Democracia, deuda y derechos fueron los ejes del encuentro Agora99, pensado para unificar respuestas y demandas contra la política del shock impuesta por la Unión Europea.
A pesar de que los objetivos del encuentro eran ambiciosos, desde la facilitación de la asamblea se asumía que no se iban a resolver los obstáculos del movimiento europeo en un día. “Mantengamos los pies en el suelo y no nos pongamos tensas”, pedía uno de los moderadores. Con tranquilidad, pero con un menú intenso servido por la situación de urgencia de la ciudadanía europea, desde el 1 de noviembre y por cuatro días, Madrid se convirtió en el punto de reunión de más de 200 activistas de distintos movimientos sociales europeos de Grecia, Eslovenia, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, que llegaron para participar en Agora99.
Se trataba de un encuentro que se planteó durante las jornadas de Blockupy en Frankfurt, en mayo, y se trabajó en reuniones en el Patio Maravillas de Madrid y a través de herramientas como Mumble y chat,con el objetivo de marcar una hoja de ruta común a nivel europeo para coordinar las movilizaciones en torno a los temas de deuda, derechos sociales y democracia. Este enfoque triple se vertió en los ejes sobre los que se organizaron 20 talleres que trataron, desde la educación y la vivienda, hasta la sanidad, pasando por la comunicación, la gestión común del agua y la democracia participativa.
‘You are not a loan’
“¿Qué herramientas tenemos para luchar contra el modelo de extracción de deuda? La herramienta fundamental sigue siendo el impago, o default. Éste se puede gestionar desde arriba, por los propietarios de deuda, o desde abajo, democráticamente”, explicó el integrante del Observatorio Metropolitano Isidro López en la mesa redonda que inauguró los grupos de trabajo en torno a deuda, democracia y derechos sociales.
Yorgos Mitralias, miembro del Comité contra la Deuda-CADTM de Grecia, fue uno de los participantes en los talleres del eje de deuda, en los que se analizaron las condiciones de austeridad impuestas por la troika a los países de la periferia europea y donde se propuso la objeción fiscal al pago de la deuda como medida concreta de respuesta de la ciudadanía europea. El grupo de deuda insistió en la necesidad de realizar pedagogía, y de coordinarse y unificar mensajes a nivel internacional con respecto al jaque propuesto por la gestión de la deuda como herramienta del shock.
El trabajo realizado por las redes por la auditoría de la deuda, especialmente en Grecia, contrastó con la heterogeneidad del eje de derechos, compuesto por movimientos diversos que pasaron horas compartiendo experiencias e información con las acciones de desobediencia civil como denominador común.
Ocuppy stop desahucios
“La presencia del barrio es fuerte en España. En Milán eso lo estamos creando despacio, pero se está formando y, en los últimos desalojos que hemos tenido, la presencia del barrio ha sido también fuerte”, interviene Gonzalo Mosqueira, del Centro Social Cantiere, después de ver el vídeo de la paralización de un desahucio en Madrid. Partiendo de una de las herramientas que se intentó poner en marcha por los grupos de vivienda en España, el colectivo de Mosqueira creó hace un par de semanas una aplicación para móvil que permite hacer un mapeo de los avisos de desahucios que se producen en Milán, aunque, según explica, allí la campaña llamada Occupy Sfitto (ocupar el vacío) está más enfocada a evitar desalojos de casas okupadas por gente que no puede acceder a una vivienda y a promover más okupaciones en una ciudad en la que, puntualiza, hay más de 80.000 viviendas vacías de propiedad privada y otras 4.500 públicas. Por lo pronto ya han conseguido que el Ayuntamiento cree una comisión que estudie cada caso.
“La situación en Alemania es bastante diferente porque no tenemos problemas con las hipotecas”, afirmaba Hanno, un activista alemán, que no obstante denuncia que la situación de miedo es aprovechada por los especuladores para subir el precio de los alquileres, sobre todo en Hamburgo.“En Berlín, hace poco, la ciudadanía evitó por primera vez que una familia fuera desahuciada, siguiendo el ejemplo de la campaña Stop Desahucios en España y para la semana que viene hay convocada una manifestación por el derecho a la vivienda”, explicó Hanno.
Un poco más tarde, en el recién estrenado centro social La Morada, uno de los activistas griegos en Agora99 exponía en un taller sobre autogestión y desobediencia civil cómo en Atenas los trabajadores de una clínica ocuparon la misma para mantener vigente el derecho a la salud por encima de los recortes presupuestarios.
