Sesión de investidura
Iglesias y Rajoy debaten con el PSOE de fondo

La batalla de gallos entre Iglesias y Rajoy ha dejado algunos de los momentos más vibrantes de la mañana cuando se han tratado temas relacionados con la construcción europea.

31/08/16 · 12:31
Pablo Iglesias, en la sesión de investidura. / Dani Gago

No ha recuperado el concepto de casta, pero Iglesias se ha desatado en la primera sesión de investidura de Rajoy en la XII legislatura. El discurso contra las élites del secretario general de Podemos ha recuperado su versión más outsider.

Así lo ha entendido Rajoy, que ha contestado con ironía acusando de adanismo a Iglesias. "¿Es usted el único demócrata que hay en esta cámara?", ha comenzado el presidente del Gobierno en funciones en una retahíla que ha cosechado los aplausos de los suyos.

El secretario general de Podemos aprecia la ironía. Por tanto, se entiende mejor en el debate cuerpo a cuerpo con Rajoy que con Sánchez —de natural encorsetado— y con Rivera —con quien Iglesias ha tenido sus enfrentamientos más ariscos—. La batalla de gallos entre Iglesias y Rajoy ha dejado algunos de los momentos más vibrantes de la mañana cuando se han tratado temas relacionados con la construcción europea.

Rajoy tiene la capacidad de presentar sus acciones de Gobierno como las de un proyecto socialdemócrata. Lo ha hecho con Sánchez y lo ha repetido con los portavoces de Podemos y las confluencias. Así ha respondido a las acusaciones de estar presionado por los poderes económicos y la oligarquía. Esa estrategia, que le sirve para replicar al centro izquierda, tiene un peso evidente en la valoración de Rajoy por la derecha liberal y por esas élites de las que niega estar supeditado. Pero eso es otro cantar.

Pese a su capacidad de retorcer la realidad socioeconómica, Rajoy no ha pedido el apoyo de Podemos en ningún caso. Por eso, la parte propositiva del discurso de Iglesias ha ido dirigida, de nuevo, a Pedro Sánchez. Esto ha generado otra concesión de Rajoy. Existe la posibilidad de un Gobierno sin el PP, ha reconocido. Pero eso es cosa de Sánchez, el tercer protagonista del discurso del secretario general de Podemos.

Había algo de mitin en las palabras de Iglesias. También de argumentario de cara al otoño caliente que comenzó a echar a andar ayer con el inicio de la investidura. Iglesias deslizó que será Sánchez el responsable de las terceras elecciones. Pequeña revancha. En junio, al PSOE le funcionó cargar esa responsabilidad en la chepa del partido morado.

Los malos resultados de Podemos el 26J le han situado en una posición ambigua. Los socialistas no pueden colocarse detrás de un cordón sanitario anti-Podemos sin arriesgar aún más su flanco izquierdo, pero no se ven capaces de arriesgar un Gobierno que estaba más claro en diciembre.

Sobre ese flanco izquierdo ha cargado Iglesias en su discurso. Pero el pimpampúm hoy iba contra Rajoy. Y ahí se han fajado bien los representantes de las confluencias que componen el grupo parlamentario morado.

Xavier Doménech, Alberto Garzón y Alexandra Fernández han separado sus discursos para criticar por igual a PP y Ciudadanos. El candidato de En Comú y la portavoz de En Marea han reivindicado la plurinacionalidad del Estado ante el marco recentralizador del acuerdo entre los de Rajoy y Rivera.

De nuevo, la precampaña gallega, vasca y la situación catalana han sobrevolado el Congreso. Rajoy ha avanzado parte de su argumentario para los comicios en Galicia, que se disputarán contra En Marea. También Iglesias ha aprovechado parte de su discurso para lanzar ataques al PNV, con la mirada puesta en el 25S.

Pero el tema catalán no ha cobrado tanto protagonismo. Señal de que la apertura del septiembre catalán invita a la cautela. De esa triple cita depende un futuro nuevo intento de investidura para Mariano Rajoy. También la oportunidad de Podemos y sus confluencias de resituarse. Son caminos paralelos, la línea tangente la marca el objeto de deseo de ambos: el apoyo del PSOE.

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