Entrevista con el secretario de Protección Social de CC OO sobre la movilización por las pensiones.
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En un contexto de reforma permanente del sistema de pensiones, ¿cuáles son los puntos más polémicos de la reforma que entra en vigor en enero?
El sistema está en revisión permanente no necesariamente en reforma permanente. Desde la última reforma acordada de 2011 se han producido sucesivas reformas no acordadas. Todo ello mediante decisiones unilaterales por parte del gobierno. Tan sólo ha habido un acuerdo parcial, en este periodo, sobre protección social de los contratos a tiempo parcial y fijos discontinuos. En todos los demás asuntos lo que se ha producido son ajustes, medidas de reducción de derechos o correcciones en negativo sobre los contenidos del acuerdo alcanzado en 2011, parciales pero con impacto negativo. El último, el que tenemos encima de la mesa en este momento, supone una reforma importante porque va a modificar la revalorización de pensiones a partir del uno de enero del año próximo y una modificación adicional en la fórmula de cálculo a partir del 1 de enero de 2019. El problema mayor no es sólo que la anticipe sino que la define mediante una reducción en las pensiones que se reconozcan a partir del 2019, o al menos es lo que pretende.
Se están haciendo reformas de manera unilateral sin consenso político ni social y son desequilibradas. Ajustan el gasto y utilizan el sistema de pensiones de forma inadecuada para cumplir objetivos de déficit. Por eso es evidente que el Pacto de Toledo está sufriendo pero no lo damos por muerto porque ha dado unos excelentes resultados y lo que debería ocurrir es que siguiera dándolos, y si alguien quiere asumir la responsabilidad de que eso no ocurra pues tendrá que ser él quien certifique la muerte del Pacto de Toledo. No lo haremos nosotros que vamos a exigir que en el marco de ese Pacto se corrijan y reviertan algunas medidas aprobadas ahora. Se ha pedido a grupos parlamentarios de la oposición un compromiso público para revertir la fórmula de revalorización de pensiones. Lo han asumido y lo recordaremos cuando lleguen al gobierno, porque es más fácil asumir compromisos cuando se está en la oposición.
¿Cómo aspira CC OO a imponer el Pacto de Toledo sobre el rodillo parlamentario del PP?
Nosotros llevamos tres años, desde mayo de 2010, en proceso continuo de movilizaciones: tres huelgas generales y múltiples convocatorias, la última el pasado día 23 de noviembre. Estamos manejando el binomio tradicional, clásico, de presión y negociación, con capacidad de propuesta. Sabemos que no está funcionando como debiera. Las circunstancias son muy especiales en esta crisis. Se ha producido una pérdida clarísima de soberanía. Desde mayo de 2010 el gobierno está intervenido, dirigido, monitorizado, por instancias externas que tienen la llave de elementos de financiación de nuestra economía y, por tanto, la capacidad y autonomía del gobierno está claramente limitada.
El conflicto se centra, no sólo en pensiones, sino en la redistribución de la riqueza, en el retroceso de las rentas del trabajo, que ahora llega a las pensiones, y la falta de medidas equilibradas sobre las rentas de capital y sobre el necesario control de precios que hacen, con la excepción de la baja inflación de este año derivada de la falta de demanda interna, que las políticas de devaluación salarial dañen doblemente a los trabajadores. Por tanto planteamos un proceso continuo de movilizaciones y de acumulación de fuerzas con el resto de organizaciones sociales y sindicales que hay en el ámbito de los movimientos sociales.
Hemos concurrido con las mareas, con todo aquello que se está moviendo en este momento. Hemos participado en todos los movimientos que se han planteado, en educación, sanidad, en todos los ámbitos y así vamos a seguir haciéndolo y al mismo tiempo ejerciendo la capacidad de propuesta que tenemos acreditada a lo largo de muchos años. Porque no solamente hay que plantear el rechazo. El rechazo hay que plantearlo hacia un objetivo. No está produciendo en este momento los resultados deseados y vamos a seguir trabajando en esa dirección sin la menor duda. Estamos convencidos que los resultados llegarán, con este gobierno o con otro. Pero desde luego trabajamos para ser un elemento de influencia sobre la realidad, sobre lo que ocurre. Partiendo de la movilización ciudadana, de buscar el apoyo social, de plantear propuestas y con capacidad de negociación es como hay que reconstruir una situación distinta a la que tenemos.
¿Está la huelga general encima de la mesa o no se va a utilizar esa herramienta en este momento?
La hemos utilizado en los últimos años en tres ocasiones. Es la mayor intensidad en mucho tiempo y, por tanto, conviene que eso lo pongamos en valor. Mantenemos movilizaciones sectoriales y no descartamos la huelga general cuando consideremos que sea oportuno. Es verdad que ahora no consideramos que se tenga que dar respuesta en este sentido. Conviene analizar las respuestas que se tengan que dar en cada momento. La utilizaremos en el momento que sea preciso pero no hay que desmerecer el resto de medidas. La convocaremos tan pronto como sea necesario.
La reforma laboral sí tuvo esta respuesta. ¿Por qué no se valora del mismo modo esta reforma de las pensiones?
Lo valoramos como una reforma muy regresiva, pero los efectos se van a producir de manera acumulada dilatada en el tiempo. La reforma laboral tenía efectos inmediatos. La reforma de pensiones tiene un efecto de 800 millones en 2014. Tiene gran importancia en el tiempo. Pero lo que no haré es quitarle importancia aunque tenga efecto en el tiempo y estamos intentando revertirla. Cada reforma no tiene porque traducirse en una huelga general. Hay que entender la situación en la que están los trabajadores en el país en el momento de convocarla. No hay un automatismo. Cada momento tiene una forma de gobierno distinta. Hay un compromiso firme por parte del sindicato de influir en normas. Un elemento fundamental pasa por la negociación colectiva. La movilización se está dando en muchos frentes y en muchos niveles y se va a seguir haciendo. El sindicato tiene que seleccionar respuestas adecuadas en cada momento.
Una pérdida del poder adquisitivo de entre el 12 y el 18%
Para Carlos Bravo: "La medida más importante que el gobierno aprueba ahora es la revalorización de pensiones y lo hace en un momento en que van a ganar, coyunturalmente, poder adquisitivo en 2013, y lo aprovecha para presentar esta reforma en un marco aparentemente favorable. Pero esta ganancia de poder adquisitvo de 2013 no recupera más que parcialmente la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones en 2012, primer año del gobierno actual, y por supuesto tampoco recupera la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones de 2011, con la congelación de pensiones que acordó el gobierno anterior. La medida del Partido Popular este año de subir las pensiones el 2 o 1% cuando la inflación a 30 de noviembre ha terminado en un 0,2% no permite recuperar siquiera el poder adquisitivo perdido el año pasado y, además, se modifican las reglas de revalorización futura, de forma que la mayoría de los próximos años la subida será del 0,25. El impacto que va a tener esto dependerá de la aplicación de la nueva fórmula y de cómo evolucionen una serie de factores y por tanto podemos hacer previsiones. Nosotros hemos dicho que el rango de pérdida de poder adquisitivo en los próximos 15 años lo situamos entre el 12 y el 28%".
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