El 26J y el contexto europeo
Cuatro voces sobre cómo cambiar Europa

Luis Martín, Sergi Cutillas, Sandro Mezzadra y Tom Kucharz hablan de las posibles salidas a la crisis europea.

, Fundación de los Comunes
28/05/16 · 7:28
Edición impresa

 

Luis Martín (miembro de Diem 25, plataforma para la democratización de Europa).

¿Qué tácticas y dispositivos son necesarios para cambiar nuestra situación en Europa? 

Nuestra situación se caracteriza por un proceso de desintegración. Las instituciones se han vaciado de poder político a causa de la financiarización y más a partir de la crisis de 2008. Hay muchas tensiones y las instituciones europeas actúan como gestoras que defienden el modelo actual, que podríamos llamar extractivo. Vemos la necesidad de devolver a los ciudadanos ese proyecto en común porque hay cuestiones que tampoco se pueden atajar desde el Estado-nación. Nuestro objetivo es democratizar Europa pero, ¿cómo se hace? Hay que actuar en un plano multidimensional, no sólo partidos, hay que incluir a la ciudadanía y a movimientos locales. 
 

¿Cómo analizáis la cuestión de la soberanía?

No vemos contradicción entre un proyecto de mayor integración europea (uno de los puntos débiles de la onda progresista en América Latina fue la escasa integración regional) y elementos de soberanía; los movimientos que han alcanzado las instituciones locales son muy valiosos pero pronto tropiezan con techos de cristal, con normas y directivas de distintos niveles. No creemos que haya que encallarse en el debate entre aceptar esta Europa y retrotraernos al Estado-nación. Diem propone ser una herramienta de acción, un instrumento útil para 1) generar debate en distintos planos y niveles;  2) desarrollar un ruta crítica;  3) apoyar procesos de cambio ya en marcha; 4) hacer trabajos de lobby, think tank y fuerza política. 
 

¿Cómo construir una nueva Carta Magna europea?

Querríamos que la ruta crítica que propone Diem para los próximos 18/24 meses sobre ejes fundamentales, a través de eventos, debate público, asambleas y grupos de trabajo, termine en un proyecto constituyente que cambie estas instituciones gestoras por algo realmente democrático. Por ejemplo, nuestra próxima asamblea es en Viena sobre inmigración: habrá debate, grupos de trabajo, colectivos locales que abrazan nuestro manifiesto, una gran asamblea... no basta con tener una buena ruta, hay que encontrar la masa crítica. Y esto es algo fundamental que no existe en España; aquí no ha habido debate público sobre Europa, no lo hubo en las elecciones de diciembre, no es objeto de campaña ni de programa y, sin embargo, ahora nos recuerdan desde Bruselas los recortes que exigen para el año próximo.     

     

Sergi Cutillas (Auditoría Ciudadana de la Deuda y Plan B para Europa)

¿Qué posibilidades y tácticas impulsarían un proceso de democratización a escala europea?

Veo tres posibilidades: la primera, en línea con la iniciativa “Un Plan B para Europa”, sería la construcción de un movimiento político paneuropeo capaz de plantar cara a las instituciones europeas y a los poderes fácticos capitalistas que ahora dominan la UE; su condición imprescindible sería el desarrollo de un programa que no interpelase solo al ámbito movimentista, sino a la mayoría de la población. La segunda opción sería la de una revuelta espontánea (tipo 15M) que se contagiara y extendiera a escala europea. La tercera, una revolución o semi revolución en un Estado que, tras tomar el control de sus instituciones, consiguiera enfrentarse a los mecanismos de extorsión y chantaje de la UE, produciendo un efecto dominó hacia otros Estados miembros. Esto es lo que hubiera sucedido en Grecia, de no haber claudicado el gobierno de Syriza.
 

¿Qué concepto de soberanía debería ser recuperado para poner en práctica un nuevo pacto transnacional europeo? 

Para estudiar el concepto de soberanía deberíamos fijarnos en los ecosistemas naturales. El sujeto de soberanía lo hemos construido a una escala artificial de masas (escala estatal, escala de imperio). Pero para que la vida sea sostenible habríamos de adaptarnos un poco a la naturaleza. Una referencia podría ser, por ejemplo, la cuenca de un río: cómo se mantiene la vida en el metabolismo de una región fluvial, cómo nos nutrimos de ese sistema y lo cuidamos, de forma sinérgica y cooperativa. Un ecosistema donde se aplican los conocimientos de los diferentes ámbitos de cooperación existentes: la soberanía alimentaria, habitacional, educativa, de crianza, etc. 
 

En relación al modelo productivo, ¿qué pasos cabría dar hacia la construcción de una economía común post-capitalista? 

Sólo se aprende a caminar caminando. La economía común, la nueva economía de circuito corto, ecológico, feminista, sólo se puede generar desde la práctica creando referentes en nuestra escala más cercana. Pero es preciso ir preparando al mismo tiempo un plan que permita superar el cuello de botella desde esta escala local a otras mayores. El tejido ha de estar preparado para que cuando se produzca alguno de los disparadores de democratización anteriormente descritos, para cuando haya un fallo del sistema o una posibilidad de gobierno, dispongamos de un programa a nivel macro capaz de enfrentarse a los poderes fácticos.       

