En febrero de 2008 Zaragoza
vio nacer la Red de Apoyo de
Sin Papeles, el germen de
una ODS en la ciudad. En
este tiempo, más de un
centenar de personas han
participado de un proyecto
que ahora busca asentarse.
DIAGONAL: ¿Cómo surge la Red de
Apoyo?
GUILLERMO VALENZUELA: La
Red de Apoyo surge a partir de una
iniciativa de investigación de la cuestión
de las migraciones en su aspecto
más político. La celebración de unas
jornadas en las que participaron organizaciones
de otras ciudades que
buscaban la constitución de un sujeto
migrante o mestizo capaz de reivindicar
y de exigir derechos sociales nos
animó e impulso a la constitución de
lo que ahora es la Red.
D.: ¿Cuáles son vuestros principales
ejes de trabajo?
G.V.: La Red de Apoyo a Sin Papeles
trabaja fundamentalmente por la organización
y la autoorganización de las
personas inmigrantes, principalmente
las que no tienen papeles, con el fin de
que la problematización colectiva de la
situación que estos ciudadanos viven
les favorezca en el sentido de constituir
un colectivo político con sus propias
demandas y reivindicaciones.
Parte del trabajo que hacemos se invierte
también en la visibilización de la
situación de exclusión económica y social
del colectivo migrante, que se ha
visto agravada por esta situación creada
de crisis económica.
D.: ¿Qué tipo de personas se acercan y
componen la Red? ¿Cuál es el perfil
mayoritario?
G.V.: Del colectivo de inmigrantes la
composición es mayoritariamente senegalesa
y masculina. Desde el punto
de vista de la gente autóctona de Zaragoza,
la composición es variada: hay
gente procedente de colectivos y organizaciones
políticas y movimientos sociales,
otras que se dedican al trabajo
social en distintos campos…
D.: Desde el punto de vista económico,
¿cómo se mantiene la Red?
G.V.: De momento funcionamos con
una financiación bastante precaria.
Mas allá de las aportaciones individuales
que se han ido dando en diferentes
momentos, los principales ingresos los
hemos tenido como consecuencia de
fiestas y conciertos que hemos organizado.
Contamos con una estructura
que es todavía bastante precaria, precisamente
por la dificultad de conseguir
una financiación mayor y más
asentada, de forma que los trabajos
más profesionales de asesoramiento o
de gestión que se llevan a cabo en la
red se están realizando de una forma
voluntaria y sin remuneración alguna.
Evidentemente éste es uno de los escollos
principales que tenemos que resolver
en un futuro próximo.
D.: La mayor parte de las ODS ofrece
asesoría en materias laboral, derechos
de ciudadanía y vivienda. ¿Qué componente
aparece como mayoritario en
vuestra red?
G.V.: La labor de asesoría que se lleva
a cabo en la red, ya sea mediante la realización
de talleres, ya sea de forma
más individualizada, está orientada a
cubrir dos ámbitos de necesidad de información
diferentes: el conocimiento
de los derechos de los que se dispone
para hacer frente a distintas situaciones
de precariedad, y el conocimiento
de los recursos ya existentes en la ciudad
de los que se puede disponer.
D.: Las ODS fomentan la autoorganización
de los precarios, de las personas
que recurren a sus servicios. ¿En
qué medida habéis conseguido esto?
G.V.: Primero apuntar que debido a la
precariedad de nuestra estructura que
antes hemos comentado, nosotros no
podemos decir que seamos una Oficina
de Derechos Sociales, sobre todo
en el sentido de permanencia y de eficacia.
Podemos decir si se quiere que
la Red es un Espacio de Derechos Sociales,
un espacio itinerante porque todavía
no tenemos un espacio propio en
el que desarrollar de forma cómoda
nuestra actividad. Este año estamos
alojados en la Casa de las Culturas de
Zaragoza, pero nuestra idea es disponer
de un espacio propio.
Respecto a lo que hasta ahora hemos
conseguido en lo que tiene que
ver a la autoorganización de la precariedad,
es un asunto difícil de medir.
La situación actual es muy complicada,
y en estos espacios la percepción
de la dureza de esta crisis económica y
social tiene lugar de forma directa. Por
tanto, aunque pensamos que la red ha
conseguido avances significativos en
la organización de la precariedad relacionada
con la inmigración, la sensación
actual no puede ser muy optimista.
Sin embargo, estamos convencidos
de la fórmula que utilizamos, aprendida
de la filosofía de las Oficinas de Derechos
Sociales, que busca romper
segmentaciones sociales entre migrantes
y autóctonos, encontrar los elementos
comunes y luchar juntos por los derechos
sociales de todos y todas.
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