Un repaso de unos comicios marcados por la abstención.

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Francia: El Frente Nacional, favorito
Elisenda Panadés (París)
Las elecciones europeas tendrán un sabor de déjà vu en Francia. Y es que, al igual que en las municipales de marzo, la baja participación y el auge del ultranacionalismo del Frente Nacional serán los protagonistas. Según los últimos sondeos, la abstención podría llegar e incluso superar el 60%. Algo nada nuevo en un país donde no ha dejado de aumentar desde 1979, en los primeros comicios europeos, y que ya alcanzó el 59% en 2009 (la media europea fue del 57%). En clave interna, donde sólo los comicios presidenciales escapan a la creciente pérdida de votantes, la alta abstención podría explicarse, al menos en parte, como en las municipales: por el desencanto de una izquierda que votó a los socialistas y que se siente traicionada por el rumbo tomado por Hollande hacia el dogma europeo de la austeridad. Un enfado que no logran canalizar ni los principales partidos de izquierda, agrupados, con no pocas riñas internas, en el Frente de Izquierdas, ni tampoco la calle, al menos de momento, a pesar de la manifestación antiausteridad del 12 de abril, la del 1 de mayo o de algunas luchas sindicales como la de los carteros o la del sector artístico-cultural.
En clave europea, y según explicaba el editorial del seminario crítico francés Politis, la baja participación no se debe al antieuropeísmo, sino más bien a un rechazo a la actual UE y sus instituciones, tildadas de antidemocráticas, tal y como recogen diversos llamados al boicot electoral. No hay que olvidar que Francia votó en contra del tratado constitucional europeo en un referéndum celebrado en 2005 con una alta participación.
Sea como sea, el abstencionismo beneficiará, como ya ha ocurrido en las elecciones municipales, a los partidos de derecha, el UMP de Sarkozy y el Frente Nacional, de Marine Le Pen, que sacarán ventaja al gobernante Partido Socialista. Según los sondeos, el próximo 25 de mayo, el FN puede convertirse, con más de un 20% de los votos, en la primera fuerza electoral francesa, superando los más que buenos resultados de las pasadas municipales. Un posible triunfo que se alimenta del descontento existente con la clase política francesa y europea y del miedo a la crisis.
Grecia: Plebiscito sobre el rescate
Clara Palma (Atenas)
El 25 de mayo, las elecciones al Parlamento Europeo coincidirán con los comicios locales que elegirán a los alcaldes y gobernadores regionales para los próximos cinco años. Mientras que en el panorama local no se esperan cambios significativos, es la continuidad del Gobierno la que está en juego en las europeas. En caso de producirse una victoria aplastante de Syriza, la coalición de izquierdas dispondría de legitimidad para tratar de forzar unas elecciones anticipadas, auspiciadas por la fragilidad del Gobierno de coalición de conservadores y socialistas. Sin embargo, las encuestas fluctúan. La ventaja de Syriza –para quien es crucial convertir los comicios en un referéndum sobre las medidas neoliberales del Gobierno de Samarás– es incierta: entre unas décimas y el 10%.
El Río, una amalgama de reciente creación dirigida por un popular presentador de televisión, quedaría en tercer lugar. Y sólo por detrás de los ultraderechistas de Amanecer Dorado –tocados pero no hundidos por el proceso judicial en su contra– y del Partido Comunista se situarían los socialistas, cuya fórmula electoral El Olivo no alcanzaría ni el 5% de los votos.
Según la última encuesta de ALCO, los resultados arrojarían un empate entre quienes apuestan por mantener la estabilidad del Gobierno como remedio a la crisis y quienes pretenden con su voto hacer caer a los valedores del rescate. Sin embargo, con los medios copados por los escándalos políticos, el escepticismo ha hecho presa en los griegos, que contemplan cómo sus condiciones de vida se van deteriorando más y más a pesar de los anuncios de recuperación económica.
Alemania: Abstención récord
Carmela Negrete (Berlín)
Más de la mitad de los alemanes se interesa poco o nada por las elecciones europeas a pocas semanas de los comicios, según una encuesta de la radiotelevisión pública ARD. En las últimas elecciones europeas, en 2009, votó menos de la mitad de la población. En esta ocasión se podría registrar incluso una abstención mayor. 25 partidos se disputarán los 96 eurodiputados que le corresponden a Alemania. Según la última encuesta, del 30 de abril, el partido de Angela Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), sería la formación más votada, con un 39% de los votos, una cifra que supone una subida de nueve puntos con respecto a las últimas europeas. Los socialdemócratas de SPD suben asimismo dos puntos y se situarían en un 27%. Los verdes bajan un punto y permanecen los terceros con un 9%. El partido liberal FPD continúa el descalabro vivido en las generales alemanas y baja del 10% al 4%. El partido Die Linke (La Izquierda) sube solamente medio punto, envuelto en discusiones internas sobre un tema en el que siempre había habido unidad: la oposición a la OTAN y las intervenciones en el extranjero del Ejército alemán. La novedad la compone la posible entrada en el Parlamento Europeo del partido Alternative für Deutschland, fundado a comienzos de 2013, con un 6% de los votos. Se trata de un partido antieuro, neoliberal, que tiene entre sus filas algunos elementos de la derecha radical. También la extrema derecha, representada en el NPD, podría entrar en el Parlamento Europeo después de que el constitucional retirase la norma que obligaba hasta ahora a conseguir un mínimo del 3% de los votos. El NPD es un partido racista, antisemita, antiislámico, homofóbico cuyo segundo intento de ilegalización se encuentra en los tribunales alemanes.