Cerca de 30 personas asistieron al taller de debate para definir y promover y diseñar una carta de derechos básicos comunes. “Nosotros, en París, estamos trabajando por la renta básica. Creo que a nivel europeo deberíamos luchar por esto, y que se incluya en una carta de derechos de los europeos”, apostaba Sophie Banasiak, de Democracia Real Ya París y de otros colectivos de trabajadores precarios de la capital gala. Sophie anunció que el 1 de diciembre hay convocadas en Francia movilizaciones en torno a esa carta de derechos sociales e invitó al resto de colectivos presentes a unirse a esta convocatoria para convertirla en una movilización europea.
Si el proceso destituyente, es decir, de exigencia de dimisión de los poderes dominantes, comenzó hace ya más de año y medio y seguirá siendo un punto rojo de la agenda europea, la apertura de un proceso constituyente fue uno de los puntos que más público autóctono concentró. Alrededor de cien personas pasaron la tarde del sábado trabajando sobre la propuesta de unificar las demandas de democracia directa y participativa en torno a textos o eventos convocados en común. Raúl Sánchez, uno de los dinamizadores del eje de democracia, reconocía durante la sesión matutina que el constituyente es un debate que no tiene la misma intensidad en todos los países PIIGS (Portugal, Italia,Irlanda Grecia, y España), pese a que la “dictadura comisaria” de la troika ha procedido a bloquear la democracia desde Lisboa hasta Atenas.
Propuestas de sábado tarde
Durante la tarde del sábado, y a refugio de la lluvia, los tres ejes, deuda, democracia y derechos, trataron de concretar sus propuestas para trasladarlas a la asamblea del domingo. No fue fácil. El cansancio, las dificultades para trasladar algunos conceptos en italiano, español o inglés, y las distintas urgencias de cada territorio, espesaron las tres asambleas. No obstante, antes de cerrar los ejes hubo varias propuestas, tanto de fechas como de enfoque común, que anticipan una agenda de acción que, si es que todavía no ha echado a andar, comenzará en la huelga del 14N, principalmente a nivel comunicativo.
El encuentro del domingo, que inicialmente iba a tener lugar en la Puerta del Sol, se celebró finalmente en el centro social Eko. Durante seis horas los participantes de los tres ejes presentaron sus conclusiones y propuestas y, aunque el encuentro no terminó con ninguna decisión definitiva, se han puesto sobre la mesa varias acciones. “¿Por qué son tan importantes las fechas?”, se preguntaba Aitor, de Barcelona, “se trata de establecer un horizonte para saber qué queremos y cómo queremos hacerlo”. Su intervención cuestionaba el énfasis en establecer una agenda demasiado cerrada para el movimiento, que, no obstante, ha establecido una serie de fechas, unas descentralizadas, en torno a los ritmos de los distintos nodos, otras más puramente reactivas, como la convocatoria a “hackear” la reunión del Consejo Europeo en Bruselas que tendrá lugar en marzo de 2013.
“La cita de los movimientos europeos en Madrid ha sido un salto cualitativo”, afirma Dario Lovaglio, de la Universidad Nómada, “por un lado, por ser un proyecto muy ambicioso: dar un primer paso para reinventar la democracia en Europa; por el otro, por su capacidad inclusiva y plural”. Para Lovaglio, Agora99 es el primer paso hacia la construcción del otro espacio político europeo, a partir de las experiencias materiales de los movimientos que viven la gestión de la crisis. “Es donde se vive la crisis día a día donde se pueden pensar nuevas prácticas de reapropiación democrática de los bienes comunes y la riqueza material e immaterial producida en común”. concluye Lovaglio. Trabajar para revertir el estado de shock y volver a convocar un encuentro pasado un tiempo, es el siguiente paso de Agora99, un foro de debate público abierto al 99% de la ciudadanía.
Un dispositiva en la red para la difusión y puesta en común
La necesidad de configurar una herramienta telemática para la coordinación y la comunicación de los distintos movimientos europeos (y muchos más) flotó a lo largo del fin de semana en Agora99. “Es muy complicado construir esa herramienta, y tiene que surgir un grupo compuesto por hackers, gente que curra en procesos participativos, que piensen cómo se genera esa herramienta, también a través de experiencias que se han tenido en Brasil o Bolivia”, explicaba Guillermo, del Patio Maravillas. De momento, una lista de correo y la voluntad de facilitar un útil fundamental para plasmar en trabajo las intenciones del encuentro apuntan a una nueva red que se debe concretar en los próximos meses.
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