ARGENTINA: CASI TRES AÑOS DESPUÉS DE LA 'MASACRE DE CROMAÑÓN' CONTINÚAN LAS MOVILIZACIONES
Organizarse frente a la resignación

Fue una masacre. Una
serie de negligencias
hicieron posible que 194
personas murieran al
acudir a un concierto de
rock. Los políticos y la
prensa culparon a la
escena juvenil, cuando los
responsables eran otros.

20/09/07 · 0:00
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‘EN MEMORIA DE LOS PIBES’. Las zapatillas colgadas (como en la imagen) son uno de los iconos de la memoria Cromañón, en “batalla contra la impunidad, la resignación y la muerte”.

El 30 de diciembre de 2004 en un
concierto en la sala ‘República Cromañón’,
y cuando el grupo Callejeros
tocaba el primer tema de su actuación,
se produjo un incendio por
el chispazo de una bengala que al
contacto con el material combustible
del techo extendió un humo tóxico
que convirtió el lugar en una ratonera.

Las puertas de emergencia estaban
cerradas con candados. El local,
habilitado para 1.031 personas,
albergó a más del doble (2.811 según
el informe de la Comisión
Investigadora de la Legislatura porteña).
Los policías que acudieron a
la sala se enfrentaron en un primer
momento con la gente que salía,
fruto de la confusión. La primera
ambulancia tardó 40 minutos en
llegar y ni siquiera estacionó cerca
de la puerta. Una situación caótica
que continuó en los hospitales, la
morgue y los cementerios. 194 personas
murieron y hubo un número
indeterminado de heridos.

Dos días después, se organizó la
primera marcha. Espontáneamente
familiares, amigos y supervivientes
se juntaron para señalar a los principales
culpables: el empresario
Omar Chabán, dueño de la sala, y
el jefe del Gobierno porteño, Aníbal
Ibarra. La primera respuesta fue la
represión, pero poco a poco el
número de manifestantes fue aumentando,
así como también la indignación
por la cadena de responsables.
“Por un lado el propietario,
que hacía conciertos en un lugar
que no reunía las condiciones. Por
otro lado, si el grupo Callejeros no
hubiera aceptado tocar allí no se
habría producido la masacre.
También el chico que prendió la
bengala, pero no es el principal culpable.

La misma policía estaba
compinchada con el dueño de la sala
y sacaba dinero de la saturación
de público. Y por otro lado estaba
el Gobierno de la ciudad, que no
mandó inspectores a supervisar la
sala y además era patrocinador del
concierto. Por ahora sólo el dueño
está en prisión preventiva”, cuenta
Ivana García. El entonces alcalde,
Aníbal Ibarra, es señalado como uno
de los principales culpables, y se pide
su encarcelamiento, además de
su inhabilitación para cargo público
de por vida. En las marchas se recuperó
el eslogan famoso de 2001, ‘que
se vayan todos’. Poco a poco se fueron
creando diversos colectivos de
afectados, desde Memoria y Justicia
para Nuestros Pibes, o Familiares
por la Vida, entre otros muchos.


ENTREVISTA: IVANA GARCÍA MOLINARI, HERMANA DE UNA DE LAS FALLECIDAS

“Puede repetirse otro Cromañón”

La muerte de su hermana Yamila Guevara hizo que se
implicara en la lucha contra la impunidad de los
responsables y también contra la resignación.


J.R.

DIAGONAL: ¿Cómo se encuentra
el colectivo Cromañón?

IVANA GARCÍA: A nivel anímico
pasó la fuerza del primer momento.
Ves que cada vez hay menos apoyos,
menos atención a los chicos, la
prensa se olvida. En el primer y segundo
aniversario había una atención
fuerte a las familias, ahora el
olvido lo va cubriendo. Con respecto
a los grupos que se crearon, existen
algunas diferencias, pero se
consiguieron algunos logros y en
algunas actividades hay unidad.
Puede ser una muestra de fotos, o
en un ‘escrache’, o ir a pedir lo que
sea al tribunal. Allí nos encontramos
gentes de los distintos grupos.

D.: ¿Cuáles son esas diferencias?

I.G.: Las diferencias están en la forma,
hay personas más proclives a
la movilización ruidosa y otros
mas afines a hacer trabajo en los
tribunales, de abogados. Si vamos
a Plaza de Mayo, los hay que prefieren
gritar y prender fuego y
otros que prefieren encender unas
velas o rezar. Sin embargo, todos
queremos llegar a Plaza de Mayo
y hacernos escuchar. Es una cuestión
de formas.

D.: ¿En la sociedad argentina ha
cambiado algo en este tiempo?

I.G.: Ya no se percibe esa empatía
en la sociedad, ya no estamos en la
conciencia de la gente....

D.: Y en al ámbito de los conciertos,
de la gente que se junta alrededor
del rock...

I.G.: Encuentras bandas que, cuando
nosotros vamos a los recitales,
dicen algo por los chicos. Pero poco
más, a nivel de seguridad no
cambió. Los locales que se comprometieron
a hacer las reformas no
las hicieron correctamente, otros
no cambiaron nada, o un par de cosas.

La policía seguro que sigue haciendo
la vista gorda a cambio de
dinero. Pero no es una cuestión sólo
de las discotecas o las salas. Son
también los supermercados, escuelas,
hospitales, cualquier espacio
público. En cualquier momento se
puede volver a repetir Cromañón.
De hecho ya ha ocurrido, se incendió
una fábrica donde vivían trabajadores
colombianos, murieron varios,
uno que perdió a su mujer y
dos hijos viene con nosotros en las
marchas. Todo sigue igual...

D.: En este tiempo hubo encuentros
con otros grupos, como afectados
del 11-M, familiares del incendio
de Paraguay...

I.G.: Al nivel de la relación con la
sociedad, o con los medios, o de las
responsabilidades políticas que
hubo detrás, se encuentran puntos
en común. También con la gente
de los retenes en Guadalajara.
Estuve con sus familiares en el encierro,
y te das cuenta que sientes
lo mismo. Está claro que hay situaciones
diferentes. En el caso del
11-M algunos afectados hablan de
que la responsabilidad se diluía mucho,
es difícil delimitar las acusaciones.
Nosotros hablamos de gente
concreta, de responsables que hicieron
posible que aquello ocurriera,
responsables claros, y también
una sociedad entera que funciona
con la lógica de Cromañón. En el
juicio por el asunto de Guadalajara
decían “la responsabilidad es del
viento”, como con nosotros, “la responsabilidad
es de la bengala”,
cuando los responsables eran los
políticos que no cuidaron de la
gente que tenían que cuidar.

D.: ¿Hay un encuentro con las nuevas
iniciativas sociales que surgen
tras la crisis de 2001?

I.G.: Tenemos relación con el Hotel
Bauen [ver DIAGONAL 60], en la
última manifestación nos paramos
a la altura del Hotel para apoyarlos,
cantar sus canciones y mostrar la
solidaridad. Si presentamos un libro,
o hacemos una rueda de prensa,
es allí. Pero antes de las elecciones
para el Gobierno de la ciudad,
Ibarra presentó en el Bauen su partido
político. Y eso nos defraudó
bastante. Con respecto a la mentalidad
de la gente, creo que a partir de
2001 poco ha cambiado, no veo un
espíritu de lucha, más allá de espacios
y lugares puntuales. La gente
se queja, pero es difícil llevar una
lucha continúa; en ese sentido Cromañón
todavía es fuerte.

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