Elecciones 26J | Los resultados
El "septiembre catalán" marcará las negociaciones para la investidura de Rajoy

El presidente en funciones acepta optar a la investidura a pesar de que aún no cuenta con los votos para superar los 176 diputados necesarios para formar Gobierno.

29/07/16 · 7:25
Una imagen de la Diada Nacional de Catalunya.

Unas horas antes de que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, saliese a la Zarzuela para anunciar que Rajoy se presentará a la investidura como presidente del Gobierno, la prensa del corazón informaba de que el rey pasará el fin de semana en el palacio balear de Marivent. El anuncio de la Casa del Rey dejaba claro que agosto será un mes de transición en el segundo intento de Rajoy para ser reelegido como presidente. España se va de vacaciones sin Gobierno.

El candidato popular pidió ayer apoyos para un "programa de Gobierno" basado, como primer punto en la defensa de la unidad y la soberanía nacional, y no descartó el "plan B" de un Gobierno en minoría –con 137 diputados– cuyo primer objetivo tras la investidura sería pactar un techo de gasto para los Presupuestos de 2017, con la perspectiva de un recorte que, de cara a los próximos dos años, se establecerá en 10.000 millones según dictó la Comisión Europea el día 27.
  
No hay fecha para la sesión de investidura y no está descartado que Rajoy evite el trago de perder esas dos votaciones. El artículo 99.2, al que se podría remitir la cámara para exigir al presidente que se presente al pleno de investidura, quedará en manos de la presidencia del Congreso, con mayoría popular.

El tema de Catalunya será una de las clave sobre las que pivoten unas negociaciones que van a transcurrir en dos direcciones: inclinar a Ciudadanos hacia el "sí" a la investidura y al PSOE hacia la abstención. Descartado el sonsonete de la Gran Coalición, la canción del verano será la de la unión de los "partidos constitucionalistas". El periodo comienza el 29 de julio y no se demorará hasta el 15 de octubre, según dijo Rajoy en su comparecencia.

El miércoles, la resolución del Parlament a favor de un Proceso Constituyente, en el marco del Procés iniciado tras las elecciones de septiembre de 2015, anuló (al menos hasta pasado el mes de septiembre) una de las bazas con las que podía haber contado Rajoy, la de la abstención o incomparecencia “técnica” de Convèrgencia en una sesión de investidura. Antes, el PNV había advertido de que el acuerdo con Rajoy era "imposible". A pesar de ello, el presidente evitó en su rueda de prensa rechazar explícitamente la abstención de los nacionalistas conservadores vascos y catalanes.

Diada y cuestión de confianza

El día 11 se celebrará una Diada espoleada en el avance, cuestionado en su verdadero alcance, que supone la resolución del 27 de julio en el Parlament. Además, el diputado Francesc Homs, exconseller de Presidencia de la Generalitat de Catalunya, está llamado a declarar como imputado por la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014. El Tribunal Supremo estudiará si Homs cometió delitos de desobediencia, malversación y prevaricación.
 
Carles Puigdemont se enfrentará el 28 de septiembre a una cuestión de confianza en el Parlament, tras la que, está previsto, se ponga en marcha otro "reloj de la democracia", el que debería llevar a unas elecciones en Catalunya en la primavera-verano del año 17, cuando haya transcurrido el periodo de 18 meses que el independentismo se dio para la creación de un marco constituyente.
 
La creación de una banca pública catalana, anunciada horas después de la resolución, situaba el Procés en primera plana de la política estatal, solo una semana después del nombramiento de la propia Ana Pastor como presidenta del Congreso, con la aquiescencia de Convèrgencia.
 
La intervención de la Abogacía del Estado y del Tribunal Constitucional, organismos negados en la resolución de ayer por JxS y las CUP en ese marco, avalada por el PSOE, puede reunificar las posiciones constitucionalistas y suponer un acercamiento entre Rajoy y Sánchez. 
 
