Eric Toussaint valora los resultados electorales y el proceso de auditorías en Europa
Grecia: "No tomar el referéndum en cuenta es un agravante"

Tercera entrevista de la serie sobre la auditoría de la deuda griega con el coordinador cientifico de la Comisión de la Verdad, Eric Toussaint, sobre el tercer memorándum griego firmado por Tsipras.

05/10/15 · 12:28
Eric Toussaint, en una foto del grupo de la izquierda europea. / GUE/NGL

La conclusión de la última reunión de la Comisión de la Verdad sobre la Deuda griega, celebrada del 22 al 25 de septiembre, es contundente: El tercer memorándum firmado por Alexis Tsipras es igual de ilegal, ilegítimo, odioso e insostenible que los dos anteriores. Pero en esta ocasión, "no tomar el referéndum en cuenta es un agravante", ha declarado su asesor científico, Eric Toussaint, en una entrevista realizada por Diagonal. En ella, analiza las últimas elecciones helenas, desgrana interesantes revelaciones de la Comisión y valora los procesos de auditorías que comienzan a desarrollarse en distintas ciudades del Estado español.

¿Cuál es la conclusión de la última Comisión de la Verdad sobre la Deuda griega?

Es contundente. La Comisión, reunida en el Parlamento griego del 22 al 25 de septiembre 2015, ha vuelto a caracterizar la nueva deuda como ilegal, ilegítima, odiosa e insostenible por las mismas razones que los otros memorándum. De alguna manera, hay un elemento adicional respecto al primero y al segundo, que es el referéndum del 5 de julio, con un 62% de 'no' a las imposiciones de los acreedores sobre la deuda con nuevas medias de austeridad.

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"Votando todavía a Tsipras, salvo los que decidieron no votar, la gente sigue con una orientación 
antiausteridad esperando que se pueda paliar el impacto negativo"

La gente era consciente de las amenazas de los acreedores. Así que no tomar el referéndum en cuenta es un factor agravante tanto por parte de los acreedores, que aumentaron sus exigencias, como por parte de la mayoría del Gobierno –digo mayoría, porque seis ministros y viceministros no aceptaron el acuerdo del 13 julio–. Y gracias a los tres partidos que habían llamado al 'Sí' (Potami, Pasok y Nueva Democracia), Tsipras pudo lograr una mayoría para adoptarlo.

¿Y por qué crees que ha vuelto a ganar Tsipras en las elecciones del 20 de septiembre de 2015?

Es muy claro. Hay que tener en cuenta las etapas. La gente no tenía ya más la posibilidad de rechazar este memorándum. El tercero fue firmado definitivamente por el Gobierno y adoptado por el Parlamento el 13 de agosto. Fue el final de tres etapas. La gente no tenía posibilidad de votar contra la aplicación del memorándum, así que que emitió un voto de izquierdas útil considerando que para el tercer memorándum, el mal menor era tener a Tsipras como primer ministro. Si la gente hubiera votado Potami, PASOK o Nueva Democracia, habrían tenido implementado el tercer memorándum con toda su crueldad. La gente ha imaginado que Tsipras va a intentar encontrar paliativos, porque se comprometió a encontrar políticas para endulzar algunas de las medidas más brutales.

Es claro que la gente voto útil, pero al mismo tiempo, 800.000 personas que emitieron voto válido el 25 de enero, no votaron. La abstención superó el 43% y Syriza perdió 300.000 votos, Nueva Democracia perdió 200.000 y Potami, el más radical en favor del memorándum, fue muy golpeado: perdió la mitad de su electorado. El PASOK logró reabsorber los votos que se habían ido del PASOK hacia el nuevo partido creado por Papandreu en enero, que no se presentó. Entre los partidos promemorándum, es el que obtiene un resultado más suave. Todos los demás pierden.

Unidad Popular logró 150.000 votos, claramente muy por debajo de lo que los sondeos daban al inicio de su salida de Syriza. Pero es claro que tuvieron muy poco tiempo para divulgar su propuesta y construirse como nuevo partido. Yo diría que la gente sabía que no había ninguna posibilidad de ver a Unidad Popular sustituir a Syriza. Una parte de los votantes potenciales de Unidad Popular prefirieron votar a Syriza.

Las cosas son muy coherentes. Para mí las explicaciones son claras. Amanecer Dorado no logró aumentar sus votos, perdió 20.000. Limitó las pérdidas, pero no hubo una victoria. Es importante subrayar esto, porque sigue representando un gran peligro para Grecia. Votando todavía a Tsipras, salvo los que decidieron no votar, la gente sigue con una orientación antiausteridad esperando que se pueda paliar el impacto negativo.

