OKUPACIÓN: JORNADAS DE INAUGURACIÓN DEL CENTRO SOCIAL OKUPADO EN EL BARRIO DE MALASAÑA
El Patio Maravillas se presenta como “espacio autogestionado” en Madrid

Okupado durante la última Semana de Lucha Social, en
junio pasado, el bautizado como Espacio Polivalente
Autogestionado Patio Maravillas se afianza como proyecto
colectivo de intervención pública en el centro de Madrid

17/10/07 · 22:53
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PATIO MARAVILLAS. En la imagen, varias personas preparan las jornadas de
inauguración del Espacio Polivalente Autogestionado./ Quierescallarte

“Un patio, un barrio, un mundo”.
Con este lema se anunciaban las
jornadas de presentación del Patio
Maravillas. Cinco meses después
de su okupación el Patio es cada
vez más visible como espacio de
agregación de actividades y proyectos
horizontales y autónomos
en la ciudad de Madrid.

El funcionamiento del espacio,
al margen de una asamblea general,
“está dividido en ejes de trabajo:
fronteras, cultura libre, precariedad,
y los demás proyectos
que se quieren poner en marcha
como el cenador popular, la cafetería,
la asamblea de músicos, los
audiovisuales, etc. Los ejes van a
estar formados por herramientas
concretas que nos permitan intervenir
en la realidad, como las oficinas
de derechos sociales”. Nos
lo cuenta A. S., miembro de la
asamblea del centro social. Las
oficinas de derechos sociales son
espacios públicos de atención ciudadana,
vinculadas a espacios autogestionados,
con experiencias
en Terrasa, Málaga y en Madrid,
dentro del Centro Social Seco.

Tejer redes

La ubicación del espacio, en el barrio
de Maravillas-Malasaña, en el
centro de Madrid, ayuda en la concepción
metropolitana del lugar, en
ser punto de encuentro de otras iniciativas
y proyectos que trabajan en
distintos lugares de la ciudad, en la
diversidad de la gente que pasa por
allí. “En este momento el Patio es
un lugar de encuentro de gentes de
muy diverso signo. Muchos colectivos
madrileños se reúnen y trabajan
en el espacio. Hay distintos niveles
de integración y todos ellos
han venido creciendo desde que se
entró. Hay que recalcar la labor que
se pretende hacer en el barrio. La
implicación de vecinos y vecinas
desde el principio nos obligó a tener
muy presente esto, y hemos tenido
numerosos contactos con asociaciones
y proyectos del barrio”,
continúa A. S.

El programa de las jornadas era
de lo más variado. Desde un “taller
de autoconstrucción de mobiliario
urbano”, presentación de algunos
de los ejes de trabajo, proyecciones
de documentales y cortometrajes,
y un Reclama las calles que,
a ritmo de batucada, recorrió las
calles del barrio.

A pesar del desalojo del Centro
Social Okupado La Alarma a principios
de agosto pasado, en Madrid
parece un buen momento para espacios
sociales como El Patio, La
Traba, 1924 o El Cierre, en Getafe,
que se van, poco a poco, consolidando.
No obstante, la coordinación
entre ellos y otros centros de
mayor recorrido, todavía deja mucho
que desear, y no termina de
perfilarse un lugar común, como es
la Asamblea de Okupas en Barcelona.

“Ésta sería realmente otra
tarea pendiente. Las relaciones hasta
ahora son cercanas, pero informales,
muy típico de esta ciudad.
La okupación en Madrid, especialmente
la de centros sociales, ha pasado
por unos años poco fructíferos
y de diferencias políticas que han
impedido muchas veces relaciones
entre espacios. Desde El Patio creemos
que ese panorama está cambiando
porque mucha gente nueva
tiene ganas de okupar. La Oficina
de Okupación de Madrid, que empezará
a andar próximamente, puede
tener un papel muy importante
en ese sentido. Crear redes entre
espacios y proyectos, no sólo de
Madrid, es una vocación que ha tenido
el proyecto de El Patio desde
el principio y que hay que seguir
trabajando”, concluye A. S.

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