movilizaciones en febrero y marzo
El Partido Popular de Madrid contra todos

El paso atrás en la privatización de seis hospitales no detiene la movilización por lo público.

05/02/13 · 17:04
Edición impresa
Movilizaciones contra la privatización de la sanidad en Madrid / Álvaro Minguito

En el momento de terminar estas líneas, una nueva convocatoria espontánea parece fraguarse en las redes sociales para protestar contra el escándalo de “los papeles de Bárcenas”. Esta supuesta trama de cobros y pagos fraudulentos en la cúpula del Partido Popular estalló en la que quizá haya sido la peor semana política para este Gobierno desde que empezó la legislatura.

La magnitud de estas sospechas parece ocultar, desde el día 20 de enero, las informaciones con las que arrancaba la indignación de aquellos días y que ponían al PP de Madrid en el centro de la diana: el ático del presidente madrileño, Ignacio González, o los negocios privatizados del exconsejero de Sanidad, Juan José Güemes, apuntaban a la línea de flotación de un Gobierno regional que, hasta entonces, era un bastión inexpugnable del PP y el feudo personalista de Esperanza Aguirre.

La salida de la Lideresa ha dado rienda suelta a los enfrentamientos en el seno del partido: hay navajazos constantes entre Cibeles (Ayuntamiento), Sol (Comunidad) y Génova (PP estatal) y las filtraciones interesadas amenizan titulares indignantes un día sí y otro también.

El formato de estas movilizaciones, las mareas, remite pronto a la metáfora de Machado, que dibujó Madrid como “rompeolas de todas las Españas” Desde hace meses, la ciudadanía madrileña parece haber salido de un largo letargo y llena calles y plazas en una sucesión irregular de manifestaciones y protestas que podrían estar haciendo mella en el monopolio político de los conservadores. O no.
El formato de estas movilizaciones, las mareas, remite pronto a la metáfora de Machado, que dibujó Madrid como “rompeolas de todas las Españas”.

Desde la irrupción de las camisetas verdes en defensa de la enseñanza pública, la estrategia de la movilización sectorial –identificada por algún color simbólico– ha cosechado éxitos variados en la agitación, pero también algunos fracasos en la consecución de sus reivindicaciones.

Logros de la Marea Blanca

Quizá la más exitosa de las mareas recientes esté siendo la Blanca, contra la privatización de la gestión de hospitales y centros de salud. El batacazo del Constitucional al “euro por receta” en Madrid es otro síntoma de la guerra interna del PP, pero también un respiro para esta lucha, que acaba de anotarse otro tanto. La Consejería ya estaría reculando en su marcha privatizadora al reducir a un solo hospital la amenaza de privatización, frente a los seis iniciales.

Aun así, la Marea Blanca no cesa y convoca una nueva marcha para el 17 de febrero. Según sostienen desde el comité negociador, “es evidente que uno es mejor que seis, pero supondría abrir la puerta a la privatización”. Esta nueva Marea Blanca se producirá seis días antes de la autodenominada Marea ciudadana que aspira a reunir en diversas ciudades y, por supuesto, en Madrid a varias riadas de colores. La fecha del 23F quiere ser estatal, pero entre los colectivos que están participando en las reuniones preparatorias hay una especial actividad de redes madrileñas: desde asambleas de barrio del 15M, hasta la plataforma Parque Sí en Chamberí, pasando por activistas contra la privatización del Canal de Isabel II o movimientos sociales contra el proyecto de Eurovegas. La lista de convocantes para el 23F es un índice de los escándalos políticos a los que se enfrenta el Gobierno regional. ¿Se está moviendo algo en la sociedad madrileña?

La lista de convocantes para el 23F es un índice de los escándalos políticos a los que se enfrenta el Gobierno regional. ¿Se está moviendo algo en la sociedad madrileña? Si hay alguien que está al tanto del sentir de las movilizaciones en Madrid es Stéphane M. Grueso –o @fanetin en Twitter–, que quizá no se haya perdido una manifestación digna de tal nombre desde el 15 de mayo de 2011. Según este “señor de la calle”, como se define, “en estos meses estaban saliendo a la calle personas nuevas: médicos, funcionarios…”. Sin embargo, Grueso detecta cierta desmovilización. Por un lado “las multas están funcionando” y mucha gente mide su participación en las convocatorias, afirma. Pero además “vivimos un invierno mental. Llevamos dos semanas de noticias alucinantes, con un escándalo tras otro, y al final tu cuerpo desconecta. Hay que comprender a la gente hastiada. Al final te dedicas al fútbol y a tus hijos para no ponerte a llorar”. A pesar de todo, tampoco pierde la esperanza de que ocurra “un gran algo”, acaso con nuevas “mareas de jubilados, mareas de amas de casa, mareas de padres”, sugiere.

Más optimismo transmite Jorge García Castaño, concejal de IU en el Ayuntamiento. “No hay que pensar en votar dentro de tres años, sino que hay que transmitir, especialmente a la ciudadanía menos politizada, que es posible parar esto y que González no llegue a la próxima”, afirma. “Es cierto que ha habido un parón invernal, pero creo que febrero y marzo van a ser decisivos”, añade Castaño, y acerca el horizonte de las próximas movilizaciones masivas a la fecha del 16 de febrero, cuando las Plataformas de Afectados por la Hipoteca han convocado movilizaciones en todo el Estado para aumentar la presión sobre el Gobierno tras presentar su iniciativa legislativa popular (ILP) respaldada por más de 1.400.000 firmas recogidas con ayuda de sindicatos y 15M. Castaño es rotundo en sus aspiraciones: “Estamos en un proceso destituyente”.

Si la Marea Verde de la educación pública fue una de las primeras en poner contra las cuerdas a la anterior presidenta madrileña, su heredero entra en febrero con una nueva jornada de movilizaciones estudiantiles –5, 6 y 7 de febrero– respaldada en la calle por asociaciones de padres y sindicatos. Un nuevo intento después de que en su anterior pulso contra Lucía Figar, las camisetas verdes no pudieran frenar los recortes. Lo sabe bien Cruz Díez, profesora y participante activa en la Marea Verde: “Ahora mismo la Marea Verde no está, hay desaliento después de no haber conseguido nuestros principales objetivos”.

“Quizá es la hora de dejar las mareas de colores por una sola marea obrera, una marea general ciudadana” De la movilización quedan aún actividades locales puntuales y en las últimas asambleas empieza a debatirse sobre la posible huelga general que podría estar gestándose para marzo. Díez mira con preocupación hacia la Marea Blanca: “Están haciendo exactamente lo mismo que hicimos nosotros y tememos que acaben igual que nosotros”, lamenta. “Quizá es la hora de dejar las mareas de colores por una sola marea obrera, una marea general ciudadana”, añade.

Este revés abre un interrogante evidente: la presión en la calle es patente, sí, pero ¿se nota en los despachos madrileños del PP? Dos fuentes políticas madrileñas discrepan. Al menos en apariencia. Por un lado hay quien cree que el PP está más tocado que nunca y que ya ha perdido su suelo electoral madrileño. El propio Tomás Gómez (PSM) ha pedido a los socialistas que trabajen con la perspectiva de un posible adelanto electoral. Sin embargo, otras versiones indican que este supuesto castigo estaría centrado sólo en González y Botella, que, con los comicios previstos para el lejano 2015, podrían recuperarse o ser sustituidos como cabezas de cartel.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Tienda El Salto