Elecciones autonómicas
Elecciones 24M: Cambio o recambio

Las autonómicas del 24 de mayo darán lugar a los Parlamentos más fragmentados de los últimos 20 años. Los resultados y los pactos pueden marcar la carrera hacia las generales de noviembre

, Redacción
15/05/15 · 8:00
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Dos gritos recorrieron casi todo el Estado hace ahora cuatro años: "No nos representan" y "lo llaman democracia y no lo es". Cada una de esas reclamaciones ha seguido un camino diferente. Si el "que no nos representan" se ha transformado en mítines y encuentros en un "sí nos representan" a favor de nuevos actores –principalmente Podemos–, el grito "lo llaman democracia y no lo es" apenas se escucha en las manifestaciones, pero no por ello se ha resuelto el problema que identificaba. Los dos gritos coincidieron con unas autonómicas, las de mayo de 2011, que apenas esbozaron una de las pocas conclusiones que pueden sacarse de la crisis del régimen: que el bipartidismo tradicional está en declive.

El 24 de mayo vuelve a ponerse a prueba la democracia representativa en dos convocatorias: las elecciones autonómicas en 15 comunidades y ciudades autónomas, y las municipales y locales en todo el territorio.

Gestionar los recortes o proponer políticas alternativas será el horizonte de los Gobiernos autonómicos

Pablo Simón, analista del proyecto de debate Politikon, habla de un escenario "inédito" en los Parlamentos autonómicos que se formen con los resultados de mayo. Y es que una cosa es mostrarse exultante en la noche electoral y otra evitar que la alegría se convierta en una victoria pírrica. Así, la situación de ventaja del PSOE andaluz se ha tornado un camino difícil para Susana Díaz, que tiene hasta el 4 de junio para garantizarse los apoyos para formar gobierno. Con todo y con eso, para Simón "el dilema andaluz es comparativamente más sencillo del que va a haber en otros sitios. En Andalucía cualquier gobierno tendría que pasar por el PSOE porque sería imposible sacar una suerte de coalición entre Ciudadanos, Podemos y PP". Tanto en aquellos parlamentos en los que hay presencia de fuerzas soberanistas o regionalistas como en los que se produzca un cerco a la posición del PP, como puede ser Madrid, el objetivo de la gobernabilidad puede quedar postergado a las elecciones generales de noviembre.

Simón recuerda que los estatutos de nueva generación aprobados en la primera legislatura del PSOE de Zapatero para dar más autogobierno a las Comunidades permiten disolver las cámaras si se llega a una situación de ingobernabilidad. Una opción que estará abierta toda la legislatura, al igual que la posibilidad de que los pactos para las investiduras viren a lo largo del periodo de gobierno, como sucedió en Asturias, donde de un acuerdo con IU y Equo el PSOE ha pasado al entendimiento tácito con el PP.

Las cuatro esquinas

El 7 de mayo, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) emitía su último avance antes de los comicios de mayo. En un anticipo del "todos ganan" de la noche electoral, las valoraciones fueron desde el triunfalismo del PP al desaforado entusiasmo del PSOE, que reinvidicó su condición de veterano "partido del cambio tranquilo". Los emergentes tenían motivos para la alegría, pero también para la preocupación, especialmente Podemos, al que la cocina del CIS rebaja las expectativas generadas en los primeros meses de 2015.

La noche electoral resolverá, por ejemplo, si el modelo mixto de casos de corrupción, recortes y privatizaciones de los Parlamentos valenciano, balear y madrileño sigue vigente y quiénes pueden afrontar un recambio con garantías de no repetir la misma jugada. También si se produce el sorpasso de Podemos al PSOE en Asturias o Aragón, lo que situaría en una situación delicada a los socialistas en un escenario de posibles pactos. No sólo la gobernabilidad de varias comunidades, sino también la posición en la recta de salida de las generales pasará por lo que ya se encasilla como la "inteligencia de los pactos". De entrada, como muestra el caso de Andalucía, quedan descartados los pactos de legislatura, y se avanza hacia los pactos concretos, revisables a partir de noviembre.

Podemos “construye todo a partir del Estado y no atiende a los niveles autonómicos”, dice Rodríguez

Aunque el debate hasta ahora se ha presentado como una competición a cuatro por los espacios del centro derecha y el centro izquierda, el horizonte de los gobiernos autonómicos seguirá siendo gestionar los recortes o proponer políticas alternativas, lo que inevitablemente supondrá un enfrentamiento con Moncloa. El historiador Xavier Domènech subraya que las elecciones autonómicas no son menores: "Gran parte de las políticas sociales de este país se juegan en las comunidades, las políticas de sanidad, de educación, etc. Por tanto, lo más probable es que nos encontremos con un escenario en el que la segunda vuelta de las autonómicas se juegue en las generales".

