El ‘milagro español’ se basa en sueldos bajos y contratos basura.
Es posible que el discurso de los brotes verdes y la recuperación económica haya calado en una parte de la población en 2015, pero más probable es que a nivel material usted no haya notado gran cosa, por no decir nada.
“A las empresas les va mejor precisamente porque los salarios son más bajos, porque los contratos son más precarios. Es el secreto del ‘milagro español’”, explicaba a Diagonal la economista Miren Etxezarreta ya en febrero de este año. Si bien los datos indican un descenso del paro de un 10% en el último año, también es cierto que parte de este descenso se debe a la bajada de la población activa, y también a que el 90% del nuevo empleo es temporal. De hecho, la temporalidad no ha hecho más que subir en los últimos años, y se sitúa ya en un 26,15%.
El 90% del nuevo empleo es temporal
No parece que esta situación vaya a ser resuelta por el III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, firmado entre los grandes sindicatos (CC OO y UGT) y la patronal (CEOE y Cepyme) en el mes de junio, que permite subidas de salarios de hasta un 1% –desvinculando los salarios del IPC– y “bajadas hasta el infinito”, como dijo el propio presidente de Cepyme.
La precariedad organizada
La precarización del empleo y la bajada de sueldos hasta puntos insoportables es precisamente lo que llevó a los técnicos de contratas, subcontratas y autónomos que trabajan para Telefónica-Movistar a plantear a finales de marzo una huelga indefinida en Madrid que en pocos días se había extendido al resto de comunidades y que, contra viento y marea –e incluso contra los acuerdos alcanzados entre CC OO y UGT y las contratas de Telefónica–, los trabajadores mantuvieron durante 74 días. Organizados en asambleas y coordinados en todo el Estado, por primera vez lograron unir en una misma lucha lo que Telefónica, convertida en empresa-red, había logrado dividir: miles de trabajadores que, a pesar de realizar el mismo trabajo, tenían hasta ocho modalidades contractuales distintas como empleados de contratas, subcontratas y autónomos.
Desconvocada por el agotamiento después de haber logrado una parte de los reclamos, los técnicos también lograron que decenas de candidaturas municipales que posteriormente han llegado a los Ayuntamientos firmaran el Compromiso de las escaleras, un documento en el que se comprometían a revertir y no firmar contratos con Telefónica y otras empresas que violen derechos laborales.
Aunque éste ha sido un año de menor conflictividad laboral, ejemplos como el de los técnicos de Telefónica-Movistar o la victoria de los trabajadores de Coca-Cola han jalonado estos 12 meses. Otros, como los trabajadores de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF), a pesar de haber parado temporalmente el 10 de noviembre la huelga que mantenían desde hacía casi cuatro meses, continúan su batalla con la empresa pública Tragsa y el Ministerio de Medio Ambiente por unas condiciones salariales y laborales dignas.
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