Elecciones 27S
Mas es imputado por el 9N en la resaca de las elecciones en Catalunya

Las CUP abandonan de momento la intención de plantear una Declaración Unilateral de Independencia y vuelven a rechazar investir a Artur Mas. El president en funciones y tres cargos del anterior Govern, imputados por la consulta del 9N.

, @termitaelefante
29/09/15 · 13:15
Artur Mas, emitiendo su voto en la sonculta del 9 de noviembre de 2014. / Daniel G. Mata

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha anunciado hoy la imputación de Artur Mas, president en funciones del Parlament de Catalunya y diputado electo el pasado domingo, por cuatro delitos relacionados con la convocatoria el 9 de noviembre de 2014 de una consulta no vinculante para sondear el apoyo a la independencia de Catalunya.

Mas se enfrenta a cargos por obstrucción a la justicia, prevaricación administrativa, desobediencia grave y malversación de fondos públicos. Una condena firme podría inhabilitarle para ejercer cargos públicos –en el Estado español– durante diez años, así como a un año de prisión. Junto a Mas, han sido imputados la exvicepresidenta del Govern Joana Ortega y a la consellera de Enseñanza, Irene Rigau.

El TSJC se introduce así en la resaca postelectoral tras los comicios del pasado domingo señalando a Artur Mas, el vértice por el que pasan todos los análisis. Ayer, las Candidaturas d'Unitat Popular (CUP) volvían a reiterar su rechazo a la investidura del expresident y anunciaban que no plantearán que el Parlament apruebe inmediatamente una Declaración Unilateral de Independencia, dado que no se ha superado el umbral del 50% de los votos que las CUP consideraban necesarios para la DUI.

Alta participación

Mucho se hablado de las claves del 27-S el 28-S. Se ha analizado de derecha a izquierda y de arriba abajo las plebiscitarias catalanas con el papel protagónico que desempeñará la CUP a partir de ahora, los votos que arrojan dudas para unos y razones implacables para otros, los escaños que dan la victoria independentista, o la subida fulgurante de unos C's que son los herederos modernos –eso también se discute– de la vieja política de derechas.

Pero más allá de lo que se va a plantear en el hemiciclo catalán antes de las generales de diciembre, que jugará un papel fundamental en las inmediatas posiciones políticas o famosas hojas de ruta, el número, como el algodón, no engaña.

Uno de los fenómenos que rubrican el análisis postelectoral ha sido la participación. Abogar por una participación masiva es para cualquier político una obligación democrática imposible de menoscabar, aunque en este caso haya perjudicado al independentismo planteado por Junts pel Sí.

La primera clave para comprender unos resultados que no han satisfecho rotundamente a la coalición de Artur Mas pasa por ese 77,46% de votos. En capítulos anteriores los índices de participación en unos comicios catalanes eran menores, solo superadas por las generales, algo que demuestra que una parte importante de la sociedad catalana no le ha interesado demasiado pronunciarse políticamente en temas autonómicos.

Y es que, con el 100% de los votos escrutados, Junts Pel Sí ha obtenido sólo 6.000 votos más que la suma de CiU y ERC en 2012. Por supuesto, también hay que contar con los más de cien mil votos que ha obtenido Unió Democrática de Catalunya, que no estará representada en el próximo Parlament.

Ciudadanos: ha nacido una estrella

No obstante, estas elecciones han derivado en algo más, tanto más que se han convertido en una especie de generales en toda regla. Con la aparición de los frentes políticos del Estado Español y europeos, como la presencia de Nicolás Sarkozy en el acto final de campaña del PP, el despliegue de dispositivos han aflorado en una mayoría de electores que, en otras condiciones, se abstenían para, ahora, darle el beneplácito a unos C's que han conseguido muchos más escaños de lo que presagiaban los sondeos.

En este sentido, el famoso "extrarradio" del que tanto se oyó hablar en campaña se ha convertido irónicamente en la clave electoral del independentismo. Hospitalet de Llobregat, Cornellá de Llobregat, Prat de Llobregat, Santa Coloma de Gramanet y Badalona, ciudades del área metropolitana de Barcelona con cientos de miles de habitantes y que tradicionalmente se ha abstenido en las autonómicas y han sido, por tanto, feudos socialistas y del PP, esta vez han sumado inequívocamente para C's.

CUP obtiene el voto antioligárquico

Por consiguiente, la esperanza de un independentismo mayoritario en votos como fue la consulta simbólica del 9-N o las elecciones de 2012 –cuando la suma de CiU, ERC y CUP obtuvo un 47% de los votos –casi lo mismo que el pasado domingo–, no se ha podido reeditar en tanto a la participación de un electorado de naturaleza unionista, muy remarcable en Cataluña, que no deja duda de que hay un soberanismo latente, pero también un antiseparatismo convencido.

En segundo y último lugar, otro de los factores que los resultados no esconden, es el por qué del ascenso de las CUP-CC. Por un lado, la participación también ha sido un fundamento en el auge de la candidatura de izquierda, ya que por fin una fuerza política contra el establishment, que resalta la construcción de un nuevo modelo a partir del poder popular, y que tuvo su esplendor en el 15M, ha sabido aunar, sobre todo, a organizaciones juveniles que todavía no habían tenido su propio espejo en las instituciones.

La CUP ha sabido arañar votos de Junts pel Sí y CSQP. En base al primero es innegable que una buena parte de los independentistas no han querido mostrar el apoyo a un rupturismo oligárquico y repentino, encarnado por Mas. Y en referencia a CSQP queda claro que su indefinición en este 27-S entre el plan de urgencia social y un referéndum pactado no es ni mucho menos, a día de hoy, una alianza que haya sido posible en Cataluña.

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