   

Sandro Mezzadra (EuroNomade, grupo de estudios “para inventar los comunes”)

¿En qué concepto de soberanía habría de basarse un nuevo acuerdo de cooperación transnacional europeo?

El concepto de soberanía está muy vinculado a la historia de la expansión colonial europea. Por eso no es fácil reapropiarnos de él. Aunque lo realmente difícil es pensar un proyecto de emancipación en torno a este concepto entendido como soberanía estatal y nacional. En este momento histórico nos enfrentamos a condiciones que hacen necesaria la búsqueda de otras escalas espaciales para la acción y las luchas políticas. El Estado ha sido vaciado de su capacidad de regular el capitalismo que hoy en día es muy distinto de aquel en que se realizó el denominado compromiso fordista y el desarrollo de los Estados del bienestar. Por esta razón, la dimensión espacial de la política posee una importancia sobresaliente y todo proyecto radical de liberación afronta la tarea de repensar nuevas escalas de lucha. 
 

¿Cuál sería el papel de las políticas monetarias de cara a un proceso de democratización a nivel europeo? 

Estamos viviendo un momento de turbulencias monetarias a escala internacional en el que la soberanía del dólar se ve cada vez más desafiada por equilibrios cambiantes en el capitalismo global. Es difícil pensar una salida de esta situación mediante una vuelta a la soberanía monetaria nacional. Se trataría, más bien, de contestar la ficción de naturaleza técnica de la moneda y de su manejo. Contestar el estatuto mismo del Banco Central Europeo. Hacer posible que las luchas sociales impacten en las correlaciones de fuerza que la moneda refleja. En un momento en que la propia prensa financiera internacional escribe sobre la necesidad de pasar del quantitative easing al helicopter money [política monetaria con la que los bancos centrales distribuyen dinero directamente a toda la población, n. del Ed.], sería interesante reflexionar sobre esta última teoría desde el punto de vista de la renta básica. 
 

¿Cuáles serían los ejes de una nueva Carta Magna europea?

Para generar las condiciones materiales de la democracia a escala continental se han de inventar nuevos contenidos sobre fronteras, renta, comunes, etc. Diem 25 habla de un nuevo ‘New Deal verde’. Tomar la consigna del New Deal es interesante pero sin olvidar que la reforma económica de Roosevelt no hubiera sido posible en EE UU sin la ola de luchas obreras (de intensidad insólita en este país) y la construcción de un nuevo sindicato (el CIO) que la precedieron.       

  

Tom Kucharz (Ecologistas en Acción y Plan B para Europa)

¿Qué articulación de tácticas y dispositivos sería necesaria para cambiar nuestra situación en la Unión Europea?

Lo primero a destacar es que es imposible democratizar las instituciones de la UE y el marco del proyecto europeo actual; la última demostración es la imposición del tercer memorándum al Estado griego que forma parte del golpe de estado financiero puesto en marcha tras la crisis del 2008. La ruptura que se plantea desde el Plan B es hacer un llamamiento a la desobediencia hacia las políticas, los tratados y las instituciones de la UE, por ejemplo, contra las restricciones a la libre circulación de las personas refugiadas o al tratado TTIP (Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión). 
Hay una necesidad imperiosa de construir una solidaridad más fuerte entre los movimientos sociales y las clases populares y marcos unitarios donde diferentes políticas, tácticas y estrategias puedan convivir, desde aquellas que apuestan por la transparencia y la democratización de los marcos actuales de la UE hasta las que buscan estrategias de desobediencia civil, ruptura y confrontación. Éste es el gran reto de redes transeuropeas como Blockupy, Altersummit, las redes de solidaridad con las personas refugiadas, las redes construidas en oposición a tratados como el TTIP, el CETA (acuerdo con Canadá) o el TiSA (acuerdo multilateral sobre servicios) o las redes organizadas contra la privatización de los servicios públicos y el extractivismo y el desarrollismo en Europa. 
 

¿Cuál sería el papel de las políticas económicas y monetarias necesarias para un proceso de democratización europeo? 

Para construir políticas económicas y financieras alternativas es necesario desobedecer los actuales acuerdos sobre fiscalidad. Es imposible plantearse políticas justas sobre vivienda, trabajo y el no pago de la deuda ilegítima si no rompemos con estos marcos impuestos. Esta desobediencia la podría llevar adelante una red de ciudades o regiones que se opongan a este marco. Es imprescindible tener en cuenta las crisis ecológicas que están afectando al planeta y muchas respuestas van a venir relacionadas con conseguir una soberanía alimentaria que implica una vuelta al mundo rural. Resumiendo, hay tres elementos fundamentales: 1) No pago de la deuda; 2) Control del sistema bancario por parte de la población 3) Relocalización de la economía.
 
Tags relacionados: Número 271
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

1

  • |
    jose luis alvarez
    |
    28/05/2016 - 11:48am
    El artículo parece de lo más interesante, y digo que parece porque aún no o he leido. Pero lo que no entiendo es que ninguno de los expertos sea español.
  • Tienda El Salto