En el primer paquete, el de "sangre, sudor y lágrimas" –según Voz Pópuli hay un recorte de 7.000 millones listo para ser anunciado tras los comicios–, sobresale el PP. El PSOE –"que aplicó esas políticas, aunque retóricamente hablara de otra cosa", señala Domènech– y Ciudadanos, cuya estrategia pasa por ser máquina de conseguir votos y partido "bisagra", no han planteado un giro hacia políticas que desafíen el rigor de la austeridad. En el segundo frente, el de las alternativas, se sitúan la izquierda nacionalista y regionalista y un Podemos que presentó sus propuestas económicas para las autonómicas el 5 de mayo. Un programa en el que desaparece la renta básica y se pone en marcha un "plan de rescate ciudadano" para garantizar suministros básicos a los hogares más necesitados.

Recortes para todos

Más allá del programa, la tensión estará en el cómo llevarlo a cabo. La obsolescencia del Estado de las autonomías, establecido en los pactos de 1981 y 1992, ha estado acompañada desde la llegada del PP de Mariano Rajoy a la Moncloa de una recentralización del modelo por la vía efectiva de las limitaciones a los objetivos autonómicos de déficit. Con la coartada de cifras macro que muestran indicios de "recuperación" económica.

Del "café para todos" al "recortes para todos", el intervencionismo sobre los Gobiernos autonómicos se pone a prueba en estas elecciones. Por eso, para Domènech, esta partida se juega en dos niveles: "Se juega en intentar revertir la situación en las comunidades autónomas, pero también es necesario hacerlo en el Gobierno de España, por eso el círculo no se cierra, se tendrá que cerrar en noviembre, en un sentido u otro".

Aunque en comunidades como las citadas Madrid o País Valenciano la posibilidad de sustituir a la casta popular supondrá un aliciente para los acuerdos, los pactos siguen teniendo un peaje que puede pagarse en noviembre. Para Simón, "es un dilema trágico, porque los partidos nuevos van a tener que tomar decisiones que, sean cuales sean, van a enajenar a algún votante". El analista considera que la forma de sortear las contradicciones que se van a p​roducir es marcar "las tres o cuatro políticas claras que se quiere forzar que salgan desde el Parlamento". Algo que, señala, es más difícil cuando la estrategia de intervención sobre la Comunidad es poco clara, como sucede en el caso de los partidos emergentes.

Emmanuel Rodríguez, del Observatorio Metropolitano, considera un error la estrategia de Podemos de fiar su estrategia únicamente a la "baza electoral" y descartar la puesta en marcha de una organización con tejido sólido territorial: "No hay organización, no hay un espacio social que pueda responder a las propuestas, que pueda mantenerlas en las calles, que pueda mantener las dinámicas de movilización".

Jugar al mismo juego

Para Rodríguez el problema de la hipótesis Podemos es que "construye todo a partir del Estado y no le presta ninguna atención a los niveles autonómicos y territoriales". Podemos, dice Rodríguez, "lo fía todo a la baza electoral de noviembre y entretanto tendrá toda clase de problemas en las comunidades autónomas, no sólo de ingobernabilidad, sino que a lo mejor se forman gobiernos y se hacen toda clase de continuismo, de seguidismo, de incompetencias varias".

Arturo Puente, periodista de Catalunya Plural, considera que el caso andaluz, y los comentarios de PP y PSOE durante el discurso de Teresa Rodríguez durante el primer intento de investidura de Susana Díaz, muestra que Podemos puede encontrar su camino en la puesta en marcha de una oposición "gamberra", algo que le puede beneficiar "en una estrategia de largo plazo, que es a la que vamos". No obstante, apunta, los tiros no van en esa dirección, entre otros motivos porque Podemos supedita los resultados en Madrid incluso a costa de sus expectativas en otras comunidades como Navarra o las localidades catalanas que votarán en las municipales.

Para Rodríguez, "lo ideal es ver si se ha abierto realmente esa posibilidad de ruptura aunque sea a medio plazo, no a corto", una ruptura en la que, indica, los nuevos partidos no tienen por qué ser el actor fundamental, sino que debe nutrirse y nutrir a los movimientos. Algo para lo que Podemos tiene que iniciar un periodo de "apertura, de conexión con dinámicas de movimiento", considera Rodríguez.

La lógica del asalto institucional se encontrará con otros muros a partir del 24 de mayo. Simón destaca la dificultad para controlar el desarrollo de la legislación en las administraciones con la que se encontrarán los partidos novatos. Son los famosos reglamentos, la letra a la música que se discute en los parlamentos, que dependen de administraciones a menudo asociadas a los puntales del bipartidismo.

