industria farmacéutica y médicos
¿Por qué se coló un vendedor en la consulta?

Obsequios, viajes y cursos para comprar voluntades.

, Médico Crítico
03/02/15 · 17:57
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El paciente tiene una enfermedad o una dolencia. La industria farmacéutica fabrica un medicamento que puede ayudar a mejorar su calidad de vida o a curarlo. Y en el medio está el médico, que hace de prescriptor.

La relación entre los médicos y la industria farmacéutica siempre ha sido estrecha, tal vez demasiado, llegando a despertar el recelo de muchos profesionales sanitarios y personas ajenas al ámbito de la sanidad. Hace tiempo era común que los representantes farmacéuticos regalaran ordenadores o viajes de placer; sin embargo, en los últimos tiempos, los obsequios se mueven más en el ámbito de la formación –incluyendo los viajes y los alojamientos–, así como en el pago de comidas de empresa y cosas relacionadas, aunque no por ello de ética menos dudosa.

El porqué de la estrecha relación entre la industria y los médicos es claro. La empresa farmacéutica quiere incrementar sus ventas y el médico es el que, mediante la prescripción de su medicamento, puede conseguirlo. Por otro lado, el médico ve en su relación con la industria farmacéutica la posibilidad de procurarse algunos beneficios, actualmente en forma de viaje-inscripción-alojamiento a congresos y cursos, así como libros o material médico.

Sin embargo, para la gran mayoría de los médicos y médicas que interaccionan con los representantes farmacéuticos no existe una sensación consciente de que tengan que prescribir un medicamento concreto a cambio de que les inviten a un congreso. En diversos estudios se ha demostrado que los médicos opinan mayoritariamente que la relación con la industria farmacéutica no les influye en su prescripción de medicamentos, mientras que opinan que esta influencia sí es fácilmente observable en la mayoría de sus colegas de profesión. Es decir, o existe un alto grado de hipocresía, o realmente los médicos no son conscientes de la influencia potencial que esta relación puede tener sobre su prescripción.

En diversos estudios se ha demostrado que los médicos opinan mayoritariamente que la relación con la industria farmacéutica no les influye en su prescripción de medicamentos

La industria farmacéutica, mediante su papel financiador y organizador de actividades de formación médica continuada, siempre ha insistido en su valor como vector del conocimiento científico. En algunos países, como Estados Unidos, esta relación se remonta a la época universitaria y, muy intensamente, a los años de la especialización. Esta última época, la de la especialización (el MIR, en su equivalente español), ha sido muy estudiada en lo que se refiere a la relación entre contacto con la industria farmacéutica e influencia en el conocimiento basado en la evidencia. Recientemente se publicó en la revista PLoS (una de las de mayor impacto en medicina) que cuanto mayor era la relación con la industria farmacéutica peor era el conocimiento de farmacología basada en pruebas científicas que tenían los médicos residentes; es decir, podríamos afirmar que la relación del médico con la industria farmacéutica podría ser mala para la salud de sus pacientes.

“Autorregulación”

La pregunta que nos podría surgir es si obsequiar –de la forma que fuera– a un profesional que ejerce una labor independiente (y que es un empleado público, en el caso de los servicios públicos de salud) esperando de forma más o menos explícita un incremento de la prescripción de un medicamento es legal o no.

Dicho de otra forma, ¿es legal tratar de distorsionar las pruebas científicas mediante el establecimiento de relaciones personales basadas en la confianza y el obsequio para así influir en el perfil de prescripción de medicamentos de un médico? La respuesta varía dependiendo de dónde se haga, pero existe un denominador común: la omnipresencia de la autorregulación.

En un intento por evitar que los Estados influyeran en su actividad mercadotécnica mediante regulaciones y prohibiciones, en muchos países como España la industria farmacéutica ha elaborado códigos de autorregulación donde pone límites a la cuantía de los obsequios y delimita los motivos por los cuales se pueden realizar. Sin embargo, estos códigos tienen una utilidad y una efectividad muy limitada, puesto que abordan a nivel macro una relación que se basa en el contacto estrecho y en la sensación implícita de deber algo, más que en la cuantía real de lo debido.

Lo que mejor sabe hacer la industria farmacéutica es investigar y fabricar medicamentos que curen y palien. Ahí es donde los necesita la sociedad, no mercadeando en las consultas de los profesionales sanitarios.

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comentarios

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    Isabel Rubio Santuy
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    09/02/2015 - 5:09pm
    Donde está la tan cacareada ética cuando las sociedades medicas organizan eventos carísimos y piden a la industria farmacéutica que los financie?
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    Isabel Rubio Santuy
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    09/02/2015 - 5:07pm
    Esto es algo que las sociedades medicas encargadas de organizar grandes eventos (congresos, cursos, etc...) deberían tener muy en cuenta. No pueden pedir a la industria farmacéutica de forma reiterada, que financien estos encuentros (carísimos e inaccesibles para muchos profesionales ya que incluyen cenas, acompañante, discotecas...) y después ningunear a las personas que han hecho posible estas cuchipandas. Donde está la cacareada ética?
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