Con el pretexto de la crisis, muchas empleadas de hogar han tenido que aceptar peores condiciones de trabajo para seguir ganando dinero y cubriendo la cuota de 163,30 euros que les exige la Seguridad Social, sobre todo las extranjeras que tienen que demostrar que cotizan para renovar sus permisos de residencia y trabajo. Reducciones de salario y de la jornada laboral han sido la norma, aunque el descenso de la carga de trabajo no ha sido proporcional a este reajuste.

Fanny Jaramillo, colombiana, 39 años, con una cuota de hipoteca de 700 euros, un marido en paro y un hijo, tres veces por semana limpia el piso de dos personas mayores, cocina, lava y plancha su ropa por 300 euros al mes. “Primero ganaba 425 euros por trabajar 18 horas por semana, pero me bajaron a 12 horas por semana”, dice Fanny. “Hago lo mismo, pero en menos tiempo y por menos dinero. Mis jefes me dijeron que si me convenía, lo tomara y sino que lo dejara”.

Las comunidades de vecinos que solían contratar a una persona para que limpiara a diario sus portales, ahora solicitan este servicio con menos frecuencia. Esto perjudica directamente a las empresas que contrataban por horas a sus empleados. Gladys Quezada, ecuatoriana, 39 años, divorciada, pertenece a la empresa de limpieza Milsa. Su sueldo actual es de 450 euros al mes por trabajar 22 horas a la semana. “Lo único bueno es que mi empresa me paga su seguridad social”, dice Gladys. “Estoy buscando un trabajo para todo el día pero están ofreciendo 600 euros sin Seguridad Social”.

Las pocas empleadas de hogar que cumplen una jornada completa en una sola casa se aferran a su empleo porque trabajar por horas y en varias casas ya no es buen negocio. La hora de trabajo que antes se cotizaba a 10 euros, ahora está entre 6 y 8 euros. Anabel Álava, ecuatoriana, 35 años, soltera, lleva seis años esperando que su situación cambie. Por cuidar de una persona mayor durante doce horas gana apenas 800 euros y ella debe pagarse la cuota de la Seguridad Social. “Siempre he pedido que me paguen la Seguridad Social, pero los hijos del señor me han dado largas y ahora me dicen que no es momento para exigir cosas”.

De hecho dos de las personas consultadas para esta información se conocieron en un curso de geriatría y la tercera ha seguido un curso de auxiliar de enfermería. Han enviado curriculums a muchos sitios, pero no han logrado mejorar su empleo.

Muchas mujeres mezclan sus rutinas diarias de limpieza con el cuidado de personas mayores por la noche. Gloria Sanabria, peruana, 53 años, se ocupa de barrer el suelo de una peluquería durante todo el día y por la noche duerme en casa de una persona mayor, a la que tiene que dar de cenar, acostar y duchar por la mañana. Con todo eso su ingreso mensual no supera los mil euros. “Paso ocupada y por lo menos no pago alquiler en ningún sitio”, dice esta mujer que está sola en España.