Medir hasta qué punto las administraciones se han visto permeadas por lo que Domènech califica como "terremotos subterráneos en la sociedad española" sigue siendo una asignatura pendiente para determinar si estamos ante un recambio –ante la entrada de una nueva generación en el sistema político tradicional– o ante el comienzo de una nueva transición. Un término denostado, pero que sirve para hablar "de un resquebrajamiento del sistema político y la creación de uno nuevo", apunta Domènech. "Cualquier opción rupturista, no tanto la opción regeneracionista, se va encontrar eso". Este historiador destaca que este proceso de asalto no se produce ante una estructura monolítica, y que, si la entrada en las instituciones "va acompañada de una aspiración amplia de cambio político, también puede acabar tiñendo las estructuras del Estado".

Abierta de par en par la cuestión de la representación, y establecido un modelo en el que los liderazgos convierten en secundarias –o directamente prescindibles– las organizaciones, las razones por las que se puso en cuestión la democracia hace cuatro años siguen sin estar resueltas. Entre medias, el 'factor calle' ha perdido peso frente al factor televisión, y se han acuñado conceptos que explican sólo a medias una coyuntura aún abierta. El eje de la vieja y la nueva política o el propio concepto de 'recambio' coexisten con las coordenadas tradicionales izquierda-centro-derecha y lo que Emmanuel Rodríguez identifica como la "política que se dirime dentro de las clases medias".

El afán de escapar de "donde quiere situarnos el adversario", como ha repetido Pablo Iglesias para justificar la polémica enunciación "ni de izquierdas ni de derechas", ha abierto una crisis en la formación que ha estado acompañada del abandono de su cargo de uno de sus fundadores, Juan Carlos Monedero.

Para Arturo Puente, Podemos se encuentra actualmente en un "callejón sin salida: una vez que entras en debate izquierda y derecha es complicado que salgan cosas nuevas". Este periodista, que cree que el viaje de Podemos al centro "ha sido un fracaso", considera que es necesaria más audacia: "Si de verdad hay un sonido constituyente o que hay una revolución más transversal, si lo que nos estaba diciendo Podemos no era un discurso electoral, tiene más sentido un enfrentamiento entre partidos nuevos contra viejos", aunque, reconoce, "esto tiene mala prensa en la izquierda".

Para Emmanuel Rodríguez, el discurso de lo viejo y lo nuevo no deja de ser otra trampa: "No se ha salido de la política de la representación y del poder y eso es vieja política". Rodríguez considera que "la cuestión es si te crees que se ha abierto un horizonte de ruptura y de democratización radical o si lo que se ha abierto es la posibilidad de una regeneración, de un recambio de élites, que no va más allá".

Domènech insiste en que los ejes propuestos obvian la verdadera disputa que se libra en Europa, especialmente en los países del sur, la que se produce entre las élites y la justicia social: "Creo que hay una mayoría de la sociedad española que se muestra claramente contra las políticas austericidas, otra cosa es que vean la viabilidad de políticas alternativas y ahí está el trabajo de las nuevas opciones políticas: demostrar que es posible, viable y necesario articular nuevas políticas".

Un tercer grito tuvo lugar durante la jornada de reflexión del 21 de mayo de 2011. En Madrid y en otras ciudades del Estado, las plazas abarrotadas guardaron silencio ante el veto de la junta electoral a las acampadas. El próximo 23 de mayo las concentraciones no serán tan multitudinarias, ni habrá un grito mudo como el que abrió la jornada de reflexión hace cuatro años. A partir del 25, en los distintos parlamentos autonó­micos se empezará a de­sarrollar una nueva fase del sistema representativo establecido durante la Transición. Está por ver si también la democracia entra en un nuevo ciclo.

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comentarios

1

  • |
    sabado
    |
    16/05/2015 - 3:31pm
    &iquest;&iquest;&iquest;Es que no hay nadie que se entere que en ESPAÑA no hay ni ha habido nunca DEMOCRACIA??? En ESPAÑA hay una clarísima OLIGARQUÍA DE PARTIDOS DEL ESTADO. Los Partidos Políticos son simples órganos del Estado, financiados por el Estado y al servicio del Estado, es decir, que para nada están al servicio de la Sociedad Civil. En una DICTADURA y en esta OLIGARQUÍA DE PARTIDOS DEL ESTADO pasa exactamente igual: EL PODER ES ABSOLUTAMENTE IN-CON-TRO-LA-BLE POR LOS GOBERNANDOS O POR LA SOCIEDAD CIVIL. Sabiendo esto (el que quiera saberlo, pues basta tener un dedo de frente) podrá votar o no votar, pero que no espere luego gran cosa de esta VIGENTE OLIGARQUÍ DE PARTIDOS DEL ESTADO. En ESPAÑA tampoco hay separación de poderes. En fin, dicho lo cual yo voy a votar, porque me da la gana, pero sabiendo que mientras que no haya DEMOCRACIA esto valdrá de poco.<br type="_moz" />&nbsp;
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