resto de
información, teniendo en cuenta
además que a las noticias se llega
mayoritariamente desde Google.
Ya sea en papel o en formato digital,
para plantearse el cobro, los medios
deberían ofrecer un gran valor
añadido a la información que ofrecen
las agencias de noticias. Pero para
ello, también es necesario tener a
los profesionales adecuados.
Sin embargo, hoy las redacciones
están plagadas de becarios y se impone
la inmediatez frente a los contenidos
más elaborados. En parte, se
admite que la atención del público es
muy limitada (se dice que no está
más de tres minutos seguidos leyendo
la pantalla) pero también escasea
la contextualización o la investigación,
mucho más costosas.
Finalmente, y para paliar esta falta
de investigación y de aproximación
al lector, han surgido iniciativas de
periodismo ciudadano. Por ejemplo,
en www.spot.us (EE UU) cabe la posibilidad
de encargar a un periodista
freelance un reportaje concreto o al
revés, que el periodista se ofrezca a
investigar algo si entre los lectores
aportan algo de dinero.
Y todo sin olvidar que en la mayoría
del mundo, incluida España,
Wikipedia tiene más audiencia que
cualquier grupo de comunicación.
Artículo relacionados en este número:
Carlos Estévez, periodista de investigación:
[¡Al ladrón!, ¡al ladrón!->http://www.diagonalperiodico.net/Al-ladron-al-ladron.html]
ENTREVISTA | ROSA MARÍA CALAF, PREJUBILADA DE RTVE DESDE EL 1 DE ENERO
[«Los medios prefieren clientes a ciudadanos»->http://www.diagonalperiodico.net/Los-medios-prefieren-clientes-a.html]
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