Ciclo electoral, segundo asalto
Podemos y el horizonte municipal

Las características de las municipales y autonómicas entrañan obstáculos para la consolidación de Podemos y oportunidades para los movimientos.

, Redacción
26/06/14 · 7:47
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Cartel de Podemos en las europeas. / David Fernández

¿Cuántas almas tiene un partido político? ¿Qué es un abrazo del oso? ¿Cómo se mide la desafección? ¿Es posible “la Syriza española”? ¿Qué es ganar? La metafísica y las metáforas son moneda corriente en el análisis político, pero la noticia de que Ada Colau, exportavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), está dispuesta a encabezar una candidatura municipal, llamada de momento Guanyem Barcelona, ha servido para abrir una compuerta desde la que organizar una unidad –o la primera de muchas “unidades”–, de la que falta por conocer sus límites, quién se queda fuera y por qué.

Jota Tomás participa en Confluencia, grupo de trabajo orientado a la comunicación y difusión de propuestas políticas. Lleva a cabo un trabajo de documentación que en mayo y junio de 2013 se plasmó en dos informes: Coordinación electoral para el ciclo 2014-2015 y Límites al crecimiento de la izquierda. Tomás recomienda ser muy cauto con las encuestas que se publican y recuerda que estos sondeos de opinión “funcionan bien en las legislaturas estables”, cuando se produce una identificación muy fuerte con los partidos. No es el caso. La amplitud de lo que Tomás define como un “electorado volátil” se convierte en el factor determinante de cara al próximo ciclo electoral.

Éste se desarrollará en dos sesiones –autonómicas y municipales, en primavera, y generales, en otoño de 2015– en las que la abstención se reduce: en las generales de 2011 se abstuvo el 28,31% del censo electoral; en las autonómicas y municipales la media estuvo entre el 30% y 35%, frente al 54% que decidió no votar en las europeas. En un escenario de sorpresas y un equilibrio histórico a favor de las ideologías de centro-izquierda, la potencialidad de Podemos es enorme, pero también lo son las dificultades que suponen las municipales. La barrera de entrada es del 5%, “las formaciones que saquen menos no entran al reparto”, resume el politólogo y militante de IU Gonzalo Caro. Pero aún mayor reto es conformar listas. Para alcanzar una representatividad amplia, es necesario presentar candidaturas en más de 7.000 municipios. Muchos nombres. En ciudades como Barcelona y Madrid no parece una tarea excesivamente difícil, pero sí lo puede ser en municipios pequeños. Caro detecta una tercera cuestión a resolver por Podemos: que los procesos de elección no acaben con la ilusión generada en torno al 25 de mayo.

Carolina Bescansa, una de las tres firmas que registraron Podemos en el Ministerio de Interior, argumenta que la estructura de este partido está creciendo “a mucha velocidad” y explica que cada semana surgen 12 círculos nuevos. “Si así lo decide la gente, se puede asumir ese reto”, sentencia respecto a las municipales y autonómicas. Caro recalca que no pretende juzgar la estructura de los círculos, pero estima que el conocimiento personal –basado en la presencia ante los vecinos y el trabajo municipal– de los candidatos juega un peso importante en unas municipales. No obstante, cree que si Podemos quiere presentarse como una alternativa de Gobierno al bipartidismo, le interesa comenzar a tener experiencia en la gestión.

Mientras Bescansa advierte de que “con Podemos, defendemos el método de democracia”, y que, de llegarse a un acuerdo con IU, éste debe basarse en “que todo el mundo pueda decidir”, en Izquierda Unida el debate gira en torno a un nuevo proceso de reflexión: ¿qué debe hacer IU (o qué nudos debe deshacer) para incrementar su apoyo político y electoral? ¿Qué pasos hay que dar para desarrollar el proceso de convergencia social y política aprobado en su X Asamblea? ¿Podemos supone una oportunidad o una amenaza? ¿Cómo se puede facilitar el encuentro? Las cuatro son preguntas que se están discutiendo estos días en el foro de debate de En Común, una de las corrientes dentro de la coalición.

“El 25M confirma que no éramos la Syriza española, un proceso así necesita mucho trabajo”, lamenta Caro. Ahora hay una labor, “la de la refundación”, que hay que abordar. Para ello Caro cree que la defensa de la marca de la coalición en las municipales no debería ser un obstáculo: “IU ya ha diluido la marca otras veces, a las elecciones europeas se presenta como la Izquierda Plural”. Pero admite que esto va a producir un debate. “En cada realidad se encuentran soluciones”, concluye. Para Jota Tomás, la alianza entre Podemos e IU puede producirse, pero es interesante que Podemos crezca “como proyecto propio”. “La escenificación de una alianza tiene que darse en el último trayecto, para comienzos del 2015, no hay que adelantarla”, opina Tomás.

