¿Ha sido el proceso soberanista en Catalunya un factor de aceleración del declive de los dos grandes partidos?

Desde 2012, el proceso de replanteamiento del viejo Estado de las Autonomías generado en torno al Régimen del 78 se encuentra en un punto de no retorno. La victoria de un partido con programa independentista en las pasadas elecciones autonómicas de Catalunya ha llevado a las instituciones un pulso que puede comenzar a resolverse con la entrada de otras visiones de lo que debe ser España y las nacionalidades que la componen. Cinco personas, del activismo y la investigación, responden a una misma pregunta: ¿Qué papel tiene la crisis del Estado de las Autonomías en el proceso de fin de una época que estamos viviendo?
Beltrán Roca (antropólogo): Uno de los problemas de la izquierda en España, tanto de la vieja como de la nueva, es la incapacidad para dar respuesta al carácter plurinacional de nuestro Estado. Los grandes partidos eluden la cuestión y la crisis económica, convertida en crisis de legitimidad de las instituciones, reaviva las demandas soberanistas de los movimientos y partidos etno-nacionalistas.
La izquierda más rancia ha visto el nacionalismo como una ideología chovinista que fragmenta a lo que considera el principal sujeto político: la clase obrera.
El éxito político de la nueva izquierda está en comprender que existen diferentes sujetos, identidades y subjetividades, todas con un potencial democratizador y transformador. Es preciso, por tanto, articular nuevos discursos en torno a la plurinacionalidad y establecer nuevos diálogos en torno a la forma del Estado.
Alabao: "El hecho de que la "cuestión catalana" no haya tenido mucho peso en campaña parece indicar que no es un factor determinante en estas elecciones"
Lolo Rico (realizadora): La supuesta crisis que hemos tenido ha jugado un papel muy importante. Toda esa falsedad, esa utilización de la crisis para tapar la corrupción, todo eso pertenece a los grandes partidos, sin duda. No creo que la cuestión autonómica haya sido importante en el cuestionamiento del bipartidismo. Ha estado presente sobre el tapete, sin duda, pero más bien se ha jugado con eso, por los intereses personales o partidistas. A los grandes partidos no les importan los ciudadanos para nada, les da igual que sean catalanes o de Zaragoza. Y todo eso ha jugado en su contra, al final.
Pastora Filigrana (abogada): La cuestión territorial es una de las que han de tener cabida en un nuevo Parlamento si de verdad estamos defendiendo mayores cotas de democracia y pluralismo político. Las aspiraciones de descentralización democrática tienen ahora la oportunidad de salir de la marginalidad política y tener un papel decisorio en la nueva configuración parlamentaria. El pluralismo es sinónimo de democracia y no de caos como intenta imponer el discurso político imperante.
La cuestión territorial puede ser un factor de democratización de la sociedad siempre y cuando estas aspiraciones descentralizadoras estén encaminados a un concepto de una democracia cada vez más directa y un modelo de sociedad más justa.
Jaime Pastor (profesor de Ciencia Política): La crisis del Estado de las autonomías también es un factor relevante, especialmente en Catalunya, como estamos viendo. Supone la quiebra principal del régimen del 78 y del pacto establecido desde la "Transición" entre la élite española y la catalana, provocada –no lo olvidemos- por el ascenso de un movimiento soberanista confrontado a la creciente agresividad recentralizadora del PP y a los efectos de la crisis económica y social.
La negativa por parte de PP y PSOE a un referéndum –incluso no vinculante legalmente– sobre la independencia supone sin duda un factor difícilmente reversible de su declive en Catalunya y esto, probablemente, tendrá repercusiones en otros ámbitos como el vasco y el gallego.
Nuria Alabao (periodista): El hecho de que la "cuestión catalana" no haya tenido mucho peso en campaña parece indicar que no es un factor determinante en estas elecciones. Sobre todo en el sentido que no se ve como una fuente de votos muy importante. También Pablo Iglesias ha apoyado la soberanía de Cataluña para decidir en un referéndum su encaje con España y no parece que esté teniendo costes muy elevados ni una gran repercusión. Quizás con los desplazamientos que se están dando en los consensos básicos de la transición aquí haya algo que se esté moviendo también y la unidad de la Patria no levante tantas pasiones como antaño.
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