Entrevista a Soledad Murillo, exsecretaria general de Políticas de Igualdad
"El PP hace de la familia un concepto vacío"

La no ampliación del permiso de paternidad por parte del Gobierno de Rajoy ha
evidenciado la escasa voluntad de avanzar hacia un modelo de corresponsabilidad.

- Rajoy ya tiene su propio 12 de mayo de 2010

24/01/12 · 0:16
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El 30 de diciembre, el Gobierno de
Mariano Rajoy planteó un nuevo
aplazamiento, hasta enero de 2013,
de la ampliación del permiso de paternidad
. Es el segundo retraso que
sufre desde que el anterior
Gobierno anunciara, hace un año,
el primer aplazamiento de esta ampliación. Estaba previsto que pasara de los 15 días actuales a un mes
completo.

En ambas ocasiones, la
crisis económica fue el pretexto para no llevarla a cabo, a pesar de que
así se contemplaba en la Ley para
la Igualdad Efectiva de Mujeres y
Hombres, de marzo de 2007
. A raíz
de esta nueva paralización del permiso de paternidad, entrevistamos
a Soledad Murillo, que participó en
la elaboración y puesta en marcha
de la Ley de Violencia de Género y
la Ley de Igualdad, como secretaria
de Estado. En la actualidad forma
parte del Comité de Antidiscriminación de la Mujer de la ONU.

DIAGONAL: El aplazamiento de la
ampliación del permiso de paternidad pasa por alto el enunciado de la
Ley de Igualdad de 2007, ¿es la crisis una causa suficiente para este
segundo retraso en su aplicación?

SOLEDAD MURILLO: En principio, la ampliación del permiso de
paternidad se ideó en la Ley de
Igualdad para cambiar la cultura de
empresa y que se tuviera en cuenta
que los cuidados no sólo les correspondían a las mujeres. Es decir, que
la paternidad no es sólo aportar un
salario y un apellido, sino que es un
compromiso de atención y de cuidados. Cuando el Gobierno anterior
decidió posponer el permiso de paternidad, priorizó los 400 millones
de euros que podía costar, cuando
realmente el coste del permiso en
función de quienes se acogieron a él
fue de la mitad, 200 millones de euros. Es curioso que el permiso de paternidad surgió en la UE, donde sindicatos y empresarios estaban de
acuerdo en que no hubiera una directiva de paternidad, sino que se incluyera en igualdad, cuando la paternidad no tiene que ver con la igualdad,
la paternidad tiene que ver con la familia. El error, tanto del anterior gobierno, como del actual, es considerarlo un gasto y no una inversión.

D.: Tras la puesta en marcha de leyes
como la Ley de Violencia de Género
y la Ley de Igualdad, ¿sigue siendo
nuestro país una referencia internacional en este campo?

S. M.: Seguimos siendo una referencia en igualdad gracias a la Ley de
Violencia de Género, así como por
tener una Ley de Igualdad que modificó una ley electoral. Y tenemos, por
primera vez a nivel europeo, la coordinación de una red de indicadores,
gracias a la Ley contra la Violencia
de Género. Quiero decir que todo el
mundo veía lo mismo, y de la misma
manera. Por tanto, me preocupa que
la señora Ana Mato [ministra de
Sanidad y Asuntos Sociales] tenga
ahora problemas para hablar de “violencia de género”. Porque no es un
problema del entorno familiar, puesto que entonces quedan fuera las chicas jóvenes que tienen un novio que
las maltrata, y representan el 33% de
las mujeres que murieron el año pasado. Y el caso de las mujeres separadas es igual. Por lo tanto, es peligroso confundir los términos.

Volviendo al permiso de paternidad, me parece absolutamente lesivo. Si el Partido Popular está tan preocupado por la familia, pues entonces que la familia tenga igualdad de
oportunidades. Es decir, que yo por
estar casada con un señor, no tenga
que dedicarme a fomentar y sostener su carrera profesional, en el sentido de ofrecerle el tiempo que él no
dedica a lo que le correspondería dedicarse. Porque los hijos no se tienen
solos, se tienen con alguien con
quien compartes un proyecto de vida. Por lo tanto, no es que incida solamente en el tema del permiso de
ellos, porque además sólo un 23% de
los hombres no se acogieron al permiso de paternidad el pasado año.
Sólo un 23%. Lo cual indica responsabilidad en la asunción de la paternidad no entendida como tradicionalmente, es decir, sólo la atribución
de salario y de apellido.

D.: Usted siempre ha preferido hablar de “corresponsabilidad”, en lugar de “conciliación”. ¿En qué medida el permiso de paternidad haría
efectiva esa corresponsabilidad?

S.M.: Cuando en el diálogo social con
los sindicatos, el Ministerio de
Hacienda y el Ministerio de Trabajo,
tratamos sobre el permiso de paternidad, hablamos de corresponsabilidad. No se puede pedir a un hombre
que sea corresponsable si no le damos la oportunidad de que disfrute
de un permiso que era en principio
de 15 días, pero que después se aprobó para que fuera de un mes. ¿Cómo
vas a hablar de corresponsabilidad si
no compartes?