Italia: Matteo Renzi contra Grillo
Giuseppe Bottazzi (Milán)
Con una izquierda débil y un Berlusconi por debajo del 20% en las encuestas, las elecciones europeas se han transformado en una lucha entre el cómico antipartidos Beppe Grillo y el flamante primer ministro Matteo Renzi. El joven secretario del Partido Demócrata (formación de centroizquierda que reúne a los antiguos postcomunistas con los democristianos) lleva meses preparándose. Este febrero, Renzi sustituía a su compañero de partido Enrico Letta como primer ministro. Aquel “golpe” ha sido el comienzo de una larga campaña electoral. Renzi, cuyo partido lidera los sondeos con el 33%, espera derrotar al “enemigo número uno” de la clase dirigente italiana, el Movimiento 5 Estrellas, liderado por Grillo. Este político podría superar el 25% con un programa que mezcla propuestas de izquierdas, como la oposición a la Europa de la austeridad y de los bancos, con tonos populistas y derechistas, empezando por una política poco clara sobre la migración, algo que lo ha acercado en varias ocasiones a los partidos de la extrema derecha. “Si no estuviéramos nosotros, habría un Amanecer Dorado”, ha repetido Grillo. De momento, parece tener razón: ninguno de los partidos de extrema derecha superaría el umbral del 4%, necesario en los comicios para acceder al Parlamento Europeo. En una situación parecida se encuentra la izquierda, que, a pesar de haber reunido varios partidos en una lista apoyada por el candidato de Syriza, Alexis Tsipras, podría quedarse sin representantes en Europa.
Reino Unido: El racismo de UKIP escala posiciones
Redacción.
La gran sorpresa de las elecciones europeas en las islas británicas es el crecimiento en intención de voto del euroescéptico Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP). Según un sondeo realizado a principios de mayo por YouGov, el partido liderado por Nigel Farage se llevaría el 29% de los votos. Le seguirían los laboristas de Ed Miliband, con un 26% y, en tercera posición, los conservadores de David Cameron, con un 23%. La encuesta revelaba que el 27% de los encuestados reconocía que el partido de Farage se sostiene con “opiniones racistas”, mientras que el 35% opinaba que el partido no era en sí racista sino que “atraía a candidatos y simpatizantes con opiniones racistas o extremas”. Según el director de cine Ken Loach, que en 2013 se lanzó a la creación de un nuevo partido, llamado Left Unity, el auge de UKIP en los últimos años ha sido uno de los factores clave en el cambio de discurso del Partido Conservador en la política europea y en la derechización en asuntos como la inmigración.
Portugal: Voto de castigo contra Coelho
Redacción.
En 2011, Portugal se convirtió en el tercer país en recibir un rescate de la troika. 78.000 millones de dólares a cambio de una batería de ajustes y reformas, despidos, privatizaciones, recortes en los sueldos, a funcionarios y pensionistas, una subida del IVA hasta el 23% y el abaratamiento del despido, entre una larga lista de medidas. Pese a los anuncios de reducción de déficit, la situación de la población no parece mejorar. En 2013, el desempleo alcanzó el 18%.
Ante el anuncio de un nuevo plan de recortes y ajustes, vigente hasta 2018, la central CGTP instó al “voto protesta” contra el Gobierno conservador de Passos Coelho. Frente al descrédito del Gobierno, el opositor Partido Socialista portugués (PS) parte como favorito en las elecciones europeas.
Los intentos de unificar las distintas formaciones a la izquierda del PS fracasaron. La coalición integrada por los comunistas y los verdes (CDU) obtendría cerca de un 10% de los votos. El Bloco de Esquerda (BE), que en las anteriores elecciones al Parlamento Europeo obtuvo un 10,72%, tiene una expectativa de voto cercana al 6%. Las divisiones internas han hecho mella: uno de sus exdirigentes, Rui Tavares, se separó en 2011 del BE y creó el partido Livre. Otro de sus exmiembros, Gil García, se presenta a las elecciones con el Movimiento Alternativa Socialista (MAS).
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