28 DE JUNIO : UNA PROTESTA QUE BUSCA CAMBIOS
40 años después de Stonewall

El autor repasa la historia del movimiento LGTB, que
vuelve a convocar desde Catalunya movilizaciones
diferenciadas del modelo de desfile mediático.

25/06/09 · 0:00
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Este año se celebran 40 años
de la revuelta de Stonewall,
precursora del movimiento
de liberación LGTB actual.
La noche del 27 al 28 de junio de 1969
en el bar Stonewall Inn de Nueva
York un grupo de travestis, transexuales,
gais y lesbianas, tras años de
tener que ocultarse en la clandestinidad
y el anonimato dijeron “basta de
control policial”. La revuelta de
Stonewall hizo posible que saliéramos
a la esfera pública y que, a partir
de entonces, el precio a nuestra libertad
lo pusiéramos nosotras.

Desde 1969, este movimiento ha
pasado en el Estado español por cuatro
etapas. Un primer momento de
consolidación y orgullo, donde se lucha
por la eliminación de leyes que
atentan a nuestra libertad (ley de maleantes
y ley de peligrosidad social),
una segunda durante los ‘80, de toma
de conciencia de nuestros derechos
y reivindicaciones (marcadas
por la aparición del sida), y una tercera
de diversificación del movimiento
en la actual sopa de letras (lg, glb,
lgtg, lgtbqueer...) y en la que las administraciones
empiezan a tomarse
en serio neutralizar un movimiento
que comienza a estar acomodado y
que, para mayor satisfacción capitalista,
puede generar beneficios. Esta
tercera etapa es la más peligrosa. A
finales de los ‘90 los grupos más reformistas
consolidan la Federación
Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales
y Bisexuales (FELGTB)
como interlocutor único de las instituciones
y de los medios, que ansían
contar con líderes homosexuales para
reforzar una imagen pública.

En este proceso de centralización
del movimiento donde la apuesta
máxima es su despolitización, el Gobierno
español se encuentra con un
modelo en Catalunya, que no ha
podido neutralizar. Por eso, ahora
apostamos por la denominación
‘tranzmarikabollo’, una proclama
que desde los márgenes –pero nunca
al margen– recoge la radicalidad, el
sentido de clase y la no institucionalización
de las luchas por la diversidad
sexual y de identidad de género.
La cuarta etapa se inicia en 2005
con la aprobación del matrimonio
homosexual como panacea de todos
los anhelos y sueños del movimiento
LGTB. Las administraciones y sus
satélites refuerzan el lamentable espectáculo
con ejemplos como el
Pride de Madrid que “millón a millón
de participantes” pronto superará la
población de Madrid. En este juego
de rentabilidades políticas, los grupos
de la Comisiò Unitària 28 de juny
de Catalunya apostamos por mantener
un día que, como el de Stonewall,
revindica la calle y las libertades por
encima de desfiles mediáticos. Salimos
a gritar lo que pensamos y no lo
que compramos.

Pero este año, la piedra en el zapato
hace daño al empresariado rosa,
que se ha conjurado para consolidar
un Pride en Montjuic (Barcelona).
Por eso las tranzmarikabollos convocamos
el 27 de junio a la manifestación
que desde hace 30 años hacemos
en la plaça Universitat de Barcelona.
Un modelo que combina la
rabia con la alegría y desde el activismo,
sin negocios que cubrir ni políticas
que esconder.

Nos jugamos la consolidación del
modelo de mercado rosa. A 40 años
de Stonewall, nos toca contraatacar
y romper con el falso modelo
clónico que pervierte la conciencia
de miles de activistas que siguen luchando
por no tener que pagar ni
deber nada a nadie. A 40 años de
Stonewall, nos toca resistir por
hacer posible el milagro de un movimiento
tranzmarikabollo que no
piensa formar familias y llenar
locales donde escondernos.

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