La Alianza por la
Soberanía Alimentaria de
los Pueblos lucha desde
distintos ejes y en
distintos territorios para
reivindicar el valor de lo
rural y el campesinado
- OVEJAS LACHAS. Un rebaño pasta en el Parque Natural de Urquiola, situado en la frontera entre Álava y Vizcaya. Foto: Félix Ajuria.
“En los últimos meses y años se están
reproduciendo las estrategias en
defensa de la soberanía alimentaria.
No sabemos si es por los años de crisis
económica que se han sucedido o
por la extensión de iniciativas que
funcionan”, explica a DIAGONAL,
Rosa Binimelis de la Alianza por la
Soberania Alimentaria de los
Pueblos (ASAP). ASAP se gestó en
el VI Foro por un Mundo Rural Vivo
celebrado en Andorra, Teruel, en
2008. Está formado por una coordinadora
de unas 70 organizaciones
sociales que reivindican la vuelta de
la alimentación “a manos del conjunto
de la sociedad, poniendo a aquellos
y aquellas que producimos, distribuimos
y consumimos alimentos
en el corazón de los sistemas y políticas
agroalimentarias por encima de
las exigencias de los mercados y empresas”.
Así lo exige su manifiesto
fundador de septiembre de 2009.
A nivel internacional, esta iniciativa fue
impulsada por Vía Campesina, organizaciones
y movimientos sociales
en el Foro Nyénéli (Malí) de 2007.
La ASAP está formada por distintos
grupos distribuidos por comunidades
autónomas o regiones
que comenzaron a gestar en su
área “una pequeña alianza”, cuenta
Binimelis. Cada grupo marca
sus propios ritmos y ‘reglas’ pero
siempre con un eje común. De esta
manera, la lucha es más efectiva,
ya que cada territorio “conoce
las políticas públicas que se están
desarrollando sobre urbanismo o
especulación en su zona”.
Algunos de los ejes de trabajo giran
en torno a la lucha contra los
transgénicos o a romper las barreras
entre producción y consumo para eliminar a los intermediarios y
grandes distribuidoras.
“También están surgiendo huertos
de autoconsumo en zonas urbanas”
comenta Binimelis. Estos huertos
no se quedan en una mera reivindicación
política, sino que además
suponen una alternativa alimentaria
para muchas familias en
un contexto de crisis económica en
el que más del 20% de la población
del Estado español vive por debajo
del nivel de la pobreza.
Artículos relacionados:
- [La especulación con alimentos básicos, un negocio seguro para los mercados->13798]
- [¿Quién se beneficia de la subida de precios?->13799]
- [La ganadería, la más vulnerable->13800]
- [Entrevista a Félix Ajuria, productor de quesos: «En diez años hemos abaratado el producto»->13802]
comentarios
0