Tras años de demonización de las redes p2p la apuesta por el ‘streaming’ de acuerdo con discográficas y productoras es una alternativa privativa a las descargas.
Compartir nunca ha sido sinónimo de negocio. E internet y el mundo digital facilita lo primero y dificulta el negocio de la industria audiovisual. “Nos encontramos ante la desaparición del papel del intermediario físico, que ya no puede mantener sus privilegios”, explica Víctor Domingo, de la Asociación de Internautas. Y la reacción de estos “intermediarios” ha sido la criminalización de todas aquellas personas que han utilizado las redes p2p sin ánimo de lucro. Un último ejemplo es la petición de la Coalición de Creadores –donde convergen las sociedades en defensa de los derechos de autor– al Gobierno de Zapatero para que persiga a 200 sitios webs que facilitan las descargas. Al mismo tiempo, esta organización prepara un portal de pago para distribuir sus propios contenidos. Una imitación de la iniciativa británica FindAnyFilm.com, sólo de acceso para internautas de Gran Bretaña [ver recuadro inferior].
Más allá de estos intentos de cobrar por las descargas, una modalidad que no termina de convencer a los internautas, las compañías discográficas han encontrado una nueva forma de negocio: distribuir la música bajo streaming por la red y simular la descarga gratuita. Eso sí, con publicidad. Sus reglas básicas, garantizar el acceso instantáneo y seguro. De esta forma, y a pesar de necesitar invitación, Spotify ha conseguido desde febrero 800.000 clientes en el Estado español, y continúa su lucha contra las redes de p2p. “El 80% de los usuarios de Spotify dicen que han dejado el intercambio de archivos. Si eso es cierto, es un buen augurio”, afirmaba en septiembre Daniel Ek, uno de los creadores de este software sólo accesible en Suecia, Noruega, Finlandia, España, Francia y Reino Unido. Así se permite el acceso, pero nunca la posesión. Una fórmula que también llevó a la popularización de Last.fm. Ahora su uso sólo es posible en una versión de pago.
Al margen de Last.fm y Spotify, ya sean buscadores o programas, en la red se puede acceder a decenas de servicios de streaming.
Según un estudio de Arbor Networks, el uso de p2p ha bajado del 40% en 2007 al actual 20% en EE UU, y podría disminuir con la llegada en 2010 de Rdio, la próxima apuesta de los creadores de Kaaza o Skype.
Competencia industrial
Aunque este formato tampoco cuenta con el apoyo de las compañías de conexión a internet, sino con su competencia. Telefónica ha situado a Pixbox, su tienda online de música y cine, como líder de descargas musicales en Europa. Enfrente tiene también a grandes competidores como iTunes, todos ellos con acuerdos firmados con las discográficas y que cobran por las descargas. Incluido Google, que ahora ejercerá de intermediario en la red. “El problema es que con el streaming las grandes compañías no consiguen un control tan férreo, y ganan las pequeñas discográficas y los autores directamente”, explica Domingo. Una situación que también hacía pública la industria musical británica, que desconfía ante la posibilidad de que Spotify logre suscriptores de pago y considera que en un año puede desaparecer. De momento, cuenta con un importante colchón económico garantizado por la fundación del multimillonario Lin Ka Shingt (también accionista de Facebook) y la firma de capital riesgo Wellington Partner. Eso sí, entre 2007 y 2008 suma unas pérdidas de 4,6 millones, según publicaba The Swedish Wire en septiembre.
Los servicios de streaming también se empiezan a popularizar para la televisión. “El perfil de público joven prefiere seguir los acontecimientos deportivos por internet y comentar a la vez en facebook a verlo por televisión”, comenta Domingo, una apuesta que las televisiones han realizado en su espacio web. Joost está autorizada a distribuir medios como Euronews o Paramount Comedy, pero no alcanza en el Estado español a la oferta que Hulu está consiguiendo en EE UU, donde se ofrece en abierto la última temporada de Lost o de Padre de Familia. Y el siguiente salto llegará cuando este modelo se popularice en el móvil y “la nube” esté completa.
geolocalizar
Si Spotify, Rdio, Hulu o RTVE pagan los derechos de emisión de cualquier producto audiovisual, esto debe garantizar el acceso en los Estados para el cuál han sido adquiridos. Escuchar Spotify desde Italia, de momento, es imposible, al igual que acceder a Hulu desde el Estado español. Una situación que a Rtve.es se le 'olvidó' en 2008 y pudo provocar que dejara de emitir los JJ OO tanto en su versión analógica como digital. La NBC protestó ante el COI porque tenía los derechos para EE UU y allí se podía ver gratuitamente y en directo a través del ente público español.
Una amenaza también para la SGAE
Intentar criminalizar el derecho a la copia privada o a compartir ha llevado a denominar habitualmente a quien intercambia archivos en la red como «pirata», cuando ambas prácticas son totalmente legales según la legislación española. Además, en el terreno judicial, la mayoría de las denuncias contra páginas de enlaces han terminado sobreseídas. Al frente de estas campañas han estado siempre las sociedades de gestión de derechos, ahora la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos (lobby creado por EGEDA, Promusicae, SGAE, FAP, ADIVAN y ADICAN). Los nuevos modelos de streaming, que pagan derechos de autor, tampoco convencen a los creadores españoles. Siguiendo el ejemplo puesto en marcha en Inglaterra (FindAnyFilm.com), la Coalición ha anunciado que en el primer trimestre de 2010 presentarán una nueva web que ofrezca cinco millones de canciones y numerosas obras audiovisuales en castellano de la Motion Pictures Association (Paramount, Disney, Fox, Sony, Warner y Universal). Esta web sería una de las respuestas al Gobierno de Zapatero del lobby de los derechos de autor, ya que el Ejecutivo se habría mostrado reticente a cambiar la legislación sobre el intercambio de archivos hasta que no existiera una alternativa para los usuarios.
De las copias privadas a «la nube»
«Una de las razones por las que no debes usar aplicaciones web para tus tareas de Tecnologías de la Información, es que pierdes el control. Tú debes estar en condiciones de realizar tus propias tareas en tu propio PC, en un programa amante de la libertad. Si usas un programa propiedad de un proveedor, o el servidor web de otra persona, entonces quedas indefenso… el cloud computing es una trampa», afirmaba Richard Stallman sobre la computación en nube en 2008, el año que se popularizó. Estos son los programas, software en red que permiten almacenar cualquier tipo de documento en el servidor de correo electrónico, compartir fotografías en Picassa o Flickr, documentos de texto y de cálculo en Google docs e imágenes, comentarios, juegos, sentimientos en Facebook o Tuenti. Bajo este concepto de tener acceso a cualquier archivo desde cualquier lugar funciona también el streaming. ¿Para qué vas almacenar en tu disco duro alguna canción o película, si lo hacen por ti? Simplemente con tener acceso a la red, se puede ver cualquier capítulo de una serie.
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