Fin del ciclo electoral
La máquina Podemos y el fin de la guerra electoral

Cuatro diputados estatales y autonómicos de la formación reflexionan sobre el 26J y el futuro de su partido.

08/07/16 · 9:51
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Simpatizantes de Unidos Podemos en el Teatro Goya de Madrid la noche del 26 de junio. / David Fernández

Después de seis elecciones en sus dos primeros años de vida, Podemos empieza tras las generales del 26 de junio una etapa en la que quiere pasar de ser una "máquina electoral" a construir un "movimiento popular". Y lo hace después de presentarse en coalición con Izquierda Unida (IU) y perder más de un millón de votos con respecto a los que ambas fuerzas consiguieron por separado en las elecciones del 20 de diciembre.

La confluencia, el tono moderado de la campaña, la imagen de Pablo Iglesias, las negociaciones para formar gobierno, el mensaje del miedo, la sobredosis de encuestas 'adulteradas'… Se especula mucho sobre las causas del fracaso del 'sorpasso'. Cuatro diputados estatales y autonómicos de Podemos han reflexionado para Diagonal sobre el 26J y el futuro de su partido.

"Es muy difícil salir ileso de un año y pico largo de ataques feroces, sin precedentes en este país, de un Gobierno que utiliza las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para hacer informes apócrifos sobre la financiación de Podemos", comenta Lorena Ruiz-Huerta, diputada en el parlamento madrileño.

En su opinión, "los mensajes de que Podemos va a subir los impuestos, que se rompe España, que no van a pagar la deuda de la Unión Europea o la financiación de Irán y Venezuela" han tenido "un peso demoledor" en los resultados. "Y también coincido con algún análisis que se ha hecho sobre nuestra inmadurez como organización, o como pueblo, por habernos ilusionado tanto", añade.

Eduardo Maura, diputado electo por Bizkaia en el Congreso, considera que no hay que buscar las causas en la campaña o en las últimas semanas desde que se firmó la coalición con IU. "Ampliaría el foco y pensaría en el relato que hemos construido estos seis meses, en la consistencia de ese relato, y pensaría en cuán movilizador ha sido todo lo que hemos hecho", explica.

Además, Maura aboga por descentralizar el análisis. "Habría que ver qué ha pasado en cada territorio, cuáles han sido las lógicas políticas que hemos seguido, cuál ha sido el discurso en cada lugar y cuál es la variable descentralizadora", señala.

Unidos Podemos fue la tercera fuerza más votada y consiguió mantener sus 71 escaños en junio, lejos del segundo puesto y de los 90 diputados de promedio que le otorgaban los sondeos. En opinión de Daniel Ripa, secretario general de Podemos Asturies y diputado en el parlamento asturiano, el electorado volvió a comportarse de forma similar a como lo hacía antes de las municipales de 2015.

"Creo que participó la sociedad en la misma línea que venía participando antes del 25 de mayo, a nivel de sectores sociales, de grupos de edad, de zonas geográficas… y que lo que pasó en las últimas tres elecciones fue una hipermovilización de una parte de la población que se sentía excluida de la representación política y una abstención a veces selectiva de otros sectores del PP o del PSOE", indica.

Para Ripa, en esa desmovilización influyó que durante la investidura que sucedió al 20D se transmitiera la sensación de que Podemos "se iba asemejando cada vez más al resto de partidos políticos, que era un partido como los demás; mejor, más ético, más cercano, pero que estaba en el mismo plano que el resto de partidos políticos".

No tener que enfrentarse a elecciones cada pocos meses –con excepción de las vascas y gallegas de otoño– obliga a Podemos a adaptar su estrategia al nuevo ciclo político y le permite emplear sus recursos en otras líneas de acción. "En cuanto se mire hacia la capacidad de desenvolver todo el potencial acumulado, se abre una etapa en la que hay mucha más creatividad e innovación que se puede poner para fines más útiles que la política de partido", dice Ripa, quien percibe como un riesgo "que se quiera construir un partido sin construir un pueblo que desborde y sea autónomo".

Según Ruiz-Huerta, Podemos tiene ahora dos tareas pendientes: "Construir organización, con mucha más implantación en el territorio, saliendo de las grandes ciudades y llegando a lugares más recónditos", y "estar nuevamente con los movimientos sociales".

El arca perdida

Maura coincide en la necesidad de abrir la organización al mundo rural, que –afirma– "ha sido siempre uno de los déficits de los movimientos de cambio a nivel occidental en los últimos 150 años", pero no pondría tanto el acento en la calle. "Organizativamente la clave no es tanto arriba y abajo, como ampliación del campo de batalla. Me parece mucho más interesante eso que una línea de 'hay que volver al 15M', como si fuera una especie de búsqueda del arca perdida. No creo que haya que ir en busca del arca perdida. Si el 15M nació lo hizo como proceso de transformación y se ha ido transformando a sí mismo", comenta.

Uno de los temas que ya han empezado a debatir los cargos orgánicos y las bases de Podemos es la confluencia con IU y su futuro. Las personas entrevistadas por Diagonal la valoran positivamente, aunque reconocen que faltó tiempo para fraguarla mejor. "Deberíamos seguir unidos y convertirnos en la gran fuerza de oposición política, social y cultural a la derecha de este país y sus políticas", asegura Manolo Monereo, diputado electo por Córdoba.

Exdirigente de IU y defensor de la convergencia desde el principio, Monereo opina que ahora es momento de debatir, escucharse y aprender. Y que hay que "salir de los viejos debates cainitas tan típicos en la izquierda, donde al final no se hace otra cosa que aprovechar las elecciones para ajustar cuentas, y pasar a otra vertiente: la del análisis, la de la propuesta, la de estar en una posición política que nos permita avanzar y no retroceder".

En las elecciones de 2011 Podemos no existía. Hoy tiene –con IU, Equo y las confluencias– 71 escaños en el Congreso, cinco eurodiputados, gobierna en municipios importantes, se sienta en los parlamentos autonómicos y moviliza a miles de personas en sus actos. El trabajo de extensión de redes de Podemos ha sido muy importante, pero insuficiente. El proceso continúa. Sin la batalla electoral, pero probablemente con otras nuevas por venir.

Hacia el Congreso extraordinario

El precedente inmediato de las discrepancias internas en el partido fue la destitución del secretario de organización, Sergio Pascual, el 15 de marzo.

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Con esta herida todavía abierta, el 26J sólo ha reabierto la lucha interna ejemplificada en el ya famoso mensaje de Pablo Echenique (sustituto de Pascual) sobre las "malas hierbas". Un primer consejo ciudadano que se reunirá el 9 de julio tendrá que discutir los pasos hacia el congreso extraordinario que la formación celebrará en otoño.

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comentarios

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    Maju
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    11/07/2016 - 6:32am
    El único que dice algo con sentido es Ruiz-Huerta: breve pero al grano. Maura en cambio habla mucho y no dice nada, como suele pasar con los de Podemos de la Navarra Occidental.
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    Kadra
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    10/07/2016 - 5:37pm
    El error de Podemos es no haberse dejado comprar lo suficientemente por el sistema. Si lo hubiera hecho, habría sorpasso de Psoe y de PP porque lo que le interesa al sistema es tener al pueblo contento sin dejar de mandar y sacar tajada. Pero la alternativa al dilema dejarse comprar / quedarse como eterno partido segundón o marginal es... reconocer que la mal llamada democracia representativa no sirve y arrancar con la revolución de la democracia directa. Pero no serán capaces.
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