Los autores enmarcan el nacimiento del nuevo centro
social okupado en un proceso que busca romper la
dicotomía entre militantes y el vecindario.
- MONTE ALTO. El nuevo centro social se halla en un barrio de tradición contestataria / Xosé Quiroga
Para comprender el rápido
golpear con el que el nuevo
LSO aa 14 (Laboratorio
Social Ocupado Atocha
Alta 14) ha tratado de inundar A
Coruña es necesario hurgar en un
proceso que viene gestándose desde
hace algo más de un año. Ligado inicialmente
a colectivos que luchan
con el centro social como núcleo,
desde y contra la precariedad, el proceso
ha englobado a diversos espacios
sociales de la ciudad pretendiendo
romper la dicotomía entre el espacio
nominalmente militante y los
sustratos activos y críticos pero ‘no
alineados’ de la ciudad. ‘A_cultura_
pre_o(k)upa’ fue el evento escogido
para este envite que actuó como
singular catalizador de esta okupación
que está regando de movimiento
y cultura libre el tradicionalmente
contestatario barrio de Monte
Alto. En tan sólo dos semanas, decenas
de actividades han conseguido
que los utópicos objetivos iniciales
se llegaran a rozar con los dedos.
Cientos de personas han atravesado
este nuevo espacio que, tomado
directamente de las garras de la
especulación (Monte Alto es uno de
los barrios que más peso especulativo
y gentrificación soporta en la ciudad),
se muestra como una herramienta
entregada para las propuestas
sociales. La pluralidad de personas
y adscripciones ha declinado en
actividades que han abarcado desde
conciertos punk rock hasta conciertos
de cámara con músicas llegadas
desde la Orquesta Sinfónica
de Galicia. Al través de la extraña y
feliz línea trazada desde la permacultura
a la danza contemporánea,
pasando por propuestas innovadoras
de arquitectura social, este amplificador
de insumisas voces se ha
mostrado como una máquina agregativa
de importante volumen en
las dos semanas que ha durado
‘A_cultura_pre_o(k)upa’. Una vez
clausurado el evento y consolidada
relativamente la okupación, el camino
de la propuesta del LSO aa 14
continúa la senda que de inicio lo
marcó. Conseguir que el antiguo taller
ahora revitalizado se quede pequeño;
tirar sus muros y seguir
construyendo propuestas abiertas.
No es casual la utilización de ‘laboratorio
social’ como introducción
nominal. La experimentación como
leit motiv; del mismo lado la lucha
contra la violencia inmobiliaria, por
la cultura libre y la agregación política
como capitales ejes de actuación.
Este espacio construido con
evidente colaboración de activistas
de otros puntos de Galiza pretende
tejer un movimiento más fuerte en
la metrópoli (para nada es coincidencia
la ubicación a 50 metros del
CSA Atreu!) así como ejercer de humilde
revulsivo para la dinamización
de la cultura de la okupación
en la novedosa red de centros sociales
diseminados en los últimos años
por toda la geografía gallega.
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