La mayoría de las nuevas medidas no han sido inmediatamente implementadas, así que la gente aún no ha sentido una nueva degradación de sus condiciones de vida. Por eso Tsipras convocó las elecciones lo mas rápidamente posible, porque quería deshacerse de su ala izquierda radical para tener una nueva mayoría aceptando la capitulación del 13 de julio.

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¿Quiénes han participado en estas sesiones de la Comisión de la Verdad y cuál ha sido su aportación?

Ha habido un acuerdo total entre juristas, tanto nacionales como extranjeros, sobre el referéndum para decir que es vinculante, porque las preguntas eran muy claras. Teniendo en cuenta que el documento del 13 julio es peor que la propuesta rechazada ocho días antes, es claro que hay una contradicción irrefutable.

"Seguramente [Syriza] va a disolver la Comisión y si lo hace, nosotros vamos, con Konstantopoulou y los movimientos sociales, a constituir una nueva asociación para seguir adelante con la auditoría"

Hemos profundizado el análisis del rescate bancario. El costo entre 2010 y hasta julio de 2015 se eleva al menos a 48.000 millones de euros. Una parte muy importante de la deuda contratada es para el rescate bancario, que no logró sanear a los bancos griegos. Por eso en el tercer memorándum hay 25.000 millones de euros de deuda nueva para, otra vez, recapitalizar a los bancos. Y consideramos que, a pesar de ese aporte, los bancos van a seguir siendo insolventes, porque su balance está lleno de créditos morosos, con un nivel de impagos de empresarios y hogares elevadísimo como consecuencia de la recesión económica de los cinco últimos años provocada por las políticas de la troika. Hemos advertido al pueblo griego de la gravedad de la situación y de los peligros que están muy presentes en el futuro.

Otro punto importante que hemos destacado, con un documento de tres páginas, es cómo la Troika –ahora son cuatro, porque a la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se le añade el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)– sigue, pero la política que impone va a hacer imposibles las metas en términos de reducción de déficit fiscal. Seguramente los acreedores van a exigir dentro de seis meses o un año medidas adicionales de recortes. Se lo hemos dicho claramente al pueblo griego.

También hemos dicho claramente que vamos a seguir con el trabajo. Es público que ningún miembro de la Comisión recibió remuneración, así que no importa tener o no el apoyo institucional de la nueva presidencia del Parlamento griego. Seguiremos con el compromiso de avanzar en el trabajo de auditoría de la deuda con una participación muy activa de la aún presidenta del Parlamento griego hasta el 4 de octubre, cuando será reemplazada seguramente por un ministro promemorándum, probablemente Nikos Voutsis. Seguramente va a disolver la Comisión y si lo hace, nosotros vamos, con Zoe Konstantopoulou y los movimientos sociales, a constituir una nueva asociación para seguir adelante con la auditoría, como ya hemos hecho de 2011 a 2015 a través de la auditoría ciudadana.

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¿Por qué Varoufakis, que había confirmado su presencia en la Comisión de la Verdad, declinó horas después de unas elecciones que ganó Tsipras?

Con el resultado electoral y las presiones ejercidas por parte de Syriza y las amenazas de juicios contra él –hay una voluntad de Potami, Nueva Democracia y PASOK de lograr un juicio a Varoufakis por traición–, bajo esta presión, yo diría que decidió, y lo siento mucho, no acudir ante la Comisión.

El exviceministro de Defensa, Kostas Isychos, ha hablado en la Comisión de la nefasta política de gastos militares de Grecia. ¿Tsipras también ha adoptado la misma política?

Un exviceministro de Defensa nos brindó el 24 de septiembre materiales muy importantes y subrayó que él tuvo que pelear contra el ministro, el presidente de los Griegos Independientes (ANEL), Panos Kamenos, que buscaba seguir con gastos militares exagerados dentro de la OTAN. Ese ministro de Defensa abogó por reconducir el acuerdo militar con Israel y fue apoyado por Tsipras. Una parte importante de los gastos militares, aparte de ser corruptos, están ligados a las misiones impuestas por la OTAN a Grecia por su proximidad a Oriente Medio y Próximo. Hay gastos que no tienen que ver con la paz y defensa de Grecia sino que tienen que ver con misiones en Libia, Egipto, Siria, Iraq, Israel, etc.

¿Presionó la UE a sus países miembros para que se abstuvieran en la resolución de la ONU sobre deuda soberana?