Y los movimientos

El 11 de junio, eldiario.es publicaba lo que era un secreto a voces tras la salida de Ada Colau como portavoz de la PAH. Con dos frases: “Ha llegado la hora de demostrar que es posible construir una ciudad diferente. Ha llegado el momento de ganar Barcelona”, se ponía en marcha un movimiento basado en el proceso de convergencia que distintos ámbitos –social, académico y activista– han ido construyendo en los últimos tiempos. El paso adelante de Guanyem Barcelona, que el 26 de este mes se presenta a la sociedad, era recibido en Madrid por un manifiesto con muchos puntos en común. El 28 de junio se presenta en Medialab-Prado Municipalia, un proyecto en el que, según sus impulsores, participan gentes de distintas asambleas y colectivos, así como de algunas candidaturas municipales ciudadanas ya constituidas (como Aúpa Alcorcón y Unión Vecinal Asamblearia de Móstoles).

Una de las personas que impulsan Municipalia, en la que participan colectivos (ya) veteranos de la metrópolis como Alternativas desde Abajo, En Red, Movimiento por la Democracia o el Patio Maravillas, explica que lo que se plantea es poner en marcha “dispositivos [...] capaces de pensar colectiva y masivamente la organización de la ciudad y del territorio, que tienen que saber involucrarnos en el desarrollo y defensa de los derechos sociales y políticos a los sujetos de esos derechos, que tienen que articular una relación directa de dependencia entre las instituciones políticas y los ciudadanos; que tienen que construir mecanismos para gobernar la ciudad asegurando, incluso en condiciones económicas difíciles, los recursos básicos para todos”.

Las presentaciones de los proyectos de Barcelona y Madrid, así como el reflejo que puedan tener estos proyectos en otras ciudades como Valencia –donde Compromís fue la quinta fuerza en las elecciones europeas–, Sevilla o A Coruña, y en otros municipios, se producen unos meses antes de la asamblea ciudadana de Podemos, en los que comenzará a desgranarse la fórmula Podemos de cara a las elecciones municipales. El 17 de junio, el eurodiputado Pablo Iglesias insinuaba en una entrevista en El País, que la participación en estos comicios será “poco convencional”. Es difícil interpretar esa fórmula antes de la asamblea del otoño, pero la “ventana de oportunidad” está abierta, y parece descartada, a tenor de las declaraciones de los notables de Podemos, un “pacto de despachos” con la dirección de IU.

Hay coincidencia en que deben evitarse las proyecciones aritméticas que sumen las distintas propuestas sin evaluar que en el terreno que se pisa hay ecosistemas que pueden ser el aldabonazo definitivo para una lista electoral o condenarla a cuatro años de preguntas metafísicas y debates internos.

Una encuesta para asustarlos a todos

Mil personas participaron en la encuesta que el Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública realizó para El Periódico de Catalunya. La previsión de escaños, con un error posible del 3% hacia arriba o hacia abajo, mostraba que Podemos se convertiría en la tercera opción política si las elecciones generales se celebraran ahora, con entre 56 y 58 escaños, 30 escaños por debajo del PSOE y 40 por encima de IU-ICV.
 

Marca, ideología o pragmatismo

Recibido con mucha cautela, y en ocasiones rechazo, por sectores libertarios y por el anarcosindicalismo, y con expectación por otros movimientos, Podemos ha conseguido, en palabras del analista Jota Tomás, “rebajar ese elemento identitario y basar en las propuestas de temas en la que electores de centro estaban interesados”. Frente a ese pragmatismo, IU mantuvo en campaña una línea más ideológica que marca lo que Tomás identifica como “los límites de la izquierda”.

 

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comentarios

2

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    Fulano Mengánez
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    27/06/2014 - 2:07pm
    Con respecto a Municipalia, me gustaría decir que he accedido a su web -o lo que sea-, y lo que me he encontrado ahí me ha parecido una asombrosa acumulación de ineficaces tonterías: mucha teoría acerca del municipalismo en todas sus vertientes, mucho debate abstracto y ni una sola consideración práctica como -por ejemplo- el funcionamiento de la ley electoral en las municipales y las autonómicas, los requisitos legales para constituir un "partido" -llámese como se llame- capaz de presentarse a las elecciones, o cualquier cosa por el estilo.   Una vez más, pues, el debate por el debate y el onanismo verbal.
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    Bertrand
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    26/06/2014 - 12:47pm
    A Podemos le agradezco su aportación a la deslegitimación del régimen. Pero parece estar favoreciendo prácticas que el 15-M había cuestionado duramente y con razón. Lo que se presentaba como una estrategia comunicativa, el hiperliderazgo, se está estabilizando a pasos agigantados en una nueva &quot;vanguardia&quot; y el equipo promotor en una dirección de partido de facto. A esto ayuda también el ataque brutal y masivo de los medios del régimen, que están centralizando toda la atención sobre el fenómeno Podemos en su líder. Por eso es importante que los movimientos sean independientes y sigan su propia agenda, aunque puedan colaborar e incluso nutrir los círculos de Podemos. Hay serias posibilidades de que la experiencia acabe como los Verdes alemanes o el PT brasileño. Los movimientos deben crear sus propias instituciones y espacios, fortalecerse y actuar al margen de la representación política. En la calle y en el trabajo (o no trabajo)&nbsp;vivimos las 24 horas del día, en las instituciones solo un día cada cuatro años.<br type="_moz" />
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