D.: ¿Y qué otras medidas pueden tomarse para evitar estos recortes so-
ciales y de derechos, como es el permiso de paternidad?

S.M.: Me parecería más importante
hablar, si lo que se quiere es ahorrar,
de no duplicar cargos, por ejemplo.
No se puede estar con tres cargos,
autonómicos, de partido, portavoz.
Vamos a plantearnos eso, empecemos a controlar cómo se ponen los
alcaldes los sueldos. Lo que no puede ser es que haya personas que en
un Ayuntamiento pueden cobrar
cien mil euros, que el alcalde se ponga el salario que quiera, que además
sea diputado regional y que después
estemos ahorrando en permisos de
paternidad. Eso es indecente.

D.: ¿Cabe hablar de la propia corresponsabilidad de los poderes
públicos?

S.M.: Claro, los poderes públicos tienen la responsabilidad de abordar la
Ley de Transparencia, que es una
forma de que las corporaciones locales y autonómicas se hagan cargo de
un plan de racionalidad y austeridad.
No pueden seguir cobrando lo que
está orgánicamente permitido mientras lesionamos un derecho como el
permiso de paternidad. O sea, austeridad para los padres mientras nosotros, como cargos políticos, podemos estar en tres sitios porque no
hay ninguna ley que lo prohíba, ganando más que un presidente del
Gobierno.

D.: ¿Cómo evolucionará la aplicación
del permiso de paternidad?

S.M.: Yo del PP no espero absolutamente nada en cuestión de derechos
para las mujeres. Sólo conciben a la
familia, y la familia es profundamente desigual. Ellos dicen: “nosotros
protegemos a la familia”, pero, ¿cómo? La forma es generando derechos, generando permisos. Pero permisos no solamente de paternidad,
sino también permisos a una madre
para cuidar a un hijo de 12 años, no
porque tenga una enfermedad,
sino porque tiene un problema, porque le acosen en el colegio, por ejemplo. El PP habla de la familia como
eslogan, pero la convierte en un concepto completamente vacío. Porque
la única forma de compartir responsabilidades es que la familia puedan
disfrutarla tanto el padre como la
madre. Y el PP no va a hacer nada
sobre el tema de igualdad de trato.
No confío en ello porque tienen una
visión de la mujer como si fuera un
útero y no una persona con derechos. Se apoyan en situaciones donde no tenemos categorías de ciudadanas, sino que estamos para la inserción, la protección... es decir, de
todas aquellas funciones que no nos
liberan como ciudadanas. La derecha ha convivido con la Ley de
Adulterio, con la Sección Femenina.
La derecha ha supuesto para nosotras lo peor, porque además ha sido
absolutamente religiosa, católica y
romana, en el sentido de no reconocernos derechos sino sólo obligaciones: la obligación de la madre, la obligación de la decencia, etcétera. Pero
derechos, ninguno.

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comentarios

2

  • |
    anónima
    |
    25/01/2012 - 1:00am
    estoy en un proceso de divorcio, y he descubierto que esa igualdad y corresponsabilidad es favorable a la mujer, no se equilibra, no se evalúa quien realmente se encuentra más capacitado para ejercitar la guarda y custodia, o en todo caso conceder la custodia compartida. Creo que el verdadero feminismo sería luchar por la igualdad efectiva en los procesos de separación y divorcio, apoyar a esos hombres que han sido corresponsables y que tienen psicológicamente y realmente la labor de padres, hay casos donde el padre ha contribuido más a al cuidado y atención de los hijos. Los machistas eluden su verdadera corresponsabilidad parenteral, pero los que abogamos por la igualdad efectiva y además la ejercitamos no somos machistas. En realidad habría de evaluarse cada caso sin prejuicios y velar por el interés del menor, que puede ser mejor al lado de la madre o del padre, o una custodia compartida.
  • |
    anónima
    |
    25/01/2012 - 12:55am
    estoy en un proceso de divorcio, y he descubierto que esa igualdad y corresponsabilidad es favorable a la mujer, no se equilibra, no se evalúa quien realmente se encuentra más capacitado para ejercitar la guarda y custodia, o en todo caso conceder la custodia compartida. Creo que el verdadero feminismo sería luchar por la igualdad efectiva en los procesos de separación y divorcio, apoyar a esos hombres que han sido corresponsables y que tienen psicológicamente y realmente la labor de padres, hay casos donde el padre ha contribuido más a al cuidado y atención de los hijos. Los machistas eluden su verdadera corresponsabilidad parenteral, pero los que abogamos por la igualdad efectiva y además la ejercitamos no somos machistas. En realidad habría de evaluarse cada caso sin prejuicios y velar por el interés del menor, que puede ser mejor al lado de la madre o del padre, o una custodia compartida.
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