La presión es absolutamente pública, es un documento oficial. Pero el colmo de la hipocresía es que hacían presión sobre Grecia para que no votara a favor, pero Alemania y Reino Unido votaron en contra. No respetaron la disciplina de los demás.

¿Os ha contestado el ex ministro de Exteriores, Nikos Kotzias a vuestra pregunta sobre esa abstención de Grecia? ¿Cómo valoras esta postura?

La presidenta del Parlamento denunció esa actitud y el exministro de Asuntos Exteriores, Nikos Kotzias, dijo "siento mucho ese voto de Grecia". El representante del Gobierno de Grecia que emitió en las Naciones Unidas el voto de abstención fue Yorgos Juliarakis. El actual miembro del equipo económico de Tsakalotos es considerado como uno de los mejores aliados de los acreedores europeos dentro del nuevo Gobierno de Tsipras. Por eso Jeroen Dijsselbloem, el presidente del Eurogrupo, decía que Juliarakis estaba entre los mejores ministros para seguir la relación con los europeos junto con Dragasakis y Tsakalotos. Ellos siguen en el nuevo Gobierno de Tsipras. No hemos obtenido respuesta. Como Comisión de la Verdad hemos denunciado esa actitud, porque muestra el nivel de coerción y sumisión del Gobierno griego.

Has sido invitado por la ONU para asesorar sobre esa resolución de la deuda soberana. ¿Han incluido tu propuesta de tres artículos?

Claramente son sugerencias mías y había una receptividad positiva de algunas delegaciones en la Asamblea de la UNCTAD a la cual fui invitado en Ginebra el 14 de septiembre, cuatro días después de la votación. Pero francamente, no creo que vayan a adoptar los principios adicionales que propuse, aunque hubiera un apoyo de varias naciones. El primero de los principios adicionales está ya en la resolución del Consejo de Derechos Humanos adoptado en 2012, pero no está en la resolución de Naciones Unidas del 10 de septiembre. Se trata de la necesidad de organizar auditorías de la deuda con participación ciudadana. Yo propuse en Ginebra el 14 de septiembre tres principios adicionales:

Si [la auditoría] se limita a un ejercicio intelectual, el peligro es que la gente lo va a considerar un ejercicio y no un acto que desemboca en medidas políticas fuertes

a. La obligación de organizar estas auditorías de la deuda y de realizarlas con participación ciudadana.

b. El derecho soberano del país deudor de suspender el pago si la negociación no desemboca en una solución satisfactoria en un tiempo razonable. También el derecho de suspensión de pago sobre la base del estado de necesidad.

c. La prohibición de transformar deudas privadas en deudas públicas.

En la Comisión de la Verdad griega has mencionado las auditorías en ciudades españolas ¿Qué expectativas tienes?

Tengo muchas expectativas, pero creo que va a ser muy complicado porque, hablando francamente, tengo una inquietud: quizá el peligro de cansarse en la etapa de las auditorías municipales y no tener más la misma energía para imponerla al nivel del Estado español. Pero es vital hacerlas. La inquietud no tiene como consecuencia no hacerlo, al contrario, pero hay que considerar que es solamente una primera batalla. La batalla fundamental, si queremos ganar, es al nivel del Estado español. Porque tras una auditoría municipal, implementar medidas implican entrar en rebelión clara contra el Ejecutivo nacional, que va a amenazar con intervenir los municipios. Las que empiezan deben prepararse para las consecuencias. Si se limita a un ejercicio intelectual, el peligro es que la gente lo va a considerar simplemente un ejercicio y no un acto que desemboca en medidas políticas fuertes. En cualquier caso, quiero brindar claramente mi apoyo a las autoridades municipales de izquierda que decidieron iniciar una auditoría con participación ciudadana. El CADTM, como red europea e internacional, está dispuesto a ayudar a las alcaldías y los movimientos sociales que se involucren en ellas.

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¿Temes decepciones similares a las de Tsipras en otros países?

No tengo la misma inquietud respecto a los municipios que tomaron la decisión de adoptar auditorías, porque Manuela Carmena, Kichi o Ada Colau son personas que desde el ejecutivo tomaron la decisión de lanzar la auditoría, mientras que en el caso de Grecia, no fue una iniciativa del ejecutivo. Fue una iniciativa de la presidenta del Parlamento griego que pensó tener el apoyo real de Tsipras, pero era sólo verbal, no se concretó.

El peligro lo tengo más con lo que puede ocurrir con dirigentes de Podemos o de otras formaciones políticas –no conozco bien las reacciones de Izquierda Unida–. Varios de ellos apoyaron la capitulación de Tsipras y si siguen apoyando, eso tendrá unas consecuencias funestas para España.

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