Financiación de campañas
La aventura del mecenazgo colectivo o el recurso al crédito
Los nuevos partidos tienen más dificultades para financiarse.
02/05/15 · 8:00
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Encuentro de Ahora Madrid en el Campo de la Cebada, el pasado abril. / José Luís Cuesta
Las formaciones políticas que no tienen representantes públicos no disponen de las tradicionales opciones de financiación de los partidos. Por ello, tanto a nivel autonómico como municipal, algunos nuevos actores están optando por modelos de financiación colectiva. Es el caso de Podemos o Ahora Madrid, que han escogido un sistema de microcréditos –prestamos de ciudadanos que serán devueltos con las subvenciones que el Estado otorga tras las elecciones y con parte de los sueldos de los futuros cargos públicos– para sufragar los gastos electorales, o Barcelona en Comú, que ha utilizado un crowdfunding para financiar su campaña.
“Hemos elegido este modelo para tener una independencia frente a los créditos bancarios”, explica Manuel Gabarre, corresponsable de Tesorería de Ahora Madrid, candidatura ciudadana de unidad popular que pretende gobernar la capital del Estado. Tan sólo en una semana, la formación había recaudado 68.000 euros de los 150.000 que pretende gastar en la campaña, dinero que se destinará, principalmente, a actos electorales, junto a los sueldos del equipo de campaña –media docena de personas remuneradas– y publicidad.
El dinero en juego en mayo
En las próximas elecciones locales del 24 de mayo, cada formación recibirá 270,90 euros por concejal electo y 54 céntimos por voto obtenido, además de otros cargos relativos a los envíos postales. Las Autonómicas dependen del presupuesto de las comunidades. En las recientes andaluzas, cada escaño supondrá un ingreso de 22.300 euros y, cada voto, de 83 céntimos a los partidos que obtuvieron representación. La “trampa” en los comicios es que los partidos novatos parten con desventaja, ya que no pueden optar al adelanto del 30% sobre la cantidad recibida en subvenciones en los procesos electorales anteriores, de forma que se crea una barrera entre quienes pueden afrontar el gasto de campaña y quienes tienen que improvisar hasta que consiguen representación.
“Un pequeño partido que vaya trabajando y consiga cien mil votos no recupera absolutamente nada”, explica Miguel Ongil, responsable de Transparencia de Podemos. “Una forma de ayudarles a poder competir en las siguientes elecciones es que a partir de un mínimo puedan recuperar parte de la inversión”. De este modo, señala Ongil, las maquinarias electorales pueden ir ajustándose a lo largo de varias campañas. Se evita, asimismo, el recurso al crédito bancario. Algo de lo que Ahora Madrid ha decidido prescindir como principio: “No podemos permitir que la banca, principal causante de la crisis, sea nuestra acreedora, algo que condicionaría nuestras futuras políticas”, concluye Gabarre. En el otro extremo está UPyD, que, como publicaba recientemente El País, se ha topado con la dificultad para financiarse mediante créditos ya que la banca exige al partido magenta condiciones más duras ante la expectativa de que no recupere mediante subvenciones la inversión en campaña.
Ongil destaca que los microcréditos son “la única opción”que Podemos tiene para financiarse, tras ratificar en la Asamblea Ciudadana Sí Se Puede, a finales del pasado año, la renuncia a la financiación bancaria. “Es un problema operativo, porque lo que podemos gastar depende de lo que vaya entrando, y no se pueden hacer previsiones claras, pero es lo que tenemos ahora”, apunta. En total, Podemos tiene activas 14 campañas autonómicas. La formación se comprometió a no aceptar donaciones de más de 10.000 euros y a publicar, a partir de 2015, los nombres de quienes hayan donado más de 5.000.
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