A la espera de que ese conflicto se muestre más crudo en los alrededores del 11S, la cohesión del polo constitucionalista vivió sus horas más bajas en la tarde del 28 de julio. El artículo 99 de la Constitución, "el motor que tiene que echar a andar", en palabras de Sánchez, suena a gripado este verano. 

Rajoy recibe malas noticias y a los deportistas olímpicos

A la misma hora que Pedro Sánchez cumplía con su visita al rey para la ronda de consultas de cara a la propuesta de investidura, Mariano Rajoy deseaba suerte a parte de la delegación que acudirá a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El encuentro con deportistas olímpicos fue un respiro en la semana del presidente en funciones, que comenzó con la imputación de su partido por la destrucción de discos duros que podrían aclarar las circunstancias del Caso Bárcenas de financiación ilegal. El mismo día que Rajoy aparecía ante el rey, Alfonso García-Pozuelo se convertía en el primer empresario que ha reconocido contribuir a la financiación ilegal del PP, en este caso en el marco del Caso Gürtel.

La semana terminaba con un sí matizado a la investidura por parte de Rajoy. Un 'sí' sin tiempo ni, de momento, prisa. La muestra más cómica de la mezcla de galbana con la que el presidente en funciones se ha tomado el mes de julio tuvo lugar en una comparecencia de Pablo Casado, portavoz del PP cuando se cumplía un mes de las elecciones. Ante los micrófonos Casado aseguró que Mariano Rajoy estaba “hablando con todos” para atar su investidura y ante las preguntas de los periodistas confesaba no conocer ningún nombre concreto de esa lista de interlocutores.

La base de la oferta de Rajoy es un documento que sus interlocutores han calificado como un "corta y pega" del programa de los populares. Insuficiente para que se diera el paso inevitable para la formación de Gobierno: que Pedro Sánchez ceda. El candidato de Ciudadanos el pasado 26J, determinaba el único escenario posible en este momento: que entre agosto y septiembre el PSOE se deslice hacia la abstención. 

Pedro Sánchez y las elucubraciones

La prensa ha aventurado que Sánchez tiene como objetivo hacer pasar a Rajoy por una investidura fallida. El líder del PSOE adoptó un tono sobrado –enfadado, según algunos periodistas– en su rueda de prensa tras el encuentro con el rey. Su posición, a 28 de julio, parece inamovible. Sánchez evitó una pregunta-bomba sobre si aceptaría un Gobierno del PP sin Rajoy, reiteró su doble negativa a una posible investidura y rechazó “elucubraciones” –el sustantivo más repetido en su intervención– sobre el papel del PSOE ante una nueva espantada de Rajoy.

Antes, Pablo Iglesias, en un tono sostenido, defendía su creencia de que no habrá terceras elecciones. "No vemos iniciativa en el PSOE", dijo Iglesias, quien considera todavía más difícil la formación de un polo "de izquierdas" para el que necesariamente tendrían que contar con CDC y ERC.

Tras la resolución del Parlament, el ciclo de la aritmética hasta los 176 regresó al punto de partida que se marcó en el Congreso Federal del 28 de diciembre de 2015. Los tres partidos independentistas del Congreso son material inflamable para los candidatos a presidente.
Los malos resultados del  PSOE en junio, además, complican aún más una legislatura que partiría con la oposición de 135 diputados del PP. Sánchez e Iglesias, cada uno a su manera, dudaron ayer de que lo que no estuvo ni cerca de darse en el invierno y la primavera pueda darse en otoño. 

La publicación de un manifiesto con 400 firmas de personajes públicos a favor de un pacto de PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, no tuvo ningún efecto aparente ayer. Dejar aislado al PP con un Senado de mayoría popular lleva a las tres otras fuerzas a un Gobierno de interinidad con sectores significativos de sus bases en contra del apaño. El pacto de centro amplio contra Rajoy sigue fuera de la ecuación, al menos hasta después de septiembre. Las terceras elecciones están igual de cerca o de lejos que antes de ayer, pero lo que pase a partir de la Diada puede definir la recta final hasta la investidura del presidente en funciones.

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