ENTREVISTA : LAURA BUGALHO, ACUSADA DE FALSEDAD DOCUMENTAL POR SU AYUDA A SIN PAPELES
“No es tan difícil aplicar la ley de Identidad en la de Extranjería”

Miles de personas se han
movilizado en todo el
Estado para denunciar la
detención que a finales de
mayo sufrió Laura
Bugalho por asesorar a
personas migrantes, trans,
y trabajadoras sexuales.

25/06/09 · 0:00



DIAGONAL: Activista LGTB, fundadora
de Transgaliza, llevas años
asesorando a migrantes desde el
Área de Migraciones de la Confederación
Intersindical Galega. ¿Qué
potencia ves en el hecho de conectar
estas realidades?

LAURA BUGALHO: La interrelación
viene dada porque muchas personas
de diferentes orígenes y que
son LGBT han venido aquí con toda
la problemática de la ley de extranjería,
que es muy rígida y nefasta a
la hora de ayudar a que esas personas
tengan unos derechos y unas libertades,
como se menciona en el
propio título de la ley orgánica.
Estas militancias son diferentes
campos que van a lo mismo: al libre
desarrollo de la personalidad. Al fin
y al cabo, si además de tener una
visión de género, de clase, antihomofóbica,
antitransfóbica, antilesbofóbica...
sumas todas las fobias,
te das cuenta de que la militancia es
una lucha compartida. Por eso no
debemos quedarnos en nuestros colectivos,
sino sumarnos a otros.

D.: ¿En qué fase está el proceso por
el que te acusan de un supuesto delito
de falsedad documental’?

L.B.: No he recibido todavía el auto
judicial por el que se me acusa de
ese cargo. Por suerte me ha tocado
una jueza bastante progresista. En
los últimos tiempos, he acudido en
calidad de testigo en demandas por
estafas y mafias de la inmigración y
siempre hemos sido citadas ante esta
jueza, que para mí es una garantía.
Pero deseo que esto termine ya,
que las otras denuncias por las cuales
he llegado a este punto se lleven
a cabo, que la jueza las termine, y
que a los que se les demuestre su
actividad delictiva cumpla la condena
y nos dejen en paz a quienes luchamos
por otro mundo posible.

D.: ¿Te han devuelto los documentos
y ordenadores que te confiscaron
en tu trabajo y en tu casa?

L.B.: En casa no entraron. Eso ha sido
el correr de la calle, el miedo y
quizás la preocupación exagerada,
que es entendible. Vinieron a la oficina
y se llevaron un certificado de
Caritas y el ordenador del sindicato,
que sigue en la policía. Me consta
que tengo los teléfonos intervenidos,
así como el correo electrónico.

D.: Has destapado en el pasado casos
de extorsión a migrantes... ¿Cuál
crees que ha sido el motivo de tu detención?
¿Un aviso a navegantes?

L.B.: No sé. Esto es una presunción
que debería quedar clara con las resoluciones
judiciales que deben salir.
Dejémoslo ahí, porque esto se va
a poner bien a las claras, por qué se
me detiene y por qué se me intenta
poner miedo en el cuerpo. Sabiendo
que la solidaridad fue inmensa, me
siento acompañada.

D.: En el XXI Encuentro Estatal de
Colectivos LGTB que el Gobierno
organizó en mayo, la representante
del PSOE dijo: “La sociedad española
es hoy un ejemplo de los derechos
civiles, gracias a la generosidad
y entrega de los activistas

LGTB”, ¿qué piensas de esto?

L.B.: A veces se hacen brindis al sol.
Es cierto que hemos tenido algunos
cambios legislativos que pueden
significar cierta mejora pero que no
dejan de tener su crítica. Una crítica
que no quiere escuchar, en este
caso, la Federación Estatal de Lesbianas,
Gays, Transexuales y Bisexuales
(FELGTB). En el caso de los
matrimonios civiles, la izquierda
siempre estuvimos en contra per se.
Está bien que se restituya un derecho,
pero habría mil maneras como
abolir la figura del matrimonio y
desacralizar la Iglesia. En el caso de
la Ley de Identidad de Género es
una norma que mejora a personas,
pero indica que los trans tenemos
una disforia de género y que necesitamos
tratamiento psiquiátrico o revisión
psiquiátrica. En esto la OMS
tendrá que ponerse las pilas y si no,
la desobediencia es lo que nos toca.

D.: Entre otras limitaciones, la Ley
de Identidad de Género no contempla
la atención a migrantes transexuales
con permiso de residencia, a
las que se impide cambiar de nombre
y sexo en el registro civil…

L.B.: Exacto. Humildemente conozco
bien la Ley de Extranjería y la de
Identidad de Género. Cuando vino
Pedro Zerolo a Galiza, le dije que
era fácil hacer un ente cruzado de
dos funciones legislativas para que
las personas trans pudiesen tener
su realidad de papeles y arreglar su
situación administrativa. Zerolo me
dijo que eso no lo podían hacer porque
las personas son de otro país.
Directamente no están por la labor.

D.: ¿Podemos hablar de una Ley de
Extranjería transhomófoba?

L.B.: En primer lugar es misógina,
en tanto en cuanto yo no reconozco
un texto que habla sólo de los inmigrantes
y los trabajadores. Es una
ley rígida en su ejecución y ambigua
porque cada subdelegación de
Gobierno responde con una solución.
Y es fóbica en muchas cuestiones.
Las personas LGTB queer nos
quedamos en una situación de paréntesis.
No es tan complicado aplicar
la ley de Identidad de Género en
la de Extranjería. Yo no soy legisladora
pero yo lo veo fácil. Todo es
voluntad, pero somos una minoría,
aunque se nos venda desde el Gobierno
como una figura a la que se
ha apoyado mucho.

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