Pau Llonch, portavoz de la PAH de Sabadell, relata la respuesta de la PAH a la situación de emergencia por la vivienda en esta ciudad barcelonesa.
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Pau Llonch es portavoz de la PAH en Sabadell, ciudad que ahora mismo vive una situación de vacío político tras la dimisión del alcalde Manel Bustos (PSC), imputado en un caso de corrupción urbanística. "Nuestro máximo interlocutor cuando íbamos a hablar de viviendas está imputado precisamente por este tema. Incluso si tenemos en cuenta la presunción de inocencia, es demasiado fuerte", cuenta Llonch por teléfono.
La PAH es aquí, como en otros municipios de las comarcas del Vallès (Barcelona), un actor político que ha obligado a posicionarse a todos los partidos. Como en más de un centenar de municipios de todo el Estado, el pleno del consistorio vallesano aprobó una moción en contra de los desahucios y a favor de establecer vías de negociación para encontrar otras salidas para los hogares afectados.
"El problema es que los ayuntamientos están ya sobrepasados. Los que podían tenían sus viviendas de emergencia social, para familias en situación de emergencia social, los llaman. Y eso podía servir quizá para antes de la crisis, pero ahora no llega". En Sabadell hay unas 300 viviendas municipales de este tipo y a cada reunión de la PAH, cuenta, llegan 40 o 50 familias nuevas. "Aquí a través de la PAH conseguimos que el alcalde diera una rueda de prensa donde reconoció que el problema no lo podían resolver los ayuntamientos, que esto se tenía que legislar a nivel del Estado", relata.
"La liberación de viviendas no es algo que haga sólo la PAH, ni que se haga por capricho. Es algo que está haciendo ya mucha gente"Mientras esto pasa, Sabadell es una de las localidades donde más se está impulsando la llamada "Obra Social de la PAH", junto con los señalamientos públicos, o escraches, una de las acciones con las que la PAH quiere incrementar la presión social en las semanas que preceden a la votación de la ILP. "La liberación de viviendas, como lo llamamos, no es algo que hagamos sólo la PAH, ni que se haga por capricho", asevera Llonch. Y para ilustrarlo cuenta cómo 15 familias que ya habían ocupado un bloque entero se acabaron poniendo en contacto con la PAH para buscar apoyo y asesoramiento. "Esto lo está haciendo ya mucha gente por su cuenta, no es una cuestión que te tenga que gustar más o menos, es que si necesitas un sitio para vivir y hay casas vacías, te metes".
En Sabadell son dos las viviendas liberadas por la PAH, en ambos casos propiedad de la entidad rescatada Catalunya Banc (antes Catalunya Caixa), conocida como "la Bankia catalana" por su peso en la concesión de hipotecas y por la magnitud del dinero inverrtido por el Estado para su rescate: 10.000 millones de euros que prácticamente equivalen a todos los recortes del Govern de Artur Mas. "En breve ocuparemos la tercera. Nuestra intención es negociar y legalizar todas", explica, tal y como ha conseguido recientemente una de las "corralas" sevillanas. En toda Catalunya, son seis los bloques de vivienda que permanecen ocupados por iniciativa de la PAH, todos ellos en situados en el Vallès.
Para llegar hasta aquí no han ahorrado pasos para encontrar alternativas: "la ocupación es siempre la última", destaca Llonch. Antes van las reuniones con los regidores de urbanismo, con técnicos y técnicas de los servicios sociales, y con las propias entidades bancarias. Ahí es donde han constatado la falta de recursos por un lado, y de voluntad, por el otro, para hacer frente al problema. "Y con la dación, además, no basta. ¿Qué haces si das las llaves y a los 15 días te tienes que ir de casa y no tienes otro sitio?". Por eso es tan importante, subraya, que la ILP se apruebe íntegra.
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