Elecciones 26J
Jornada de reflexión: el cielo se conquista en silencio

Unidos Podemos reclama recuperar la patria en una campaña moderada. El caso de Fernandez Díaz fue bien gestionado desde el PP.

25/06/16 · 12:10
Acto de fin de campaña de Podemos el 24 de junio en el Matadero de Madrid. / Dani Gago

La última semana de campaña ha sido marcadamente descafeinada en comparación con el clima político vivido en los últimos meses y sobre todo, poniendo en perspectiva lo que fueron las horas previas al 20D o hace un año las elecciones a los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. La Eurocopa de Francia primero y el Referéndum de Reino Unido después han trastornado los planes de casi todos los partidos, que buscaban jugar la baza del ahora o nunca de cara al domingo. Tal vez, el Partido Popular sea el que salga mas beneficiado de este panorama tan descargado y suave. Ni siquiera el ya famoso barómetro de Andorra consigue estimular al ciudadano. Incluso un caso tan grave como el de las escuchas al ministro del Interior, Fernandez-Díaz, ha escapado del escrutinio constante del candelero mediático.

El Brexit ahoga las últimas horas de campaña

Las encuestas erraron como de costumbre y Reino Unido eligió estrechamente el abandono de la Unión Europea. Todos los medios de comunicación se volcaron en los resultados y sus posibles consecuencias dejando de lado el panorama político español por un día. Sorprendió ver que los cuatro partidos políticos con opciones de formar gobierno se mostraron de acuerdo con el resultado del referéndum británico: Para todos fue una mala noticia. Unidos Podemos intentó adueñarse de la situación haciendo gala de su presencia junto a los laboristas en la campaña por mantenerse en la UE, aunque el gran protagonista fue Pedro Sánchez.

El líder del PSOE pronunció una frase propia de los hombres de negro de la Troika: Esto es lo que ocurre cuando se pregunta a la ciudadanía. La campaña del Partido Socialista ha sido un misterio. No se ha entendido hacia qué electorado iba dirigida y el remate fueron esas declaraciones, que nadie nunca imaginaría del supuesto representante de los socialistas obreros españoles. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo, se quiso acordar de que Gibraltar debe ser español, cerrando así el círculo de aportaciones rancias en este apartado.

La estrategia silente de Unidos Podemos

La coalición ha mantenido el tono ya analizado durante el resto de campaña, sin sacar los pies del tiesto y llamando una y otra vez a un pacto junto al PSOE, que según las encuestas rondaría, si no alcanzar, la mayoría absoluta. Pablo Iglesias ha pasado a un segundo plano y Alberto Garzón, Iñigo Errejón e Irene Montero han tomado cierta relevancia. El líder de Izquierda Unida ha mantenido en ciertos momentos una campaña independiente a la coalición para intentar conquistar esos votos que pueden perderse por unirse a la formación morada. Y es que hay encuestas que aseguraban que uno de cada tres votantes de Izquierda Unida nunca votaría a Podemos. Por otra parte, ha destacado la activa participación de Mónica Oltra y Ada Colau en eventos fuera de sus hábitats naturales, en una declaraciones de intenciones de la formación de usar a sus caras más victoriosas en los eventos.

La campaña del Partido Socialista ha sido un misterio, no se ha entendido hacia que electorado iba dirigida
El cierre de campaña en Madrid Río con 10.000 personas sorprendió incluso a la organización. El tono sin embargo ha sido moderado y contra el PP, evocando de nuevo la corrupción, los Papeles de Panamá y la recuperación del poder para el pueblo. Ser segunda fuerza es un peso demasiado grande que les obliga a no dar argumentos a la derecha para comérselos en cada aparición televisiva.

Nada hace caer al PP

La información que sacaba a la luz Público.es sobre las escuchas de Fernández Díaz fueron bien asimiladas desde la cúpula del Partido Popular. Mariano Rajoy restó importancia al asunto hasta presentarlo como algo sin importancia y el propio ministro se atribuyó el papel de víctima. Nada hace pensar que esto pueda afectar al partido conservador de cara al domingo, porque, ¿de verdad le importa al votante que ha tolerado la corrupción estructural que un ministro ataque a los independentistas? Hay que mirar las cosas con perspectiva. El cierre de campaña en Colón tuvo a Soraya Saenz de Santamaría haciendo de DJ y un discurso marcado por el profundo rechazo a Unidos Podemos.

Ciudadanos desaparece de la campaña

Pese a que el partido de Albert Rivera dio un golpe encima de la mesa con su viaje a Venezuela y tuvo intervenciones certeras en el debate a cuatro, no tuvo ese plus en los sondeos y encuestas que esperaban tras ser protagonistas, buscando la complicidad de PP y PSOE a grandes rasgos y atacando a Unidos Podemos. El partido naranja fue poco a poco perdiendo fuelle y gastó sus últimas balas apelando a un mensaje que nunca ha funcionado bien: ponerse un tope.

Tanto Rivera en entrevistas como el partido en campañas promocionadas en Twitter ha pedido a sus votantes llegar hasta el 15% de los votos para que la Ley D'Hont no les castigue demasiado. Izquierda Unida tiene un amplio historial de fracasos con campañas de ese tipo (la última, cuando Luis García Montero pidió en la Comunidad de Madrid un 5% de los votos y acabo sin representación). Su campaña ha sido mucho mejor que la del 20D pero parece que no tendrá aumento de congresistas.

Mañana empezará otro ciclo de negociaciones que tiene aún tantas dudas como si el 20D no hubiese existido. Por ahora, el camino parece empedrado para Unidos Podemos y un poco más esclarecido para el Partido Popular.

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